Señora
Rufina, hábleme de su vida.
“Con
mucho gusto Profesor. Yo nací en una casa llamada San Juan, en La Sabaneta de
Jadacaquiva, municipio Falcón, el 09.04.1964. Mi papá se llamaban Pedro Jesús
García y mi madre fue Felipa Valdéz de García, prima hermana de mi padre. En
esos tiempos las mujeres éramos pocas y solo nos dedicábamos a ayudar a
nuestras madres en los asuntos del hogar, pero en mi casa y en las de los
vecinos todos trabajábamos en el campo, y ayudábamos a los hombres en la cría
de los animalitos, como si fuéramos varones.”
“La vida
era dura, Profesor. Había que aprender la faena de la cría de ovejos y ordeño
de cabras y siembra, y le rogábamos a Dios Todopoderoso misericordia y que
lloviera sin inundaciones para que los animalitos no se ahogaran, y se hicieran
lagunas para poder colectar agua para el verano. La vida no era nada fácil,
profesor.”
“Mis
abuelos maternos se llamaban Miguel Arcángel Valdéz y Rufina García; mis
bisabuelos Juan Valdéz, Hilario García, Águeda Blanchard y Lorenza Valdéz.
Tengo tres hijos: Flor María, Lourdes Fabiola y Omar Jesús Valdéz García. Me
casé en la prefectura de Jadacaquiva con Omar Antonio Valdéz, y el prefecto que
nos casó fue José Gregorio Salas. Contraje nupcias en la iglesia católica de
Nuestra Señora de Sabaneta. Me dediqué con mi marido a criar cabras, vacas y
marranos en El Tacalito, municipio Los Taques desde hace 29 años.”
“Saqué
la primaria en La Sabaneta y el bachillerato años después, en la Misión Ribas.
Soy la encargada de Finanzas del Consejo Comunal El Tacalito, Jefa de UBCH,
Jefa de Comunidad del CLAP. En una oportunidad, durante el segundo gobierno del
Presidente Constitucional Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, recibimos un
préstamo de desarrollo agrícola. Toda mi familia se alegró y festejó este
hecho, que me fue condonado por el gobierno a causa de las lluvias que duraron
11 días, cuando se nos ahogaron los animalitos y los agricultores perdieron sus
cosechas. Por aquí todo quedó inundado, sólo entraban los camiones convoy del
ENB a traernos comida y medicinas con los oficiales y suboficiales, los líderes
del PSUV y los funcionarios de la Alcaldía, como el propio Alcalde Bolivariano
José Luis “Pepe” Iglesias, Dairy Chirinos, Julio Molina, Ángel Méndez, el
difunto Mangarret y por supuesto usted. De hecho, todos los funcionarios y
directores de la Alcaldía participaron, aunque quienes más viajes hicieron
fueron Dairy Chirinos y usted.”
“Recuerdo
que el gobierno –en ese entonces de Chávez y Montilla- enviaron víveres y
medicinas; también colaboraron todos los comerciantes, empresarios y dueños de
negocios de Los Taques, quienes trabajaron duro día y noche ayudándonos. Hasta
botes de goma metió la Marina Bolivariana en las comunidades para el rescate de
las personas.”
“He
dedicado toda mi vida a luchar por el bienestar de mi comunidad, del prójimo,
ya que creo en Cristo Redentor y practico la caridad. Más de una vez he
compartido el pan con mis vecinos, los más pobres, y lo he hecho porque así me
lo enseñó mi madrecita –que Dios la tenga en la Gloria-, y se lo estoy diciendo
porque usted me lo está preguntando, ya que Jesucristo nos enseña que hay que
practicar el bien y no decirlo. Soy rezandera católica de Rosarios para los
difuntos.”
Cuénteme,
señora Rufina, un hecho extraño que le haya ocurrido en su existencia.
“Lo más
extraño que me pasó en mi vida personal me ocurrió cuando nació mi hijo
Omarcito. Él nació prematuro, y el médico fue a hablar conmigo a la habitación
donde yo estaba desesperada, porque no me dejaban ver a mi niño recién nacido.
El doctor dijo: ‘Muéstrenle ese niño a su madre, que él ya no tiene vida’.
Cerré mis ojos desesperada y pedí con mucha fe a la Virgencita linda y
milagrosa de la Divina Pastora, de quien soy devota: ‘Madrecita, salva a mi
niño, intercede ante Cristo tu Hijo para que mi niño viva; si no viene a sufrir
a este mundo, si no queda enfermo de morir te llevarás a mi angelito y lo
cuidarás en el Cielo, pero te ruego que le permitas vivir’. A las dos de la
mañana escuché una voz que me dijo ‘Tu hijo se va a salvar. Yo soy la Madre de
Dios y sé lo que es sufrir por un hijo’.”
“Créame,
profesor, se lo juro por la Santísima Cruz de Los Taques, yo que me llamo
Rufina. Al siguiente día como a las 11 de la mañana, le comenzó a funcionar un
pulmón y luego el otro. Yo creo en Dios Misericordioso y en su Madre la
Milagrosa Virgen María, ya que mi hijo camina hoy por el mundo y es un hombre
de bien, por voluntad de la Virgen de La Pastora a quien toda nuestra familia
le tenemos mucha fe, y no entendemos cómo hay cristianos que dudan de los
milagros de María Santísima.”
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