miércoles, 27 de febrero de 2019

· ARGELIA MERCEDES LAYA LÓPEZ ·


El material para escribir esta crónica me lo enviaron a mi correo electrónico, el 26-02-2019. Lo he transcrito tal como lo recibí, y sin pensarlo dos veces lo publico.
Argelia Laya fue una destacada feminista, docente, activista política, luchadora social y por supuesto, una aguerrida venezolana; dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV), de Unión Para Avanzar (UPA) y presidenta del Movimiento Al Socialismo (MAS). Guerrillera en los años 60, anduvo alzada por las montañas de la Patria contra los gobiernos socialdemócratas de la Cuarta República de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, mandatos donde hubo entre muertos y desaparecidos 10500 víctimas.
No sé quién me lo envió, pero para tranquilidad de mis respetados lectores, les diré que pude comprobar la veracidad del escrito recibido; lo que sí sé es que me fue enviado desde el estado Falcón; donde todavía viven exguerrilleros de esos tiempos.  Quiero aclarar aquí que mi condición de cronista me impide quitarle o añadirle algo a lo recibido.
Estos excombatientes expresaron su apoyo incondicional a Nicolás Maduro Moros, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela. También recordaron que el 27-02-1989, hace 30 años, ocurrió la mayor masacre de la que se tenga noticia en este país en los últimos 100 años. Mencionaron estas personas de la tercera edad que los productos de primera necesidad por esos días eran acaparados por los comerciantes; tampoco se conseguía carne, pollo, café, leche en polvo, avena, pan, arroz, harina entre otros víveres, por los aumentos de precios que se esperaban, y fueron los aumentos de la gasolina y de los pasajes los detonantes de tan trágicos sucesos.
A soldados recién reclutados, que no conocían Caracas, se les ordenó disparar contra el pueblo. Hubo unos 3600 muertos en 48 horas; los cadáveres eran recogidos con pailoder en camiones y llevados directamente a La Peste, un lugar del Cementerio General del Sur caraqueño y echados allí sin identificar. El Presidente para aquella época era Carlos Andrés Pérez, -sobre quien también corría el rumor que había nacido en Colombia-. Él implementó un paquetazo económico del Fondo Monetario Internacional, que produjo la rebelión popular conocida como El Caracazo, que constituyó el despertar de un pueblo antiimperialista. Hoy en Venezuela conviven con los venezolanos 5 millones 600 mil hermanos colombianos que, en los barrios de la Gran Caracas y demás ciudades de la Nación, viven con nosotros en sana y santa paz y que respetan la Constitución Nacional. 
Ahora bien, escriben los incógnitos colaboradores: “Argelia Laya fue una mujer absolutamente honesta, responsable, bondadosa, delicada y franca en el trato, infundía gran respeto porque respetaba a todo el mundo y tenía, sobre todo, don de mando; recibió el reconocimiento de todos los sectores de la población y logró incorporar a las mujeres de todas las toldas políticas, credos y racionalidades a la lucha por los derechos de las mujeres”.
Continúan escribiendo los colaboradores: “Así describe Pedro Laya a su madre, amiga y compañera de lucha: ‘Yo era miembro de la Escuadra de Argimiro Gabaldón desde los catorce años; y Argelia era del PCV; ella nunca se enteró de mi vínculo con la FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional); lo supo en 1967, precisamente el día que bajó de la montaña, y eso fue porque me dieron la tarea de trasladarla sin saber que se trataba de ella”.
“Argelia Laya nació el 10 de julio de 1926 en Rio Chico, estado Miranda -‘el próximo mes de julio del 2019 cumpliría 93 años’-. Su madre Rosario López fue ama de casa, servidora comunitaria, pero también poetisa y cantora, que tocaba muy bien el cuatro, y su padre fue el coronel Pedro María Laya, Jefe Civil del pueblo de Rio Chico”.
“Argelia tuvo tres hijos: Pedro, Rafael y Luis Guillermo, y uno adoptivo que lleva por nombre Alberto Bueno, a quien le dicen Paramaconi. Desde los albores de su juventud, Argelia Laya luchó por los derechos de los más desasistidos, muy especialmente por los derechos de las mujeres. Cuando concibió su primer hijo era soltera, maestra de profesión y daba clases en la Escuela Gran Colombia de Caracas, y por lo cual fue vejada, discriminada y destituida del cargo”.
“Argelia Mercedes Laya López desde su juventud estuvo involucrada en el acontecer político, siendo un ejemplo de la participación política de la mujer venezolana; emprendió una gran lucha por el derecho de las mujeres a un embarazo seguro y a no ser excluidas del sistema educativo, defendió también los derechos de las mujeres a la educación, a la participación cultural y a la capacitación, hasta la formulación del Plan Nacional ‘Educando para La Igualdad’, donde estableció los principios y estrategias para una educación para la paz y la justicia, con fundamento en la erradicación de la discriminación por sexo. En las montañas del estado Lara se incorporó en 1962 a la lucha armada; integrándose  a las guerrillas del PCV, siendo conocida como la Comandante Jacinta. Más adelante, se acogió al proceso de pacificación del Presidente Rafael Caldera y llegó a ocupar la presidencia del MAS. Esta revolucionaria venezolana falleció el 27 de noviembre de 1997”.

lunes, 18 de febrero de 2019

· UNA VENEZOLANA ·



Danielsys Alexandra Castro es una muchacha que nació en El Tigre, Anzoátegui, a finales del siglo XX, el 15-08-1999. Es sencilla, laboriosa, extrovertida, de muy buen humor, de buenos sentimientos, caritativa, generosa, inteligente, colaboradora, vive en paz consigo misma, respetuosa, siempre tiene una sonrisa en los labios, dispuesta a ayudar a quien lo necesite sin esperar nada a cambio; no le gusta discutir con su marido, pero siempre lo aconseja por su bien.
Es muy estudiosa, iba a ingresar a la universidad para cursar Medicina; pero se enamoró locamente de un joven; se hicieron “marinovios” y las obligaciones del hogar le han impedido proseguir con sus estudios: lava, plancha, cocina, limpia la casa, cuelga la ropa, barre el patio, porque su suegra tiene una máquina de coser industrial y una overlock, y se la pasa todo el día haciendo vestidos, camisas y pantalones. Además, su compañero Carlos Ramón García Mejías -quien a cada momento le dice: “tu vida es mi vida”- tiene a su cargo a su hijo Carlos José de 3 años, y ella lo está criando desde hace 2 años. He observado que lo trata como si lo hubiese llevado en su vientre y fuera su verdadera madre; nos parece muy loable y digno de admiración; por sus venas corre sangre cariña, y esto es propio de personas de esta etnia.
Se hizo bachiller en el Liceo Bolivariano Dr. José Rafael Revenga, con un promedio de 18 puntos, en una escala de 01 a 20 puntos. Casualmente, y como hecho inusitado, me contó que su marido es cantante de rap, baladas y realiza tatuajes. Hace un tiempo, cuando ellos eran novios, lo acompañó a la península de Paraguaná, a cantar en un club nocturno, donde estuvo contratado por un año.
Estando en esta ciudad fue más de una vez a las playas de El Pico, de Villa Marina y Amuay; las personas de los municipios Carirubana y Los Taques le parecieron muy atentas, amables y gentiles. Comió el famoso chivo en coco con arepa pelada, el mojito de cazón y probó el cocuy de penca.
“Danielsys, háblame de tu familia y algo de tu vida” “Profesor Muñoz Freites, mi padre es colombiano y lo trajeron de 10 años a Venezuela, y aquí estudió y aprendió un oficio que le permite ganarse honradamente la vida; nadie lo trata mal ni lo discrimina por ser de Colombia; ama a nuestro país como si hubiese nacido aquí. Se llama Roldán Ayala, pero quien en realidad terminó de criarme fue mi padrastro, el guariqueño Juan Bautista Manzol. Mi madre se llama Mayra Josefina Castro Quijada y tiene sangre cariña.
Mis Abuelos son doña Ernestina Quijada y don Orlando José Castro; tengo 2 hermanos maternos: Orlando José Castro y Francisco Javier Manzol Castro. Tengo 6 tíos: Nahomi, Zuleika, María, Wilmar, Carlos y Elvis José -difunto, quien era ingeniero en gas y viniendo de Anaco se mató en un accidente de tránsito-. Mi primer empleo fue en el Bodegón Don Pancho, en El Tigre, haciéndole el mantenimiento al local, y luego cuidé niños cuando sus mamás iban a sus empleos, yo estudiaba de tarde”.
“Nárrame una circunstancia que haya dejado una huella en tu vida”. “Profesor, yo siempre me hice respetar de los varones, recuerdo que cuando estudiaba el 6° grado mis compañeros acostumbraban halarle el cabello a las niñas. Un día vino un gordito de nombre Víctor José Mendoza y me haló fuerte por el pelo, me lo templó; yo no lloré, sino que mi reacción fue darle un fuerte golpe en el ojo y se le puso morado. Nunca más los niños volvieron a molestar de esa manera a las niñas”.
“¿Recuerdas algún hecho extraño?” “Sí, resulta que mi abuelo don Orlando José tomaba mucho, y llegaba a altas horas de la noche borracho. Un día yo me encontraba debajo de la mesa porque me había regañado mi mamá, porque no me quería dormir temprano; y veo a mi abuelo que entra hablando con alguien; pero lo extraño era que estaba solo, de pronto buscó su comida en la alacena y se sentó en una silla a comer en la mesa, observé que compartió su comida, y puso la mitad, en otro plato, -vi con estos ojos que se comerán los gusanos-, que alguien se llevaba el tenedor a la boca y comía; pero créame era invisible, allí yo no veía a nadie, de pronto mi abuelo se para despavorido y me dice que a su amigo, a quien había conocido en el bar esa noche, la cara se le había vuelto una calavera y le susurró’: ‘Yo soy la Pelona, la Muerte, y te vengo a advertir que si sigues tomando como un loco, pronto te irás conmigo’. La realidad fue que mi abuelo desde esa madrugada nunca más volvió a probar una gota de alcohol; y ha vivido hasta la fecha respetado y honrado por sus hermanos, los cariña.”   

jueves, 14 de febrero de 2019

· EL DÍA DE LA JUVENTUD ·


Esta crónica la escribí el 12 de febrero, Día de la Juventud venezolana, pero por razones ajenas a mi voluntad no pudo ser publicada en esa fecha. Narro a continuación un diálogo que sostuve con Yordi José Zurita Yánez sobre esta batalla.
“Profesor Muñoz Freites, usted que es historiador me puede sacar de una duda acerca del 12 de Febrero, ¿este día se debe celebrar o conmemorar el Día de la Juventud?”
Yordi José, yo sólo soy un humilde cronista oficial de un municipio, Los Taques, Falcón; hay historiadores quienes afirman que en la República Bolivariana de Venezuela se celebra cada año el Día de la Juventud en honor a los 85 jóvenes seminaristas del Seminario Santa Rosa de Lima de Caracas y de los estudiantes de otros colegios de esa ciudad en un total de 800, cuyas edades estaban comprendidas entre 12 y 20 años, quienes acompañaron a José Félix Ribas y a Vicente Campo Elías en la batalla del sitio de La Victoria, y derrotaron a los antirrepublicanos, al mando del español Francisco Tomás Morales, -el asturiano José Tomás Boves, por estarse recuperando de una grave herida que recibió en la primera batalla de La Puerta (3 de febrero), no pudo participar el 12 de febrero de 1814.
Los jefes del ejército realista eran de la península ibérica, pero la tropa estaba formada por venezolanos. La guerra por la emancipación fue una cruenta guerra civil donde quienes salían heridos, difícilmente sobrevivían ya que se carecía de antibióticos; por esta razón fueron fuertes los rumores sobre el Taita Boves, por la recuperación de una herida que supuraba pus y tenía gusanos, -se decía que poseía pacto con el demonio y solamente él sabía en qué combate iba a morir-. En realidad, las acciones heroicas y los combates de los patriotas deben conmemorarse y no celebrarse, ya que en ellos se derramó sangre de venezolanos que lucharon por la Independencia de nuestro país. Esta saga de los seminaristas en batallas, trajo como consecuencia que muchas comarcas de Venezuela quedaron por años sin sacerdotes, ya que para marzo quedaban 6 y en julio solamente 1.
La Asamblea Constituyente de hace 72 años, decretó el 10 de febrero de 1947, conmemorar el 12 de Febrero como Día de la Juventud; pienso que aquí debemos resaltar la importancia que han tenido y tienen las Asambleas Constituyentes, en el acontecer histórico de la Nación venezolana. En 1895 en la plaza de La Victoria se colocó un busto del General José Félix Ribas y se le cambió el nombre a la mencionada plaza por la del prócer.
Yordi, usted es un joven de 21 años; por esta razón hoy decidí hacer su crónica. “¿Qué opinas de lo que está pasando en nuestra Patria?” “Profesor Muñoz Freites, no soy político ni me gusta la política, yo voté nulo, estudié la primaria en la Unidad Educativa Fernández Padilla y el Bachillerato en la UEP -privada- Rafael Vicente Adriani Pieretti; pero una vez un profesor me dijo que por comodato el Estado venezolano le paga a los profesores de los Liceos privados más de la mitad del sueldo, tengo amigos y me dicen que en otros países de Latinoamérica donde ellos están trabajando, no existe la educación gratuita. Profesor, yo estuve estudiando en una universidad pública y no pagué nada”. “Lo que yo no entiendo es el por qué el Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros no evita que los precios sigan subiendo todos los días. Vi por la televisión que le solicitó al Tribunal Supremo de Justicia que cree penas de 6 a 10 años para los especuladores, pero pasan los días y siguen los comerciantes y los bachaqueros haciendo lo que les da la gana. ¿Qué pasa pues?”
“Bien, amigo Yordi, cuénteme sobre su vida” “Profesor yo nací en el sur del estado Anzoátegui, en El Tigre, en el Hospital General Felipe Guevara Rojas, el 04-11-1997; soy hijo de Iris Yaneth Yánez y Wilmer José Zurita Contreras, tengo una hermana de nombre Yolimar Yamilet. Mis abuelos maternos son María Yánez y José Alejandro Martínez, y los paternos son Maritza Contreras de Zurita y Rafael Zurita; mi bisabuelo se llama José Pérez, de 109 años, posee una pequeño fundo, en un lugar llamado El Hilariero, en el campo, donde -aunque usted no me lo crea- él siempre ha sembrado plátanos, ñame, ocumo, batata, verduras, yuca, hortalizas, chícharo, frijol, caraota y caña de azúcar-, además, tiene un ganadito que se lo atiende mi papá”.
“Profesor, yo también desde pequeño he trabajado la tierra, en las vacaciones escolares. Hace años, en los juegos estadales de Educación Media y Diversificada, conocí en Barcelona unos jugadores de Falcón, y uno de ellos me dijo que era de Los Taques; pero en realidad nunca he ido por la península de Paraguaná”.
“Ahora Yordi, cuéntame una historia extraña que hayas escuchado en el campo”. “Resulta que mi primo Yunior José Velásquez Yánez se fue a tomar con un compadre a un campo llamado Guerra, y apenas habían abierto la botella -no estaban ebrios- y de pronto llegó de la nada un trigueño alto, cabello liso y largo, con rasgos finos de blanco, con un gran sombrero negro, de pelo de guama, además llevaba puesto un liquilique impecablemente limpio, como el que usan los llaneros adinerados, en el coleo de Pariaguán -la puerta hacia los llanos guariqueños-.
A pesar que era invierno y estaba lloviendo a cántaros, sus botas negras de cuero no tenían barro, lo que si brillaba eran sus espuelas de oro, y una amistosa sonrisa donde destacaba un diente de oro; y sin pedir permiso se sentó al lado de ellos; agarró la botella que estaba casi llena y se la tomó de un solo trago sin respirar, y de sus ojos azules brotaban como llamaradas de candela, y le preguntó a mi primo: “¿Te acuerdas Yunior José cuando ayer me llamaste? Dijiste: ‘Maldita sea, ¿por qué no me sale el Diablo para hacer un pacto con él, y poder pagar mañana las deudas de juego que tengo, y rescatar el documento de propiedad de mi vivienda que dejé como garantía?’ Pues aquí estoy, procedamos a firmar el contrato”.
“Me cuenta mi primo que gritó: ‘¡Ave María Purísima!’, y salió corriendo como un caballo desbocado, y llegó a su casa sin aliento, con el pantalón mojado de orina y jurando por todos los santos, que nunca más jugaría a las cartas ni a los dados. Y cometió el grave error de contarle toda la historia a su mujer, quien agarró un palo y comenzó a molerlo, -ella tenía la costumbre de hacer esto cuando su marido le llegaba rascado, pero esta vez el desafortunado hombre casi no había bebido-. La señora le gritaba como loca: ‘¡Eres un descarado sinvergüenza, por qué no aceptaste firmar ese negocio tan bueno de hacerte rico, con el tal fulano!’ ”

martes, 12 de febrero de 2019

· ALEIDA HERNÁNDEZ DE SALAZAR ·


El 10-02-2019 sostuve una agradable conversación con la señora Aleida, quien es de las pocas rezanderas que quedan en El Tigre; ella dirige los rezos del Santo Rosario en los velorios y luego los rezos de los 9 días -novenario-, en el Sector Simón Bolívar, cerca del Geriátrico de La Montonera. Se sabe alrededor de 50 oraciones, entre ellas: la de la Santísima Trinidad, la de la Virgen de la Candelaria, el Padre Nuestro, el Ave María en español y latín, la Magníficat, la de la Virgen del Valle, la de la Virgen del Carmen, el Gran Poder de Dios y pare de contar. Este legado lo aprendió de su abuela Inés Patricia Rojas y de su tía Belén María Hernández Rojas, que en paz descansen.
“Señora Aleida, buenos días, ¿cómo está usted?” “Divina, muy bien gracias”. “Me gustaría escribir su crónica”. “¿Qué tengo que hacer?” “Sencillamente, cuénteme acerca de su vida”, “¿Pero acaso las crónicas no se escriben sólo de personajes importantes, profesor Muñoz Freites?” “Señora Aleida, cada venezolano y venezolana es un personaje notable del pueblo, la idea es que las generaciones futuras conozcan cómo eran y qué pensaban las personas de estos tiempos, a través de los testimonios que los cronistas recopilamos”.
“Profesor, de entrada le diré que usted tiene unos ojos verdes muy bonitos, qué lástima que su mujer sea mi amiga” “Muchas gracias, mi estimada señora” “Yo nací el 23-03-1954 en la ciudad de El Tigre, soy hija de Eustorgio Viviano Hernández (difunto) y Anacleta del Carmen Pino -quien tiene 93 años y está en uso pleno de sus facultades mentales-. Mis abuelos maternos fueron Sebastiana Gómez y Juan Pino, y los paternos Inés Patricia Rojas y Viviano Hernández. Mis 2 abuelos eran tripulantes de barcos pesqueros, don Viviano navegó por el Delta del Orinoco y don Juan pescó en un peñero junto con 9 tripulantes, en aguas de la isla de Margarita y del golfo de Venezuela cerca de Santa Cruz de Los Taques, donde compraban los víveres para el retorno a Puerto La Cruz, resulta que mi abuelo se enamoró de una taquense y estuvo a punto de quedarse por aquellas tierras, si esto hubiese pasado yo no estuviese aquí, contándole este relato”.
“Pescaban raya, carite, mero, corocoro, jurel, cataco, cojinúa, cazón y sardina, entre otros. Tengo 4 hijos, 2 varones y 2 hembras: Yohenny, Yorman, Yoannelly y Yohanny, 14 nietos: Yosma, Aniangel, Andy, Génesis, Yohenny, Jasón, Angie, Yoannymar, Yosangely, Yosheant, Génesis Rubiannis, David y Daniel, y 4 bisnietos: Yoniangel, Yonier, Yefferson y Yosma”. “¿Y por qué casi todos comienzan por Yo?” “Porque mis parientes son muy zánganos, siempre dicen: ‘Yo no fui’ y resulta que sí fueron, jajajaja”.
“¿Señora Aleida que estudió usted?” “Cursé la primaria en la Escuela Fernández Padilla y me hice bachiller en el Liceo Pedro Briceño Méndez; también hice cursos de corte y costura, repostería, mecanografía, cocina y elaboración de dulces. No ingresé a la universidad porque me enamoré de mi marido Cosme, quien me dio un curso intensivo de hacer muchachos, totalmente gratis y muy placentero. Me apasioné locamente de ese hombre, y me fui con él; pero mi papá nos alcanzó en Delta Amacuro. Él era cazador y llegó con una escopeta de dos tiros, y le dijo a mi futuro esposo: ‘Te casas o te cazo’. Y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en la Prefectura contrayendo matrimonio, jajajaja”.
“Dígame ahora, ¿cuál fue su primer empleo?” “En 1976 trabajé en Tucupita, de secretaria, en la agencia de venta de automóviles y artefactos electrodomésticos Martínez Alejos S.A. Después me fui para Puerto Ordaz, Guayana, donde nació mi segundo hijo, y me dediqué al hogar, trabajo duro que exigía y exige mucha responsabilidad”.
“Señora Aleida, cuénteme una anécdota que haya vivido”. “Profesor mi marido tuvo un amigo turco, que murió en un accidente de tránsito, -pero no hubo velorio, yo no recuerdo haber visto nunca velorio de turco, árabe o chino-. Él se llamaba Mohamed y su apellido era muy difícil de pronunciar. Este turco tenía muchas novias porque era muy bien parecido; el muy pícaro en su local vendía cortes de tela buenos, bonitos y baratos; siempre andaba con sueño, aunque nunca se equivocaba contando el dinero de sus ventas; pero eso sí, era muy caritativo, siempre le daba limosnas a los pobres que llegaban a su negocio”.
“Yo cuando lo veía, le decía a mi marido: ‘Hay viene Mohamed La Varah (mójame la vara) con otra muchacha preñada, qué acertado es su nombre y apellido, ya que le encanta andar con la vara mojada’; ‘imagínese profesor, murió de 68 años, y dejó 7 muchachos de distintas novias, y todas trabajaron en su tienda; ¡pero, ah catire responsable, a todas les seguía pagando el sueldo, cuando dejaban de ir a su local, jajajaja, él iba religiosamente a sus casas de noche, -de lunes a domingo-, y a ninguna le ofrecía matrimonio porque su religión no le permitía casarse con cristianas. Al tiempo se descubrió el secreto de su soltería, en su país tenía una mujer con 5 hijos y 3 concubinas con 4 hijos cada una, y se había venido huyendo por no respetar los preceptos de su religión, ya que no le alcanzaba el dinero para mantener tanta gente; en su tierra un hombre podía casarse con muchas hembras, siempre y cuando las mantuviera, jajajaja”.

lunes, 11 de febrero de 2019

· CARLOS JOSÉ GARCIA LEIVA ·



     
Esta crónica la escribo desde El Tigre, estado Anzoátegui, donde tuve que ir a causa del fallecimiento del pariente, Carlos José García Leiva -que en paz descanse-, esposo de Fanny Coromoto Mejías Borges de Garcia, sobrina Rosa Borges quien desde hace muchos años vive en Jayana, municipio Los Taques, Falcón. A Carliño -como cariñosamente le conocían sus familiares y amistades- le dimos cristiana sepultura el 6-02-2019, en el cementerio municipal de esta ciudad. Carlos José nació en Porlamar el 20-06-1968, y era hijo de Doña Marina Leiva de García y Don Carlos Román García (difunto). En vida tuvo 7 hermanos, 3 varones y 4 hembras: Bartolomé, Marlenys, Nancy, Ruth, Alexander, Cesar y Marlín; 2 hijos: Carlos Ramón y Carla Carolina, y un nieto, Carlos José.

La parca inexorable acecha a los mortales, con la finalidad de cortarles el hilo de la vida; nadie escapa de la guadaña de la Santa Muerte. Lamentamos bastante cuando fallece un ser humano de tan buenos sentimientos, quien amaba a su madre, padre, hijos, nieto, esposa, hermanos y sobrinos de manera incondicional y con genuina pasión. A través de esta crónica les hago llegar mi sentido pésame, y les digo que no están solos en su dolor, ya que observé el nutrido grupo de amigos y amigas que sienten tan irreparable pérdida.

Me dijo su hija Carla: “Mi padre siempre estuvo pendiente de nosotros, nos quiso muchísimo, en extremo; era un hombre alegre, parrandero y chistoso; le gustaban las fiestas, tomar sus cervecitas y hacerle bromas a las invitadas, les decía por ejemplo: ‘Estás como Giya, buena moza de cara como de cosa’. Acostumbraba a ponerle apodos a sus amigos y familiares: Cara de Pitillo, Cachetera, Chupetera, Vangelita, Traga Leche, Rodilla de Vaca, Zamuro Coqueto, Cabeza de Plato, Templadita, Vecina Chismosa y Mama Cuca, entre otros, sacados de su jocosidad”. “Nárrame Carla una anécdota de tu padre”. “Bueno, tío… Cuenta mi mamá que mi papá le ayudaba en los quehaceres del hogar, pero no le gustaba para nada cambiarme el pañal; en aquellos tiempos de apenas 17 meses de casados, pasaban por una situación difícil y ella tenía que trabajar. Un sábado, la señora que me cuidaba tuvo que ausentarse, y mi madre me dejó con él. Resulta que me acostó en una hamaca y se fue a prepararme el tetero, y cuando regresó yo estaba sin el pañal, cubierta de pupú de pies a cabeza… mi padre no sabía qué hacer, y sencillamente tomó una manguera y me roció con agua con la mayor delicadeza posible, hasta dejarme reluciente de limpieza”.
“Tío, ese gran amor que nos tuvo lo impulsaba siempre a trabajar duro y de manera responsable; que yo recuerde nunca dejó de cumplir en la fecha indicada con los trabajos de herrería, soldadura y mecánica que le encargaban; decía siempre: ‘Tengo que cumplir a tiempo los encargos de los clientes, mis hijos y Coro -como llamaba a su adorada esposa- estudian, visten y comen todos los días’. Mi padre también quería sobremanera a mis abuelos paternos, fue un excelente hijo”. 
“Mi papá era el modelo del venezolano típico y ejemplar: honrado, solidario, caritativo y bondadoso como ninguno, con los más necesitados; a sus clientes les cobraba el precio justo y razonable, nunca especuló a nadie, todo el mundo salía satisfecho de su taller, el cual tenía en el patio de nuestra casa. Sus trabajos eran garantizados y de calidad.”
Su hijo Carlos Ramón me narró: “Tío, mi padre era una persona muy sociable, amigo de los amigos; era muy alegre y jocoso. Recuerdo que  de niño yo fui muy tremendo, muy hiperactivo, él nunca me pegó pero sí me regañaba fuerte. En la noche o cuando se tomaba unos tragos se ponía a llorar por la forma en que me reprendía. En realidad, yo en esos momentos no entendía a papá, pero ahora que soy padre lo entiendo”.
“Mi papá murió de cáncer. Hace 3 años le extrajeron unos tumores, y en diciembre del 2018 le diagnosticaron metástasis en el cerebro. Él soportó su enfermedad con mucha valentía y fortaleza, a pesar de que los dolores eran fortísimos. A su velorio vino un sacerdote porque él era católico, pero luego también asistieron a orar unos cristianos evangélicos, ya que él tenía amistades de ese credo. Él era de oposición, pero a su entierro asistieron sus amigos chavistas. En ese momento comprendí que todos los venezolanos somos hermanos e hijos de Dios y debemos buscar la paz, la tranquilidad, el diálogo y entendimiento”. 

jueves, 7 de febrero de 2019

· HIEDE A CÁRCEL ·



Les recuerdo a mis lectores que los cronistas somos neutrales, no hacemos historia, sino que la escribimos. El 24-01-2019 sostuve una interesante conversación con Jesús Paruta Caguiche -nótese que tiene dos apellidos de la etnia cariña-, a quien conocí hace unos meses en el gimnasio del Centro de Rehabilitación Integral de Campo Alegre, en Barcelona, donde el fisiatra y los terapeutas cubanos realizan una loable y humanitaria labor atendiendo cada día un número considerable de pacientes que necesitan diversas terapias, que en cualquier clínica privada resultan costosísimas. Por disciplina cronical, diré que Paruta nació el 07-07-1962 en Los Jabillos de San Bernardino, municipio Simón Bolívar, Anzoátegui y es hijo de Hilda Caguiche y Rafael Paruta, a sus abuelos no los recuerda; tiene 5 hijos: Abrahán, Jesús Rafael, Arianny, Ángel Edward y José Luis.
“Tocayo buenos días, ¿cómo se siente?” “Amigo, como muchacho con juguete nuevo”, “¿y por qué tanto regocijo, Paruta?” “Sencillamente, porque vi por televisión que el Presidente Nicolás Maduro Moros le solicitó al Tribunal Supremo de Justicia que modifique el Código Procesal Penal, con la finalidad de que los especuladores de todo tipo de uña y pezuña vayan a la cárcel con penas entre 6 y 10 años. Este anuncio el pueblo lo recibió con mucha alegría; sin discusión, meter presos con sentencias firmes a estos facinerosos es la gran medida que el venezolano de a pie está esperando. Toda persona que viole la Constitución Nacional y en especial, el que trafique con las necesidades del pueblo, o el que esté incurso en hechos de corrupción, debe ir varios años a prisión, sea quien sea.”
“Tocayo Muñoz Freites, el 4 de febrero del 2019 millones de personas leales al legado del Comandante Chávez conmemoraron la insurgencia militar en contra del mandato de Carlos Andrés Pérez, que se caracterizó por ser un Gobierno de las cúpulas corruptas de los politicastros social demócratas,-ladrones descarados del erario público- y de la mafia podría de la FEDECAMARAS de aquellos tiempos”.
“¿Tocayo y qué opinas tú de Guaidó?” “Amigo Muñoz Freites, el 20-05-2018, en este país hubo elecciones presidenciales universales, directas y secretas; el 67,8% de los votos emitidos y ente ellos, el mío y el de mi familia, permitieron que el Presidente Maduro fuera reelecto, y la oposición tuvo como candidato a Henri Falcón. Hubo venezolanos de derecha que cometieron el torpe error de no participar; la única alternativa constitucional que les queda es esperar que transcurra el tiempo necesario para recoger las firmas del referendo revocatorio”.
“Las personas a lo largo y ancho de toda la nación venezolana lo que quieren es paz y tranquilidad, y como me dijo una amiga de nombre Yenni: ‘A ese muchacho le pasó como a Carmona Estanga, tuvo unos momentos de ilusión y más nada; él tiene toda una vida por delante, lo mejor que puede hacer es aterrizar, agarrar mínimo y dejar de hablar sandeces. Le aconsejo que piense bien lo que dice y que además, tome un curso de derecho constitucional, ya que desde lejos hiede a muchos años de presidio”.
“Amigo Muñoz Freites, Mr. Trump desde Washington designó un presidente títere, Guaidó, quien se autoproclamó en un acto político. El dirigente de oposición, el socialcristiano Eduardo Fernández, El Tigre, del partido Copei reconoció la legitimidad de las elecciones presidenciales y la legalidad de la juramentación del segundo mandato del Presidente Nicolás Maduro Moros. Y dijo en una entrevista: “El que atiende el teléfono en Miraflores es Nicolás Maduro. Tú sabes que una vez a un embajador le pregunté: ¿Quién crees que es el Presidente? y el embajador me contestó: “El que atiende el teléfono en Miraflores.”
“El Gobierno de Donald Trump reconoció al autoproclamado títere opositor, el diputado Juan Gerardo Guaidó Márquez -nacido en La Guaira, estado Vargas, el 28-07-1983- como Presidente, y con el mayor descaro habló de invadirnos y bombardearnos. Expresó sin tapujos que viene por el petróleo de Venezuela; la administración del inquilino de la Casa Blanca lo que quiere es convertir a nuestra nación en una estrella más de la bandera yanqui. Pero los yanquis se equivocan de largo a largo, además tengan la plena seguridad que los buques, portaaviones o aviones extranjeros que entren a nuestro territorio nacional sin autorización del Gobierno nacional serán hundidos o derribados. Es posible que desembarquen, pero de aquí regresarán en ataúdes por montón”.
Mr. Trump nuestro Gobierno constitucional tiene los millones de dólares para importar alimentos, medicinas, insumos y materias primas, lo que necesita es que cese el injusto bloqueo económico que le impide comprarlos”.
“El Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros considera que la recuperación económica del país es la principal tarea a realizar por los venezolanos, y llama a todos a un diálogo franco y sincero en relación a este tema. Si los imperialistas estadounidenses o sus lacayos osan hollar el sagrado suelo de la República Bolivariana de Venezuela harán que la nación se precipite en una cruenta guerra civil, y lo único que crearán será un Vietnam que se extenderá a lo largo de toda la América y será más mortífero que el que hubo en Asia, y sin duda, la confrontación llegará a los EEUU. Todos estos actos de locura política llevarían al planeta Tierra a la Tercera Guerra Mundial”, terminó diciendo el tocayo Paruta.