martes, 28 de febrero de 2017

· ESTEBAN GONZALEZ (II) ·

Por disciplina cronicaria, recordaremos que Esteban González es un personaje notable de Amuay, hijo de Antonio José Marín Brett y Juana Lucrecia González; sus abuelos fueron Salustiano ‘Tano’ Díaz y Estelita González y sus hijos son Esteban José, Edwin José, Egleida Josefina, Lucy Mercedes, Elesdy Josefina y Eric José. Tiene 16 nietos y un bisnieto, Luis Eduardo.
“Mi primer empleo fue pescando en cayuco a los 14 años y ayudando a tirar el chinchorro en la orilla; en 1961 conseguí empleo en Correos de Venezuela como cartero y repartía cartas y telegramas. Me resultaba duro cuando tenía que entregar telegramas que anunciaban muerte. Como cartero trabajé 19 años, luego trabajé 20 años en la refinería de Amuay con las contratistas Lancas, Rivaco, Encoma, Barfon y Vict, la que estaba haciendo para Lagoven el muelle de coquer. Tengo solamente la pensión del Seguro Social, ya que las contratistas no jubilaban, al terminar el trabajo lo retiraban a uno. Mi mujer y yo estamos pensionados y vivimos de la pensión, gracias al Comandante Hugo Chávez Frías”.
“Mi padre y mi abuelo tuvieron bodegas, hubo una gran prosperidad de bodegas, negocios de aparejos de pesca y tiendas de ropa en Amuay, y los propietarios eran Eduardo Marín, Abraham Granadillo, Salustiano ‘Tano’ Díaz Irausquín, Francisco Chico Guevara, Eduardo González, Gabriel Cuauro y Antonio Galicia, entre otros. Entre las bodegas recuerdo la bodega Paraíso de Abraham Granadillo, la Bodega Del Pueblo de Eduardo Marín, la Nueva Esparta de Francisco “Chien” Guevara, la de Antero Irausquín, la de Salustiano “Tano” Díaz Irausquín, la de Andrés Corcino Sánchez, la de Eloy Smith y la bodega de Víctor Laguna. Todos los trabajadores petroleros sacábamos fiado en esas bodegas y pagábamos semanal”.
“Yo era el Presidente de la Junta de Vecinos y organizaba las fiestas patronales de Amuay. En 1987 nos reunimos en la plaza y en dos busetas acompañamos a Henry Primera y a los taquenses a solicitar la autonomía para el municipio. Digamos que soy uno de los protagonistas de la separación del municipio del Distrito Falcón”. En Amuay todos éramos urredistas, votábamos por Unión Republicana Democrática, el partido de las tarjetas amarillas, por Jóvito Villalba, ya que nuestros padres eran margariteños como él. El Dr. Villalba pasaba sus vacaciones en Amuay”.
“Profesor Muñoz Freites, una historia extraña que me contó uno de mis tíos, que tenía un amigo que se llamaba Luis Sánchez, quien era muy mujeriego: no podía ver una falda porque se volvía loco. Él trabajaba con el finado Julio Díaz, y se paraba a las 2 am de su chinchorro a lavar el pescado que se iba a salar (no había neveras ni hielo), dormía en el patio y vio pasar una mujer hermosísima, y ni corto ni perezoso Luis se le pegó atrás. La mujer cogió la orilla de la playa y se fue caminando y él se le fue atrás”.


“Llegó al Rinconcito, pero al llegar al Playón la mujer se devuelve; pero él no se dio cuenta que le pasó por un lado; de pronto ve que la mujer va delante de él, de nuevo, y al llegar a la playa donde está la Isleta, se quitó la ropa y quedó totalmente desnuda. Luis corre y la alcanza e intenta agarrarla, la muchacha se le voltea y no le ve los ojos sino dos huecos profundos, y él pierde la voz y cae desmayado".

"En la mañana los hijos, al notar que no aparece, lo buscaron en el Rinconcito, y uno de ellos ve un bulto. Era su padre, desmayado en la orilla; desde esos tiempos este señor quedó mudo y les agarró miedo a las mujeres, regresaba temprano a su casa. No dejaba de tomar aguardiente, pero nunca más le fue infiel a su esposa”. El cuento se lo escribió a un sobrino quien también le ponía los cuernos a su mujer, y es común oírselo contar a los viejos pescadores de Amuay.

sábado, 25 de febrero de 2017

· LA MAESTRA YOYA ·

        Conocí a la señora Eulogia Elena Franco Ventura por ser la madre de mi apreciada transcriptora, (posiblemente la mejor que tiene Falcón) Olaya Hernández Franco. Doña Eulogia nació en Maicara, municipio Falcón, el 11 de marzo de 1930, siendo la primera de los 7 hijos de Eusebio Franco (San Luis, 15.12.1899) y María de Jesús Ventura (Maicara, 14.01.1904). Desde su juventud fue maestra “de las de antes”, empírica y autodidacta; conocida por su trabajo en El Román, Buena Vista y Punto Fijo como la Maestra Yoya, por sus manos pasaron muchos niños y niñas que aprendieron a leer y escribir y jóvenes que hoy son hombres y mujeres útiles a nuestra sociedad paraguanera.
   Se casa la Maestra Yoya en el año 1955 con el profesor Napoleón Hernández Sulbarán, persona de muy estimada recordación en el municipio Los Taques por haber sido el segundo Director de la escuela primaria de Los Taques, a principios de la década de los años 60. Procrearon 7 hijos, cuatro varones (Osbert Anahel, Olbers Alfonso, Odín y Carlos David) y tres hembras (Olaya, Orquídea y Edwigis), quienes a su vez les dieron 15 nietos y (hasta la fecha) 4 bisnietos.
   Me cuenta mi estimada colaboradora: “Mi mamá siempre fue persona de mucha sensibilidad social, muy humanitaria y solidaria con todos; en mi casa siempre había una amiga viviendo o pasando una temporada por tener necesidad de ello. Esa misma sensibilidad la llevó a vivir muchas experiencias memorables; por ejemplo, en los años 50 tuvo sus encontronazos con la policía por defender a sus estudiantes, cuando llegaban a reclutarlos a las escuelas (recuerde que Paraguaná era bastante rural en esos años, y se estilaba llevarse a los muchachos en edad de servir a la Patria); también cuando iba a visitar a algún amigo preso 'por cabeza caliente’ en Carirubana (durante la dictadura de general Marcos Evangelista Pérez Jiménez), o cuando, ya en los tardíos años 70, había huelgas estudiantiles: recuerdo que dejaba brincar la cerca del patio de la casa a los muchachos perseguidos por la policía. No se le quedaba callada a nadie, nunca perdía la compostura y no recuerdo haberle escuchado palabras soeces, pero las causas justas las defendía con firmeza y sin miedo”.
   Con el paso de los años, la Maestra Yoya se dedicó a sus alumnos, a las labores del hogar, a ser la compañera fiel de su esposo por más de 60 años y pilar fundamental de su familia, formando con amor, disciplina y rectitud a sus hijos y a todos los niños que necesitaran orientación para leer, escribir y formación en valores. “Mi mamá fue una mujer muy culta, leía de todo y era muy celosa con nuestra educación. No había excusa para no estudiar o faltar a clases”, me cuenta mi colaboradora y transcriptora Olaya.
    Pero todo tiene su tiempo bajo el sol. Doña Yoya, con 86 años recién cumplidos, cede a la hipertensión que la aquejó en los últimos años y fallece la madrugada del día de San José del año 2016, en su casa de habitación. Se va en paz esta excepcional mujer, llena de sabiduría y chispeante personalidad, rodeada del cariño y los cuidados de su familia, dejando un legado de amor y formación ciudadana.
    “¿Sabe, profesor Muñoz Freites? A los pocos días de partir mamá, mi papá continuaba muy desconsolado por su pérdida. Estaba en su habitación leyendo algo, y vio una palabra que le pareció extraña, mal escrita o algo así. Fue a buscar un diccionario, y al abrirlo en una página al azar –para buscar la palabra en cuestión- cayó un pedazo de papel, escrito por mi mamá hacía muchos años, que decía: ‘Napito, te quiero mucho’. Imagínese el impacto que nos ocasionó ese mensaje. Pensamos que ella sigue cerca de su casa y de la familia, y fue su manera de demostrarnos que su amor continúa con nosotros, donde quiera que esté, que la vida no es propiedad de la muerte, sino de los profundos sentimientos que le profesamos a nuestros seres queridos: que quien amó incondicionalmente, no desaparece para siempre”. 

martes, 14 de febrero de 2017

· ESTEBAN GONZÁLEZ ·

Me subí a la moto y me dirigí a la casa de Esteban José González; en 11 minutos llegué desde Jayana al frente de su vivienda. Eran las 10 am, estaba bastante fresca la mañana en Amuay -pintoresco poblado del municipio Los Taques-, toqué la puerta y me abrió una de sus hijas. Le pregunté por Esteban, amablemente me invitó a sentarme y le fue a llamar.
“Amigo Esteban hábleme de su vida”. “Profesor Muñoz Freites, yo nací en Amuay el 02-05-1940. A mi mamá la atendió la comadrona Asunción Sánchez, conocida por todos como ‘Chon’ Sánchez; vine al mundo en una casa de bahareque (barro con varas) en la calle 3 del pueblo. Mi padre fue Antonio José Marín Brett, de los Marín de Jayana, y de los Brett de Los Taques, él murió si mal no recuerdo en el año 1972 a los 68 años. Mi madre Juana Lucrecia González tenía 46 años cuando murió en el año 1962”.
“Soy lo que se llamaba antes un hijo natural; por esa razón mi apellido no es Marín sino González. Mis padres no eran casados, vivían juntos como mucha gente de aquel entonces, el padre de mis hermanos Felipe González e Hilario González Sánchez se llamaba Oliverio González. Me casé el 27-12-1969 en la iglesia de San José de Amuay con Elida Zavala, quien nació en este pueblo el 28-11-1949. Mis hijos son Esteban José, Edwin José, Egleida Josefina, Lucy Mercedes, Elesdy Josefina y Eric José, tengo 16 nietos y un bisnieto, Luis Eduardo”.
“Mi padre, Antonio José Marín, era comerciante y vendía maíz que traía de Mirimire en un camión de estacas, y se lo vendía a su hermano Eduardo Marín quien lo dispensaba en su bodega -La Bodega del Pueblo- a un bolívar el kilo. Mi madre Juana Lucrecia era lavandera y muchos amuayeros le traían la ropa a su casa. Las camisas las lavaba a 0,50 Bs y los pantalones a un bolívar. Mis abuelos fueron Salustiano ‘Tano’ Díaz y Estelita González”.
“Tano Díaz también tenía una bodega que se llamaba El Rincón, allí él vendía víveres, refrescos, alpargatas de suela de cuero y de goma, panela dulce, caraota, azúcar, arroz, aliños, verduras, chivo salado, lejía, jabón azul, caramelos y chupetas, los dulces punto rojo, las conservas de coco y de plátano, el dulce de leche de cabra, el litro de leche de cabra, las empanadas de cazón y raya, el pabilo, el hilo, el almidón, el mecate, el calmante para el dolor de cabeza y muela y la pastilla para la diarrea, el querosene por litro, ya que eran comunes los fogones y las cocinas que funcionaban con ese combustible. En casi todos los patios se veían colgados los pescados salados secándose al sol”.
      “En la bahía de Amuay se pescaba con chinchorro de hilo la lisa, el jurel, el pámpano, el pargo blanco y las sardinas. Se hacían corrales de alambre y madera y se les dejaba una sola puerta y por allí entraban las sardinas y se le cerraba la boca al corral eran criaderos. Los pescadores llevaban en los cayucos viveros con sardinas vivitas como carnada para la pesca del carite, el rey y la carachana. Ellos se iban al sitio por donde pasaban estos peces, los pescaban con nailon, plomada y anzuelo en la Bahía de Amuay, la Macolla y el Cujicito. Tiraban el anzuelo y donde picaba estaba el cardumen y en poco tiempo sacaban centenares de kilos”.
     "Una vez nos fuimos mar afuera en una lancha de 14 metros con motor central y no habíamos atrapado ni un pescado, y vimos una lancha que venía de la Macolla cargada, nos dirigimos hacia allá y en la orillita encontramos abundante pesca, y en 2 horas y media, 5 compañeros y mi persona pusimos la lancha Virgen del Valle de Ambrosio Marín -natural de Margarita- repleta de pescados. Como le dije, en todos los patios de las casas de Amuay se veían colgados, pescados salados secándose al sol. Estos pescados se los vendíamos a los dueños de los camiones de estacas que surtían los mercados de Coro, Barinas, Mérida, San Cristóbal, Maracaibo, Valencia, Maracay y Caracas".


jueves, 9 de febrero de 2017

· FABRICIO OJEDA (II) ·

Fabricio Ojeda se incorpora al Frente Guerrillero ‘José Antonio Páez’ de las FALN donde es nombrado Comandante. Desde esas montañas, mantiene correspondencia con los guerrilleros Douglas Bravo y Argimiro Gabaldón. Inicia una labor de clarificación política y se dirige por escrito a Juan de Dios Moncada Vidal, Pedro Medina Silva, Teodoro Molina Villegas y a los restantes miembros del Cuartel General de las FALN. Entra en abierta polémica con el buró político del Partido Comunista de Venezuela (PCV) sosteniendo un intercambio de acusaciones con Guillermo García Ponce.
Por su captura el gobierno ofrece 2.500 Bs. En los primeros días de abril del 1966 -junto a Douglas Bravo- inicia la reorganización de las FALN y la creación del Partido de la Revolución Venezolana (PRV) de tendencia marxista leninista. El 21, 22, y 23 se realiza el histórico pleno de cuadros con asistencia de unas treinta personas, incluyendo los representantes civiles y militares radicales, donde es nombrado Fabricio como Presidente del FLN- FALN con apoyo de los Frentes Guerrilleros de las Unidades Tácticas de Combate (UTC) urbanas y de los militantes del PCV. A consecuencia de esto, se inician agudas discusiones entre el PCV y los disidentes.

El día 17 de junio de 1966 sale publicado en Tribuna Popular, el vocero legal del PCV, un comunicado indicando que Fabricio Ojeda y Douglas Bravo son “traidores” y se encontraban en Caracas. Ese mismo día, Fabricio es detenido por el Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (SIFA) en Playa Grande (actual estado Vargas), junto a su compañera Anayansi Jiménez, en casa de Mario Matute Bravo, un ex perezjimenista de quien era amigo, y a Tulio Dugarte. El martes 21 de julio, vocero del gobierno informan que fue hallado muerto en su celda por el guardia que le llevaba el desayuno. El ministro de Defensa de entonces, general Ramón Florencio Gómez, declara que somos los primeros en lamentar lo ocurrido.

No obstante a la versión oficial de su muerte, que según el gobierno de entonces fue causada por suicidio, sus familiares y compañeros de lucha insisten en que Ojeda fue en realidad asesinado por funcionarios del SIFA. Sus restos fueron exhumados el 15 de noviembre del 2012 por expertos de la Unidad Criminalística contra la Vulneración de los Derechos Fundamentales del Ministerio Público, institución que había solicitado el procedimiento luego de que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia aceptara un recurso de revisión que los fiscales introdujeron alegando inconsistencia en el expediente, el cual había sido archivado durante 46 años. El 23 de enero del 2017 sus restos fueron llevados al Panteón Nacional por decreto del Presidente Nicolás Maduro Moros

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jueves, 2 de febrero de 2017

· FABRICIO OJEDA ·

El 03-02-2017, viernes por la tarde alrededor de las 5, hacía frío, unos conocidos de la tercera edad estaban sentados en un banco de la Plaza Bolívar de Santa Cruz de Los Taques. Me bajé de la moto; estos amigos hablaban con la tranquilidad que da el paso de los años, los saludé. Uno de ellos, el de mayor edad -hombre de ideas de izquierda, excombatiente guerrillero quien estuvo en la sierra de San Luis con Douglas Bravo y Eligio Sibada, “Magolla” en la década de los años 60 y 70 del siglo pasado-, apaciblemente fumando un tabaco, con la parsimonia que dan los años me dijo: “Dentro de 3 días, justo un 6 de febrero, se cumplirá un año más del nacimiento de Fabricio Ojeda; amigo cronista, usted escribe sobre gente de izquierda y de derecha sin distinción, sobre lo divino y lo humano, ¿podría hacer una crónica sobre este demócrata urredista que también fue comandante guerrillero? “
Le respondí por supuesto que sí, y entré a una panadería que está diagonal al banco Bicentenario e hice mi cola para comprar el pan. Al regresar a mi casa en Jayana, me sumergí en internet y comencé a investigar; hice contacto con el historiador Isaías Castrellón, excombatiente de la guerrilla urbana del oeste de Caracas (Lídice, 23 de Enero) y el resultado es como sigue:
“Fabricio Ojeda, conocido como ‘Roberto’, nació el 6 de febrero de 1929 en Boconó (estado Trujillo). Era reportero del periódico El Nacional desde la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez. Fue miembro del partido Unión Republicana Democrática (URD) y Jefe de la ‘Junta Patriótica’ en la clandestinidad, y que junto con militares, comunistas y adecos de izquierda lucharon contra la dictadura del General Marcos Evangelista Pérez Jiménez hasta lograr su derrocamiento el 23 de enero de 1958. En diciembre de ese año, fue postulado por el partido URD, Ojeda ganó la diputación al Congreso Nacional por el Distrito Federal”.
“El 23 de enero del siguiente año llegó a Caracas el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. A su regreso, el 19 de abril de 1960, todavía en Maiquetía, manifestó su admiración por la Revolución Cubana. Un día después declaró que “URD no podía ser corresponsable de actitudes ajenas e indiferentes a los intereses del pueblo”. Pidió que el partido se renovara y que se saliera de la tripartita del gobierno constituida también por AD y Copei a partir del pacto de Punto Fijo.
“Después de las fallidas intentonas para derrocar al Presidente Rómulo Betancourt -denominadas El Carupanazo y El Porteñazo-, el 30 de junio de 1962 renuncia a su investidura parlamentaria en la Cámara de Diputados del Congreso enviando una carta de protesta, marcha a la zona centro occidental del país y organiza un Frente Guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) bajo el lema ‘Hacer la Patria Libre o morir por Venezuela’”.

          “A finales de ese año, y luego de una serie de combates, es detenido en una carretera de Acarigua y sentenciado por un Consejo de Guerra a cumplir una pena de 18 años de presidio por el delito de rebelión. En septiembre de 1963 escapa de la Cárcel Nacional de Trujillo donde resulta herido en un tobillo al saltar un muro”.