lunes, 14 de enero de 2019

· BRIGIDO ORLANDO URQUÍA ·


Brígido Orlando camina con una andadera ortopédica, y a pesar de sus 69 años no tiene canas -típico de los emparentados con la etnia cariña- y no cesa de trabajar. Lo ha hecho casi toda su vida, desde el momento que aprobó el 3°año de bachillerato. Vive en El Tigre, estado Anzoátegui: frente a su casa hay un aviso deteriorado por el paso de los años que dice: “Técnico en Electrónica y Electricidad - Se reparan artefactos eléctricos, planchas, lavadoras y ventiladores”. Entré a su casa por la puerta del patio, ya que la del porche desde hace años está cerrada. Lo encontré reparando el electromagneto de un ventilador.
Está muy agradecido con el Gobierno Bolivariano, ya que recibe su pensión de Amor Mayor, aunque piensa que para que alcance debería ser de 20.000 BsS. Su hija “Coro”, no lo puso como Jefe de Hogar de la Patria, y por esa razón no ha recibido los últimos bonos; dice muy disgustado que las personas de la tercera edad deberían recibir los bonos, ya que ellas construyeron el país que hoy disfrutan los de menos edad; que su pensión de 4500 BsS es lo que cuesta casi un Kg de queso, ya que los comerciantes no respetan los precios acordados, y los bachaqueros venden de todo, pero carísimo, y además, le gustaría que a uno de sus hijos el Presidente Maduro le otorgara un préstamo, para que continúe con el oficio que él le enseñó.
Tenía este cronista 17 años que no visitaba este amigo, desde la muerte de su esposa, Doña Carmen -que en paz descanse-; recuerdo que en aquella ocasión viajé desde Jayana, municipio Los Taques, península de Paraguaná. Fui hasta El Tigre en un Volkswagen, y me accidenté unas cuantas veces a causa de la bobina, el rotor y el platino; tuve que comprarlos por el camino, algunos comerciantes los vendían como originales, pero no lo eran, -siempre la viveza sin sentido de algunos dueños de ventas de repuestos-; para mi pesar, llegué cuando el cortejo fúnebre estaba ya en el cementerio municipal.
La difunta Doña Carmen Borges, cinco años antes de morir, tuvo un accidente cerebro vascular y los neurólogos le daban pocas probabilidades de sobrevivencia, estuvo hospitalizada unos días en terapia intensiva, luego la enviaron a su casa; sin embargo, en aquella oportunidad un renombrado curandero y espiritista la visitó en su hogar, y en un rincón del patio, debajo de altísimos arboles de mango, realizó un misterioso ritual; en donde de inicio invocó al Señor Jesucristo, y continuó con letanías y lecturas de oraciones, en un círculo con velones blancos, que no se apagaban a pesar del fuerte viento que soplaba.
Al son de repiques de tambores y con mucho humo de tabaco, indicó los puntos cardinales con una daga, y le solicitó a los Espíritus de Alta Luz: Dr. José Gregorio Hernández, Chango Santa Bárbara, el Negro Felipe, el Cacique Guaicaipuro, la Reina María Lionza, doña Francisca Duarte, don Nicanor Ochoa, don Toribio, “el Montañés”, doña Clementina Pereira y Santo Pesado la curación de la señora.
Le prescribió una dieta sin sal, a base de pescados de piel azul, sardinas, frutas y verduras; que tomara religiosamente el antihipertensivo que el doctor le había recetado, y por supuesto, con los amorosos cuidados de sus hijas e hijos, al poco tiempo la doña ya comenzaba a reconocerlos, entrando en franca mejoría que dejó atónito a los médicos especialistas, cuyo pronóstico era reservado. El faculto curandero, conocido por aquellos lugares como Don Cucho, -un guyanés, nacido en el Esequibo- les dijo a los familiares que la señora Carmen iba a sobrevivir 5 años, y así fue.
Como les dije más arriba, hacía más de tres lustros que no visitaba al amigo Orlando, y el 22-12-2018 a causa del delicado estado de salud de su yerno Carlos García, -a pesar de mis dificultades para desplazarme y acompañado de unos parientes- llegué a la ciudad de El Tigre, que está a una hora de Barcelona, Anzoátegui.   
Impulsado por mi condición de cronista le dije al amigo Urquía: “Orlando, ¿podrías contarme algo sobre tu vida?” “Por supuesto, Muñoz, comenzaré por decirte que nací en El Tigre, el 30-01-1949, mis padres fueron Brígido Olivero y Gregoria Urquía, yo fui lo que antes se llamaba un hijo natural, a mis abuelos no los recuerdo. Saqué el 6° grado en el Grupo Escolar Trujillo en 1960 y el 3° año en el Liceo José Antonio Anzoátegui; realicé cursos de mantenimiento, electricidad, electrónica, reparación de ventiladores y aparatos electrodomésticos. Me casé con mi hoy difunta esposa en 1978, cuando la conocí era una mujer divorciada con dos hijo: Miguel y Fanny Coromoto, en nuestro matrimonio procreamos a Orlando José, Marilín, Brígido, Wilfredo, Karina, y Carlos Eduardo”.
“Orlando, háblame de los sitios donde laboraste”. “Muñoz, en mi juventud trabajé en la cristalería El Tigre, en la fábrica de hielo Glacial de Puerto La Cruz, en las minas de carbón de Naricual como caporal, en la construcción de la primera etapa del Metro de Caracas como obrero, y recuerdo que cuando contraje matrimonio manejaba un camión con una cava de un italiano, donde viajaba a comprar pescado y otros productos del mar, y por último, con mi mujer-que en paz descanse- vendía pescado en las mañanas, en un puesto alquilado en el mercado, y por las noches era vigilante en el geriátrico María Auxiliadora, mejor conocido como La Montonera, que en aquellos tiempos era atendido por las monjitas, y está todavía justo frente a mi casa”.
“Cuéntame una anécdota que te haya ocurrido cuando viajabas al Occidente de Venezuela, en el camión cava”. “Bueno, resulta Muñoz que cuando yo transportaba productos del mar, por los años ’70, el italiano Giuseppe me envió a Punto Fijo, a Las Piedras, con mi ayudante que era de Los Taques, a buscar una carga de camarones, carites, rey, jureles, pargos, cazones y corocoros congelados. Eran las 2 de la mañana y pasamos la alcabala de Yaracal; de pronto golpeé con algo, perdí el control del volante y nos encunetamos; le dije al ayudante: ‘¡Tomás, agarra la linterna y ve a ver qué pasó!’
“Mi ayudante se bajó, y regresó rápidamente y me dijo: ‘Atropelló un burro, está vuelto trizas, con la cabeza aplastada, de la barriga se le salieron las tripas y sale un chorro de sangre’. Me bajé del camión, y en efecto, el noble animal yacía muerto en el pavimento; de pronto inexplicablemente, se levantó y salió a todo galope como si fuera un caballo de carreras del Hipódromo de La Rinconada en Caracas. Mi ayudante y yo, corrimos asustados al camión, y no paré de conducir hasta que entramos en Santa Ana de Coro. Por esa carretera, Muñoz, verdaderamente pasaban cosas extrañas”.  

jueves, 3 de enero de 2019

· EL MANIFIESTO SOCIALISTA ·



La esencia de este artículo de mi puño y letra está en otro que con el mismo nombre escribí en el 2009, y fue publicado en un diario de circulación regional durante el gobierno del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Hoy 31 de diciembre del 2018, lo traemos a colación por la inusitada vigencia que ha vuelto a tomar.

Los socialistas del Municipio Bolivariano de Los Taques, Falcón, República Bolivariana de Venezuela, somos amantes de la paz y enemigos de la guerra, pero estamos dispuestos a empuñar las armas y ofrendar nuestras vidas si es necesario, si los imperialistas yanquis y sus títeres lamesuela, la burguesía consular colombiana, osan violar nuestra soberanía nacional invadiendo el sagrado suelo venezolano. Sin embargo, como dijo nuestro Comandante Chávez: “El enemigo no es el pueblo colombiano, nosotros amamos a Colombia, los enemigos son el imperialismo yanqui y sus lacayos la oligarquía colombiana, -descendientes de los que mandaron a asesinar al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre y Alcalá, en la selva de Berruecos.
Nos oponemos a las guerras de opresión y de dominio, a la violencia de los opresores. La acometida de los agresores imperialistas, de los fascistas y de los oligarcas bogotanos es el arma de los que no tienen razón, la justa respuesta de los oprimidos y de los perseguidos por la causa de la justicia, es el arma de los que la tienen. Sin embargo, si el Presidente Iván Duque quiere dialogar, será necesario sentarse hablar con él con la cordialidad, el respeto y la sinceridad que siempre nos ha caracterizado.
Nuestra revolución debe ser pacifica pero armada, ya que es deber del pueblo construir su Poder Popular, sostenerlo y defenderlo, por lo tanto, ante la concreción de la conspiración diabólica, metódicamente elaborada y orquestada por la Agencia Central de Inteligencia Americana (CIA) para apoderarse de muestro petróleo, -ya que tenemos la mayor reserva certificada de hidrocarburos del mundo-, y ordenada por los sectores ultraderechistas del Pentágono, el Senado y el Presidente títere de EEUU, las corporaciones económicas, en santa alianza, -ya que no hay ningún choque de poderes entre Barack Hussein Obama II y los sectores fascistas de esta nación-, hacemos un llamado a todos los patriotas venezolanos a no cruzarnos de brazos y permanecer indiferentes, a defender a la Patria hasta nuestras últimas gotas de sangre, si la planta insolente e impúdica de los ejércitos de los imperialista y sus títeres pisan el territorio nacional.
La instalación de siete bases militares norteamericanas en Colombia y la bestial campaña de difamación y mentiras contra el Comandante Chávez y nuestro gobierno. El acusar a Venezuela de ser un país de tránsito del narcotráfico es una cortina de humo al estilo de las patrañas montadas contra Irak, esto no es más que un escenario similar al armado por los imperialistas yanquis previa la invasión de este país, recuérdese la mentira de las supuestas armas químicas e instalaciones nucleares.
El imperialismo, mediáticamente está buscando una excusa para justificar una agresión armada, están creando las condiciones para ejecutar una invasión contra nuestra nación e instaurar un gobierno subordinado a EEUU, y en realidad esta embestida de los gringos no es nada nuevo, como dijo el Comandante Chávez: “Todos los gobiernos que durante 100 años quisieron defender el petróleo fueron derrocados. Sus objetivos del imperio están claros: saquear y robar nuestras reservas energéticas”.
Las tropas norteamericanas en la Hermana República hacen y deshacen cualquier cosa impunemente, los soldados yanquis violan niñas influidos por las drogas y no reciben ningún castigo de la justicia colombiana, y sin duda, son una amenaza para Venezuela. Colombia es hoy el principal productor de cocaína del planeta, y los EEUU su más importante comprador y consumidor, los yanquis ocupan el primer lugar en el mundo en el consumo de cocaína y de marihuana.
El principal rubro de exportación de la nación colombiana es la droga, que sin piedad destruye a la juventud estadounidense. El Gobierno del Palacio de Nariño necesita de nuestra gasolina, ya que a su país sólo le queda petróleo para pocos años, y nosotros tenemos para 300 años más, amén que uno de los componentes en la elaboración  de la cocaína es la gasolina. Por otra parte, estamos conscientes que los transportes de víveres, vehículos, camiones y gandolas de los departamentos fronterizos colombianos usan combustible venezolano. Debe y tiene que haber un acuerdo que equitativamente beneficie a ambos pueblos.
La República de Colombia necesita de nuestra gasolina, Venezuela estará siempre dispuesta a vendérsela; de esta nación hemos importado siempre alimentos, ganado, hortalizas, verduras, medicinas y diversas materias primas. El único camino a transitar entre nuestros dos países es la paz. A lo largo y ancho de nuestro país hay millones de colombianos, quienes trabajan, reciben atención médica, educación gratuita, se benefician de todas las Misiones que recibe el pueblo venezolano, conviven y son tratados por nosotros como hermanos.
En otro orden de ideas, diré que el próximo 10 de enero del 2019 asume su nuevo mandato el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moro, quien fue reelecto por el pueblo en elecciones directas, universales, secretas, libres, democráticas y soberanas. Que todos los venezolanos esperamos una gigantesca contraofensiva, en los planos políticos, sociales, económicos y mediáticos, por ejemplo, que la Misión Cristo (pobreza y miseria cero) que creó nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez se aplique a profundidad.
Es importantísimo, y por lo demás una obligación, darle respuesta a las necesidades de los más pobres aquí y ahora, mejorar su calidad de vida; es fundamental sembrar el modo de producción y las relaciones económicas y sociales de producción socialista en todos los sitios fértiles que podamos, pero también impulsar la producción privada, ayudar al emprendedor y al empresario privado honesto y laborioso a producir, pero por sobre todo, la gente de a pie quiere que se acabe de una vez por todas con las mafias del pollo, la carne, el cochino, las medicinas, las verduras, del calzado, la ropa y de todos los alimentos que inmisericordes no acatan los precios acordados, que se implementen mecanismos jurídicos como 25 años de presidio para todo aquel que acapare y especule con los productos de primera necesidad, sea quien sea, y se les recluya en cárceles granjas donde cultiven la tierra y críen ganado: que se bajen los precios y se suban los sueldos, pero se le aplique a los bachaqueros corporativos y de toda uña y pezuña, a los crueles empresarios y comerciantes que especulan con el hambre del pueblo el puño de hierro de la justicia.
Dispongámonos a aplastar como cucarachas a todo aquel que trafique con el hambre del pueblo. El margen de ganancia tiene que volver a ser el 30% y no el 10000% destruyamos finalmente el Estado burgués, e instauremos el Estado socialista participativo y protagónico. El Presidente Maduro y sus ministros, a pesar del bloqueo económico, han hecho un gran esfuerzo por sacar adelante a Venezuela, pero no los podemos dejar solos. Todos unidos luchemos por una Patria productiva y soberana.
Fascistas extranjeros y connacionales, enemigos de las esperanzas y progreso de los pueblos del mundo, la vida no es digna de ser vivida sino cuando la ennoblece un ideal, y nuestro ideal, nuestro norte, es el socialismo. Nosotros los venezolanos estamos dispuestos a empuñar las armas y sacrificar nuestras existencias por esta Revolución Bolivariana, si es necesario. Pero nunca pasaríamos nuestras fronteras sin ser atacados previamente. ¡Créannos! Estamos preparados para el combate por la defensa de nuestra soberanía nacional, pero en ningún escenario practicaremos la injerencia en otras naciones sin una causa belis contra nuestra Patria que lo justifique.
Para finalizar, les deseo a todos los lectores un 2019 con abundante Paz, Felicidad, Salud y Prosperidad. Y les digo la siguiente sentencia que leí en una pared: “El hombre que hace las cosas con el corazón en las manos, consigue recursos donde los incapaces se dan por vencidos”.

· Marina Leiva de García ·


   Doña Marina Leiva de García vive en El Tigre, estado Anzoátegui. Nació en el estado Sucre, en Puerto Santo, población cercana a Carúpano, el 27-01-1941. Es el prototipo de la mujer oriental: inteligente, con mucha chispa, sincera, extrovertida, practica la caridad. Dicen sus familiares y amistades que es muy preocupada por su prójimo, que es una excelente y sacrificada madre y una abnegada abuela, suegra y amiga; y además, conserva sus recuerdos.
   Es viuda de Carlos Ramón García -desde hace 8 meses- con quien estuvo casada 57 años, tiene 7 hijos, 3 varones y 4 hembras: Bartolomé, Marlene, Nancy, Carlos José, Ruth, Alexander Javier y César Enrique. Sus padres fueron José Leiva y Catalina Ramos de Leiva, sus abuelos paternos no los conoció y sus abuelos maternos fueron Gumersindo Zapata y Augusta Ramos. Tiene 15 nietos, Lenimar, Alberto, Nancy, Carla, Mariannis, Andy, Andrimar, Enrique, Rolando, Carlos Ramón, Audimar, Cesar Maikor, Jonathan y Alejandra, y 3 bisnietos, Carlos José, Fabián y Antonella.
   “Profesor Muñoz Freites, yo estudié hasta el 3° grado, mi mamá me enseñó a cocinar y los oficios de la casa. Soy católica y voy todos los domingos a misa; amé mucho a mi esposo quien era parrandero, poeta, cantautor, le gustaba bailar y se echaba sus traguitos; Carlos Ramón tenía sangre para las mujeres, yo lo celaba mucho. Llegué a El Tigre con mi hermana Regina y conocí a mi difunto marido -que en paz descanse-, en una fiesta en un templete de carnaval, su voz me cautivó y quedé locamente enamorada de él. Usted no se imagina lo feliz que me hizo mi esposo, se me erizaba la piel cuando agarraba su guitarra y comenzaba a cantar.
   Le gustaba la música llanera, cuando iba a Pariaguán -pueblo que está en la entrada del llano, hacia el estado Guárico- amenizaba más de un sarao. Los fines de semana me llevaba a pasear a un río, y yo aprovechaba para lavar la ropa, a él no gustaba que yo hiciera eso. Me casé a los 21 años, los dos teníamos el carácter fuerte, pero a él le molestaba discutir, siempre cedía y se quedaba callado. Que yo recuerde nunca me maltrató, ni me gritó. Mi primer y único amor que nunca olvidaré, a quien extraño tanto, que todavía me parece que anda por la casa. Era atento y caballeroso, quiso mucho a sus hijos. Yo tengo la virtud que nunca he tenido preferencia por uno de mis hijos, a todos los quiero por igual”.
   “Como le dije anteriormente, él era buen bailarín, escribía poesías y las recitaba, le gustaban las fiestas patronales, en especial las de la virgen de La Candelaria, el nació el 2 de febrero, día de esta milagrosa virgencita, para él era todo un acontecimiento esa fecha”.
   “Mi marido era chofer y hacía viajes largos a todas partes del país, recuerdo que más de una vez fue a Punto Fijo e hizo más de un viaje expreso llevando a los musiúes hasta la Refinería de Amuay; por el camino alternaba la radio con el cantar de sus canciones y el recitar de sus poesías. Le gustaban los galerones, el polo margariteño y recitar La Leyenda del Horcón, él tuvo muchos amigos, tanto chavistas como de la oposición, le gustaba los tragos en las reuniones familiares y con sus ocurrencias y chistes la pasábamos muy bien. Él peleaba en contra del Presidente Maduro, pero después que le salió la pensión de vejez quedó muy agradecido, aunque la disfrutó por poco tiempo ya que se la dejaron de pagar porque le faltaban unas cotizaciones. Yo también estoy agradecida por mi pensión, no soy ni del Gobierno, ni de la oposición, ya que nunca me ha gustado la política”.
    “Carlos Ramón lleva el nombre de su abuelo, y al igual que él, también recita y es cantautor de rap; y a su mamá Coromoto y a su abuela Doña Marina les compuso una canción:
“Mamá y mamá abuela, las amo, las amo mucho y lo sé,
no hay nada en el mundo que pueda compararse con ustedes,
malagradecido no soy, jamás lo seré,
por eso escribí este tema, para poder decirles que:
 Agradezco por ese amor tan grande y sincero,
 por los consejos sin interés ni presupuesto,
por los nueve meses que tu cuerpo madre me sirvieron
de hogar para un crecimiento un poco molesto,
rezo por tus virtudes y también por tus defectos
y ahora sí es tanto que no caben ni en cien grandes textos,
eres tan grande como mi padre y quizás los superaste,
ustedes, madre mía, abuela mía son las amigas
que no conseguiré en la calle,
 Fanny Coromoto y Marina les recito, 
hoy día de las madres, versos con el alma
 porque le dan calma a mis escritos,
las admiro por tener más hombría que cualquier tipo,
y convertir en adultos a una niña y a un chamito,
y esas son razones para estar orgullosos
de estas madres con un salario nos hicieron exitosos,
porque los dos ya somos universitarios,
con metas en mente por todo buen ejemplo dado a diario,
gracias cuando estamos enfermos y darnos el remedio,
 gracias por críticas duras con buen criterio,
gracias por permitirme asistir al colegio,
gracias por ser mi mamá y mi mamá abuela, que gran privilegio.”

   Su hija Marlene me contó una anécdota de su mamá: “Profesor, yo recuerdo que mis padres se querían muchísimo, y vivían siempre como dos tortolitos, pero hace mucho tiempo mi abuela -que en paz descanse- enfermó y mi madre tuvo que viajar a Puerto Santo, a cuidarla, y le dijo a mi papá -que en paz descanse- que iba a regresar en 15 días, resultó que mi abuela mejoró y mamá regresó antes de tiempo, y ella abrió la puerta y se percató que mi padre estaba con otra mujer, sin hacer ruido, y sin que se dieran cuenta, volvió a salir y se fue a la casa de una comadre que vivía cerca. En la mañana, regresó cuando mi padre no estaba y quemó el colchón. Mi padre estuvo días desaparecido, y se apareció con otro colchón carísimo, y que yo recuerde nunca más volvió a hacerle otra cosa parecida”.