viernes, 21 de enero de 2022

JESUS ALBERTO “EL MELAO MAYOR”

 



En días pasados estaba en la Alcaldía Bolivariana de Los Taques y tuve la grata sorpresa de conversar con un pariente del cantautor Alí Primera, quien me proporcionó la siguiente información sobre su vida.

“Mi nombre es Jesús Rafael García Cuevas Primera, pero todos me conocen por mi seudónimo artístico: Jesús Alberto. Nací en Jadacaquiva, Falcón, el 01 de febrero de 1942. Estudié en el Liceo Mariano de Talavera. Mis padres fueron José María García Petit y Demencia “Mencha” Cuevas Primera de García. Mis abuelos paternos: Francisco García Petit y Ana María Victoria de García Petit; mis abuelos maternos Servando Cuevas Revilla y Pera del Carmen Cuevas Primera. Mis hermanos: Avilio Ramón, Julián Elías, Guillermo José, Teófilo Jesús, Rosendo Antonio, Rosa Coromoto y Petra Ramona García Cuevas.”

“Mi esposa se llamó Aura de Rosario Garcés de García, ya difunta, con quien me casé en la iglesia Coromoto de Punto Fijo. Mis hijos son Jesús Alberto y Jesús Rafael García Garcés; mi nuera, Luz María Rojas. Mis nietas: Aura Camila y Micaela García Rojas.”

“Viví toda mi vida del canto; formé parte de un grupo bailable que se llamó ‘Microcombo Juvenil’ en 1965, yo era el bolerista del grupo y el guarachero era Víctor Argenis Carruyo. Una anécdota fue precisamente en Los Taques en el Club Tavimar, tuve una pelea con Víctor Argenis Carruyo, ya que Tico Salima me buscó para dar una serenata, puesto que yo era el bolerista, pero Argenis Carruyo también quiso ir pero no cabíamos en el carro de Tico. Después de esa pelea, a la semana vino doña Tarcisa, la mamá de Argenis, a buscarlo y se lo llevó para Maracaibo.”

“Uno de los tantos recuerdos que tengo del Cantautor y primo Alí Primera, a quien llamábamos “Balikia”, es que nos la pasábamos juntos en Caracas, en el Centro, de Conde a Piñango, en Disco Nora.

JULIA ROSA HENRICHE DE HENRICHE

 


Todos los días pasa por el Concejo Municipal de Los Taques una doñita muy versátil y jocosa.  En el mes de diciembre llegó preguntando por el profesor Muñoz Freites, Cronista Oficial del Municipio. Me le acerqué y de manera muy amable le dije: “El que usted busca, estimada señora, soy yo, un placer conocerla”. “Vengo por aquí porque una amiga mía me habló de usted, y me dijo que usted escribe sobre la vida de los taqueros y taqueras, que ese es su oficio”.

Pues bien, empecemos porque me hable de usted.

“¿Qué le digo? Por favor primero quítese la máscara, que yo no hablo con enmascarados salvo en los días de Carnaval, cuando bailaba hasta la madrugada con mi difunto marido. Sepa usted que yo soy poetisa y cantautora.” Y sin ton ni son la doñita comenzó a cantar y recitar poemas, hasta cierto punto bastante bonitos.

Apreciada señora, tiene usted una buena curva de entonación, bastante conservada. Doña, le agradezco me hable de su vida personal.

“Mi nombre es Julia Rosa Henriche de Henriche. Nací el 19 de mayo de 1944 aquí, en Santa Cruz de Los Taques, hija de Ignacio Marcelino Henriche Quevedo y Bernarda Gómez de Henriche. Mis abuelos paternos fueron Marcelino Henriche y Petronila Quevedo; mis abuelos maternos Juan Gómez y Eloísa Alvarado. Me casé con mi primo hermano Teodoro Henriche Lugo en la iglesia católica de Judibana. Parí 6 hijos, 5 varones y una hembra. Teodoro, José Ramón y Jesús David son difuntos, y viven Ignacio, Mario y Oriola. Estudié en el Grupo Escolar Los Taques, y mis maestras fueron Margot Primera y Yolanda Naranjo. Hice cursos de Relaciones Humanas y de Secretaria Comercial.  Escribo canciones y poesías, y las canto y las recito.”

De pronto comenzó a recitar la doña de la siguiente manera:

De la nada todos nacen, y a la nada se van,

Solo trajeron el pelo y el pelo se llevarán;

Se van en una bella o mala urna,

Sean ricos o pobres, de la tumba nadie se salvará,

Sean ricos o pobres, y qué lío tuvieron para vivir,

De este mundo nada se llevan y descalzos se van.

Tanta petulancia para morir sin elegancia.

Por favor doña Julia, cante una canción.

“Hay un Dios que está en el Cielo,

Ve al pobre, ve al rico, y cómo gozan aquí en la Tierra,

Pero también cómo sufren.

Te alabamos Jesucristo, te alaban los luceros,

La luna y el sol, todo nuevo sendero;

De la luz hiciste el día, de las tinieblas la noche,

Y en la tarde hiciste un nuevo día.”

De pronto cantó un trozo de canción –según ella- de su hermano Marco Antonio Henriche:

“Pueblo taquense triste, abandonado,

En el olvido siempre has quedado.

Pueblecito mío, ¿quién te salvará?

Salvador Diosito, no lo dejes caer en la oscuridad…”

“Me casé con Teodoro Henriche por venganza, porque mi propio novio andaba con la novia de Teodoro, quien andaba despechado y sufría por aquella malvada mujer. Una vez agarré un machete porque una mujercita andaba de frita y le di un planazo, para que aprendiera a respetar a los hombres casados. Todos los 3 de mayo religiosamente sigo la procesión de la Santa Cruz por la orilla de la playa, y bailaba en las fiestas de La Cruz hasta casi amanecer, siempre con mi marido. Yo fui una mujer fiel, aunque él era muy mujeriego, y que Dios lo tenga en su santa gloria, porque fue un excelente padre. Llevaba pollo cuando costaba 2 Bs, y nunca faltaba comida en mi casa, estaba siempre pendiente que sus hijos y yo estuviésemos bien vestidos.”

“Yo bailaba mucho en el Club de Manuel Antonio Falcón en diciembre. Hermosa aquella época, compartíamos sanamente entonces. El baile era mi pasión. Mi marido era muy celoso. Una vez estábamos en el Club Alianza y un caballero me invitó a bailar. Mi esposo le dio un fuerte golpe y cayó rodando y con un ojo morado.”

“Siempre he sido una mujer honrada. He leído la Biblia varias veces, desde el Génesis al Apocalipsis. Canto canciones alabando a Cristo Redentor y a la Santísima Madre de Dios, la Virgen María. Conocí curas bebedores y un poco vagabundos, pero la mayoría de los padres que han pasado por esa iglesia de Santa Cruz de Los Taques han sido hombres honestos, respetables y caritativos, soldados de Cristo, que mantuvieron durante toda su vida los votos de castidad”.

“Cronista, yo voté por Chávez aunque yo era de oposición, y por su hijo Maduro, y tengo la fe en la Santísima Cruz de Mayo que en el país habrá bienestar y felicidad, y mi bello pueblo nunca quedará en el olvido. Profesor, yo le agradezco al gobierno mi pensión y los bonos, pero le solicito respetuosamente a Nicolás que suba las pensiones de nosotras las viejitas.”

“Tengo 76 años y tomo remedios naturales, y no le tengo miedo a la muerte, porque en este mundo que yo recuerde no le he hecho mal a nadie.”

lunes, 17 de enero de 2022

RUFINA GARCÍA DE VALDÉZ

 



Señora Rufina, hábleme de su vida.

“Con mucho gusto Profesor. Yo nací en una casa llamada San Juan, en La Sabaneta de Jadacaquiva, municipio Falcón, el 09.04.1964. Mi papá se llamaban Pedro Jesús García y mi madre fue Felipa Valdéz de García, prima hermana de mi padre. En esos tiempos las mujeres éramos pocas y solo nos dedicábamos a ayudar a nuestras madres en los asuntos del hogar, pero en mi casa y en las de los vecinos todos trabajábamos en el campo, y ayudábamos a los hombres en la cría de los animalitos, como si fuéramos varones.”

“La vida era dura, Profesor. Había que aprender la faena de la cría de ovejos y ordeño de cabras y siembra, y le rogábamos a Dios Todopoderoso misericordia y que lloviera sin inundaciones para que los animalitos no se ahogaran, y se hicieran lagunas para poder colectar agua para el verano. La vida no era nada fácil, profesor.”

“Mis abuelos maternos se llamaban Miguel Arcángel Valdéz y Rufina García; mis bisabuelos Juan Valdéz, Hilario García, Águeda Blanchard y Lorenza Valdéz. Tengo tres hijos: Flor María, Lourdes Fabiola y Omar Jesús Valdéz García. Me casé en la prefectura de Jadacaquiva con Omar Antonio Valdéz, y el prefecto que nos casó fue José Gregorio Salas. Contraje nupcias en la iglesia católica de Nuestra Señora de Sabaneta. Me dediqué con mi marido a criar cabras, vacas y marranos en El Tacalito, municipio Los Taques desde hace 29 años.”

“Saqué la primaria en La Sabaneta y el bachillerato años después, en la Misión Ribas. Soy la encargada de Finanzas del Consejo Comunal El Tacalito, Jefa de UBCH, Jefa de Comunidad del CLAP. En una oportunidad, durante el segundo gobierno del Presidente Constitucional Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, recibimos un préstamo de desarrollo agrícola. Toda mi familia se alegró y festejó este hecho, que me fue condonado por el gobierno a causa de las lluvias que duraron 11 días, cuando se nos ahogaron los animalitos y los agricultores perdieron sus cosechas. Por aquí todo quedó inundado, sólo entraban los camiones convoy del ENB a traernos comida y medicinas con los oficiales y suboficiales, los líderes del PSUV y los funcionarios de la Alcaldía, como el propio Alcalde Bolivariano José Luis “Pepe” Iglesias, Dairy Chirinos, Julio Molina, Ángel Méndez, el difunto Mangarret y por supuesto usted. De hecho, todos los funcionarios y directores de la Alcaldía participaron, aunque quienes más viajes hicieron fueron Dairy Chirinos y usted.”

“Recuerdo que el gobierno –en ese entonces de Chávez y Montilla- enviaron víveres y medicinas; también colaboraron todos los comerciantes, empresarios y dueños de negocios de Los Taques, quienes trabajaron duro día y noche ayudándonos. Hasta botes de goma metió la Marina Bolivariana en las comunidades para el rescate de las personas.”

“He dedicado toda mi vida a luchar por el bienestar de mi comunidad, del prójimo, ya que creo en Cristo Redentor y practico la caridad. Más de una vez he compartido el pan con mis vecinos, los más pobres, y lo he hecho porque así me lo enseñó mi madrecita –que Dios la tenga en la Gloria-, y se lo estoy diciendo porque usted me lo está preguntando, ya que Jesucristo nos enseña que hay que practicar el bien y no decirlo. Soy rezandera católica de Rosarios para los difuntos.”

Cuénteme, señora Rufina, un hecho extraño que le haya ocurrido en su existencia.

“Lo más extraño que me pasó en mi vida personal me ocurrió cuando nació mi hijo Omarcito. Él nació prematuro, y el médico fue a hablar conmigo a la habitación donde yo estaba desesperada, porque no me dejaban ver a mi niño recién nacido. El doctor dijo: ‘Muéstrenle ese niño a su madre, que él ya no tiene vida’. Cerré mis ojos desesperada y pedí con mucha fe a la Virgencita linda y milagrosa de la Divina Pastora, de quien soy devota: ‘Madrecita, salva a mi niño, intercede ante Cristo tu Hijo para que mi niño viva; si no viene a sufrir a este mundo, si no queda enfermo de morir te llevarás a mi angelito y lo cuidarás en el Cielo, pero te ruego que le permitas vivir’. A las dos de la mañana escuché una voz que me dijo ‘Tu hijo se va a salvar. Yo soy la Madre de Dios y sé lo que es sufrir por un hijo’.”

“Créame, profesor, se lo juro por la Santísima Cruz de Los Taques, yo que me llamo Rufina. Al siguiente día como a las 11 de la mañana, le comenzó a funcionar un pulmón y luego el otro. Yo creo en Dios Misericordioso y en su Madre la Milagrosa Virgen María, ya que mi hijo camina hoy por el mundo y es un hombre de bien, por voluntad de la Virgen de La Pastora a quien toda nuestra familia le tenemos mucha fe, y no entendemos cómo hay cristianos que dudan de los milagros de María Santísima.”