En enero del 2019, hace 6 meses, fui a
solicitar por primera vez, una cita con la fisiatra del Centro de Rehabilitación
Integral de Campo Alegre, Barcelona. La finalidad de esta consulta era que ella
me indicara el tratamiento de terapia para mis manos. Recuerdo que llegué muy temprano en la
mañana, fui la tercera persona en la fila, entablé una conversación con un
joven que ocupaba el segundo puesto y esperaba de pie con 2 muletas.
“Buenos días amigo, hace frio y hay neblina,
¿a qué hora comienza la consulta?” “Tengo entendido que a las 8:30 am. Usted no
parece de por aquí, en Barcelona hace bastante calor; pero en enero y febrero
el clima es fresquito.” “Bien, yo me llamo Jesús, y efectivamente, vengo del
Occidente, del estado Falcón, de una ciudad que se llama Santa Cruz de Los
Taques, península de Paraguaná.”
“Yo
me llamo Oswaldo, pero cuénteme señor Jesús, lo que le pasó a usted” “Tuve un
aparatoso accidente de tránsito, iba en una moto y choqué contra un carro que
se había detenido en la vía y estaba encendido, y el conductor no colocó el triángulo
de seguridad, ni ningún otro aviso. Me fracturé la tibia, el peroné, la rótula
y las 2 muñecas.” “¿Y por qué lo trajeron de tan lejos?” “Allá me operaron 2
veces; pero unos familiares decidieron trasladarme a Anzoátegui, en vista de
que se me presentaron unos abscesos en la pierna que no curaban a pesar de los
tratamientos con antibióticos. Yenni Duarte, una integrante del CLAP de El
Viñedo, me llevó al CDI de Mesones donde me hospitalizaron, y allí una médica cubana
al curarme la herida, me extrajo unas astillas de hueso que me producían la infección,
y literalmente evitó la amputación de mi pierna. Hoy estoy vivo y camino
gracias a esta doctora. Y luego, el Dr. Carlos Vásquez, excelente cirujano
cubano, me intervino 3 veces más, en el CDI de Campo Claro, y todavía estoy a
la espera de otra operación.”
“¿Y
a usted, Oswaldo, qué le sucedió?” “Yo iba en una moto, por mi canal, traía a
mi novia de parrillera y me golpeó un camión que venía a toda velocidad, que se
le habían ido los frenos y subió la isla, y me dio de frente, salí disparado. Me salvé porque un policía me
hizo un torniquete con mi correa y esto disminuyó la hemorragia. Gracias a Dios
y a San Celestino a mi compañera no le pasó nada; pero a mí me amputaron los dedos
y una parte del pie derecho. Menos mal, que los cirujanos traumatólogos del
Hospital Luis Razetti me operaron y me salvaron la vida, y figúrese, mis
familiares gestionaron y el Gobierno nacional me donó una prótesis. Ahora me
remiten a los terapeutas cubanos. Me han dicho que son muy buenos…”
“Amigo, los cubanos y cubanas son excelentes
traumatólogos y terapeutas. En Cuba está uno de los mejores hospitales de
traumatología del mundo, el Frank País. Esta rama de la medicina tomó allá auge,
por los lesionados que regresaron de la guerra en Angola. Gracias al Convenio
Cuba-Venezuela las operaciones y las terapias en los CDI y CRI se han hecho
rutina en Venezuela.”
“Oswaldo, yo escribo sobre las personas en
mi blog de crónicas que está en internet y se publica también en Aporrea, ya
que soy cronista, ¿podría usted hablarme de su vida?” “Con gusto señor Jesús: Nací
en Barcelona, Anzoátegui, el 14-04-1997, mis padres son Oswaldo José Campos
Chike y Delia Chike, mis abuelos paternos, Oswaldo Campo (difunto) y María
Chike; mis abuelos maternos, Eladio Chike (difunto) y Otilia Guaigua. Tengo 3
hermanos, Carlos, Carolina y Katherine. Estudié
la primaria en el Grupo Escolar
República de Chile y saqué el bachillerato en el Liceo Ciudad de Barcelona, mi
primer y único empleo fue de carnicero.”
“Mi padre tiene una carnicería que se llama
‘Donde Carlos’, en Tronconal, mi papá vende a precios acordados, no especula y
por eso es muy apreciado por la comunidad; allí aprendí todo lo relacionado con
los cortes de carne y pesaje. Mi papá viajaba antes a distintos mataderos de
Anzoátegui, en un camión cava a comprar carne. Hace tiempo fuimos hasta el estado
Falcón, fue en un diciembre; íbamos cargados de perniles y carne de cochino que
le solicitó un compadre; ya que por allá se vendía a buen precio; luego fuimos
hasta el municipio Los Taques, y allí compramos carne de cabrito y chivo en un
pueblo que se llama El Tacal. Toda esa carga la vendimos en el mercado de
Puerto La Cruz a precio justo.”
“Nárreme algunos detalles de su accidente de
tránsito, amigo.” “Resulta señor Muñoz, que el día del accidente mi madre me
dijo: ‘Oswaldito, anoche tuve un mal sueño contigo, no salgas hoy en esa moto
porque es diciembre y anda mucho gente pasada de tragos, y tengo el
presentimiento que algo malo te puede pasar.’
Yo insistí en salir, no le hice caso a mamá. Si yo le hubiese hecho caso
a mi madre no me hubiera accidentado; yo me excedí en la velocidad, la aguja no
bajaba de 120 km, aunque ese día iba como a 80 km, ya que el caucho trasero
estaba muy liso. Eso me pasó en la autopista viniendo en dirección a
Barcelona. Creo que Dios me dio otra
oportunidad, hasta estoy pensando en seguir estudiando en la Misión Sucre; pero
primero debo restablecerme por completo. Tuve mucho tiempo en silla de ruedas,
ahora puedo caminar con estas muletas.”
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