viernes, 23 de marzo de 2018

LA ENFERMERA CUBANA

   Me encuentro en la ciudad de Barcelona, patria chica de la heroína Eulalia Buroz Ramos de Chamberlain y del General Pedro María Freites, héroe de la Casa Fuerte. Estoy hospitalizado en el CDI “Miguel Noguera”, nombrado así por el excomandante guerrillero, ya difunto. Voy a ser operado para rehabilitar mis manos y poder cerrar los puños. Estoy recibiendo tratamiento con antibióticos previo a la operación; todos los días alrededor de este CDI se concentran unas ciento veinte personas que reciben atención médica gratuita en los diferentes servicios, como Rayos X, Ecosonogramas, Fisioterapia, Laboratorios, Electrocardiogramas, entre otros.
   Viva impresión me ha causado la actividad incansable e idónea de la decana de las enfermeras, la Lic. Olga Julia Palma Borges, quien desde la mañana hasta el anochecer atiende a los pacientes hospitalizados: lo que más me llama la atención de esta enfermera es que sabe como si fuera un médico titular. Nació en la provincia de Las Tunas, Cuba, el 27-05-1967, su padre fue Francisco Palma (fallecido) y su mamá es Olga Hilda Borges, tuvo 4 hermanos: Francisco (difunto), Zenaida, Margarita y Dania. Su compañero es Norbe Rodríguez. Tiene dos hijos, Yaidelis y Francis y dos nietos, Frank Antoni y Yusnel Emilio.
   Me relata: “Profesor Muñoz Freites, estudié la primaria en la Escuela Ramón Mora, la secundaria en el ESBET Julio Reyes Cairo, y la enfermería en el Politécnico Mario Muñoz Monroy; me gradué en 1986 y comencé a trabajar en el Hospital Ernesto Guevara de la Serna en Las Tunas, en mi país en cada municipio hay un hospital. Mi vida siempre se ha caracterizado por un amor profundo al prójimo. Aquí en Venezuela cumplo con la mayor dedicación mi profesión, ya que tengo principios internacionalistas y socialistas, amo a mi Cuba, me siento orgullosa de ser cubana y de prestar servicios al pueblo venezolano en la República Bolivariana de Venezuela. Sé que su blog de crónicas es muy leído en toda Cuba, por lo tanto les envío un saludo a todos mis amigos y familiares y aprovecho para decirles que me encuentro muy bien, aquí en Mesones, municipio Bolívar, estado Anzoátegui”.
     Evoca la profesional: “En 31 años de trabajo, una situación fuerte fue ver morir a un joven de 17 años abaleado, aquí en Venezuela, a quien no pudimos salvar a pesar del gran esfuerzo que se hizo. Pero créame, la situación más dura es ver morir niños: se me pone el corazón chiquitico cuando a pesar de los esfuerzos no los podemos salvar. Días atrás murió un bebé de dos años a quien su abuela le dio una pastilla para la fiebre y se asfixió, esta muerte se hubiese evitado si se hubiese disuelto en agua el antipirético. En Cuba me enseñaron que las mujeres somos madres de todos los niños del mundo. Las personas no deben automedicarse. Llevo 21 meses en Venezuela y estoy orgullosa de cumplir mi misión en este país”.
     Por su parte, este cronista ha observado que este CDI necesita que se le habilite quirófano y se le fortalezca la terapia intensiva.

jueves, 8 de marzo de 2018

· EL CHURUGUARERO ·


Al municipio Los Taques han llegado pobladores de todas partes del mundo, de Venezuela y de Falcón, siendo numerosos los oriundos de Churuguara, capital del municipio Federación, población ubicada en la sierra de Falcón, distante alrededor de dos horas de Santa Ana de Coro y a una hora del río Limón y del caserío del mismo nombre, en el territorio del estado Lara. Los churuguareros han sido siempre hombres y mujeres de respeto. Cuentan los abuelos que era riesgoso discutir con estos serranos, sin embargo el churuguarero se conoce en todas partes por su honestidad y por el cumplimiento de la palabra empeñada.
Nuestro vecino, Víctor Manuel Durand Uzcátegui, nació en Churuguara el 15-11-1961, en un caserío llamado Los Botalones, es hombre de respeto y paz y lleva viviendo en Jayana 15 años, es hijo de Olivia Ramona Uzcátegui y Sixto Manuel Durand, ambos difuntos. Sus abuelos: paternos fueron Emeterio Vera y Felipa Durand, maternos Carmen Uzcátegui y Pedro Rojas, todos nacidos en Los Botalones.
“Profesor Muñoz Freites, saqué el 6º grado en la Escuela Granja de El Corozo, en Cabimas, en este internado aprendí a sembrar la tierra y las faenas de la ganadería. Del matrimonio de mis padres nacimos Sixto Segundo, Silvia Ramona, José Gregorio, Víctor Manuel y Soli Magdalena Durand Uzcátegui, dos de ellos viven en Cabimas, otros tres en Los Botalones y se dedican a trabajar el campo”.
“Yo emigré, profesor, a trabajar en seguridad y resguardo al municipio Los Taques, con mi señora Migdalia del Carmen Díaz Medina con quien tengo 5 hijos: Marianny Karina, Bianny Carolina, Keila Josefina, Kleibert y Víctor Javier Durand Díaz, todos nacidos también en Los Botalones. Tengo dos nietos, Brein y Kevin”.
“¿Puede usted, amigo Víctor, contarme algún hecho extraño que le haya sucedido en su vida?”. “Resulta, profesor Muñoz Freites, que hace años, allá por los noventa, en el mes de diciembre iba yo conduciendo por la curva de Mapará un jeep, de pronto una mujer muy hermosa me hizo señas con la mano, solicitándome que la llevara, sin pensarlo dos veces me detuve y se montó, me impresionó la palidez de su rostro y su triste mirada, le pregunté su nombre y sólo me respondió con una mueca, yo iba por las curvas como a sesenta, de pronto le puse la mano sobre una pierna y sentí que estaba tan fría como una panela de hielo... un escalofrío me recorrió el cuerpo y me quedé amarrado al volante”.
“No me detuve en todo el trayecto, llegando al pueblo volteé a mirarla y había desaparecido. Me fui hasta mi casa y realmente no pude dormir en toda la noche. En la mañana, a eso de las 9 am compré el periódico y como es mi costumbre comencé a leerlo por la página de sucesos, reseñaban un choque, uno de los autos se había precipitado por un barranco y había fallecido una dama, para mi sorpresa la difunta de la foto era la mujer a quien yo le había dado la cola, y cuando se montó al jeep ya era difunta. Nunca volví a viajar solo por esa carretera ni a detenerme para subir a nadie”.