miércoles, 12 de junio de 2019

EL CARNICERO OSWALDO CAMPOS CHIKE


   
     En enero del 2019, hace 6 meses, fui a solicitar por primera vez, una cita con la fisiatra del Centro de Rehabilitación Integral de Campo Alegre, Barcelona. La finalidad de esta consulta era que ella me indicara el tratamiento de terapia para mis manos.  Recuerdo que llegué muy temprano en la mañana, fui la tercera persona en la fila, entablé una conversación con un joven que ocupaba el segundo puesto y esperaba de pie con 2 muletas.
   “Buenos días amigo, hace frio y hay neblina, ¿a qué hora comienza la consulta?” “Tengo entendido que a las 8:30 am. Usted no parece de por aquí, en Barcelona hace bastante calor; pero en enero y febrero el clima es fresquito.” “Bien, yo me llamo Jesús, y efectivamente, vengo del Occidente, del estado Falcón, de una ciudad que se llama Santa Cruz de Los Taques, península de Paraguaná.”
“Yo me llamo Oswaldo, pero cuénteme señor Jesús, lo que le pasó a usted” “Tuve un aparatoso accidente de tránsito, iba en una moto y choqué contra un carro que se había detenido en la vía y estaba encendido, y el conductor no colocó el triángulo de seguridad, ni ningún otro aviso. Me fracturé la tibia, el peroné, la rótula y las 2 muñecas.” “¿Y por qué lo trajeron de tan lejos?” “Allá me operaron 2 veces; pero unos familiares decidieron trasladarme a Anzoátegui, en vista de que se me presentaron unos abscesos en la pierna que no curaban a pesar de los tratamientos con antibióticos. Yenni Duarte, una integrante del CLAP de El Viñedo, me llevó al CDI de Mesones donde me hospitalizaron, y allí una médica cubana al curarme la herida, me extrajo unas astillas de hueso que me producían la infección, y literalmente evitó la amputación de mi pierna. Hoy estoy vivo y camino gracias a esta doctora. Y luego, el Dr. Carlos Vásquez, excelente cirujano cubano, me intervino 3 veces más, en el CDI de Campo Claro, y todavía estoy a la espera de otra operación.”  
“¿Y a usted, Oswaldo, qué le sucedió?” “Yo iba en una moto, por mi canal, traía a mi novia de parrillera y me golpeó un camión que venía a toda velocidad, que se le habían ido los frenos y subió la isla, y me dio de frente,  salí disparado. Me salvé porque un policía me hizo un torniquete con mi correa y esto disminuyó la hemorragia. Gracias a Dios y a San Celestino a mi compañera no le pasó nada; pero a mí me amputaron los dedos y una parte del pie derecho. Menos mal, que los cirujanos traumatólogos del Hospital Luis Razetti me operaron y me salvaron la vida, y figúrese, mis familiares gestionaron y el Gobierno nacional me donó una prótesis. Ahora me remiten a los terapeutas cubanos. Me han dicho que son muy buenos…”
   “Amigo, los cubanos y cubanas son excelentes traumatólogos y terapeutas. En Cuba está uno de los mejores hospitales de traumatología del mundo, el Frank País. Esta rama de la medicina tomó allá auge, por los lesionados que regresaron de la guerra en Angola. Gracias al Convenio Cuba-Venezuela las operaciones y las terapias en los CDI y CRI se han hecho rutina en Venezuela.”
   “Oswaldo, yo escribo sobre las personas en mi blog de crónicas que está en internet y se publica también en Aporrea, ya que soy cronista, ¿podría usted hablarme de su vida?” “Con gusto señor Jesús: Nací en Barcelona, Anzoátegui, el 14-04-1997, mis padres son Oswaldo José Campos Chike y Delia Chike, mis abuelos paternos, Oswaldo Campo (difunto) y María Chike; mis abuelos maternos, Eladio Chike (difunto) y Otilia Guaigua. Tengo 3 hermanos, Carlos, Carolina y Katherine.  Estudié la primaria  en el Grupo Escolar República de Chile y saqué el bachillerato en el Liceo Ciudad de Barcelona, mi primer y único empleo fue de carnicero.”
   “Mi padre tiene una carnicería que se llama ‘Donde Carlos’, en Tronconal, mi papá vende a precios acordados, no especula y por eso es muy apreciado por la comunidad; allí aprendí todo lo relacionado con los cortes de carne y pesaje. Mi papá viajaba antes a distintos mataderos de Anzoátegui, en un camión cava a comprar carne. Hace tiempo fuimos hasta el estado Falcón, fue en un diciembre; íbamos cargados de perniles y carne de cochino que le solicitó un compadre; ya que por allá se vendía a buen precio; luego fuimos hasta el municipio Los Taques, y allí compramos carne de cabrito y chivo en un pueblo que se llama El Tacal. Toda esa carga la vendimos en el mercado de Puerto La Cruz a precio justo.”  
   “Nárreme algunos detalles de su accidente de tránsito, amigo.” “Resulta señor Muñoz, que el día del accidente mi madre me dijo: ‘Oswaldito, anoche tuve un mal sueño contigo, no salgas hoy en esa moto porque es diciembre y anda mucho gente pasada de tragos, y tengo el presentimiento que algo malo te puede pasar.’  Yo insistí en salir, no le hice caso a mamá. Si yo le hubiese hecho caso a mi madre no me hubiera accidentado; yo me excedí en la velocidad, la aguja no bajaba de 120 km, aunque ese día iba como a 80 km, ya que el caucho trasero estaba muy liso. Eso me pasó en la autopista viniendo en dirección a Barcelona.  Creo que Dios me dio otra oportunidad, hasta estoy pensando en seguir estudiando en la Misión Sucre; pero primero debo restablecerme por completo. Tuve mucho tiempo en silla de ruedas, ahora puedo caminar con estas muletas.”

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