Excelente
profesional, digna representante de la mujer taquense, dama de gran corazón, persona
de paz, de diálogo y concertación. Amante de Dios, de su familia, su pueblo y su
terruño, querida y apreciada por todos, amiga de tirios y troyanos, católica
practicante, siempre le ha dado un trato respetuoso y cordial a la gente. Natural
de Los Taques, hija de Dilia Ramona Bracho de Lugo y Juan Lugo, estudió en el Liceo
Pedro Antonio Leleux y obtuvo la Licenciatura en Administración en el Núcleo de
la Universidad del Zulia, de Punto Fijo.
Su
cualidad más resaltante: la honestidad en el desempeño de su cargo; como ella
hubo y hay miles de funcionarias y funcionarios en las alcaldías de toda la
República Bolivariana de Venezuela que se dedican a cumplir sus funciones con
probidad, por supuesto, hay excepciones que practican la ineficiencia y la
burocracia. Sería torpe no decirlo: con toda certeza escribo, que me consta que
la Licenciada Diliana Lugo cumplió el rol de empleada pública con dedicación,
eficiencia y pulcritud.
Sé
que algunos exaltados de inmediato replicarán: “Pero ¿quién eres tú para
afirmar eso?” “Tú no eres ni fuiste nunca contralor municipal.” He aquí donde
radica el quid del problema: donde la Contraloría Municipal funcione, cualquier
poblador de un municipio puede sin ninguna dificultad tener acceso a la
información y ser contundente en su juicio sobre el desempeño de los
funcionarios públicos. Esta institución siempre ha funcionado en el Municipio
Bolivariano de Los Taques con extrema rectitud.
La
Licenciada Lugo fue Jefe de Presupuesto y Tesorera Municipal durante el
gobierno del Alcalde Bolivariano José Luis “Pepe” Iglesias Gallegos, trabajó en
la alcaldía hasta el 2016, se siente orgullosa de ser taquense y de haber
cumplido a cabalidad con sus funciones. Pero ¿por qué una inmensa mayoría de
habitantes de ese municipio recuerda con cariño a “Pepe”, como comúnmente lo
llamaban los taquenses?
El
secreto estuvo en que no sólo hizo obras de impacto popular: mantuvo sumergidos
a los promotores sociales de las parroquias Los Taques y Judibana y al gabinete,
en las comunidades, visitando casa por casa, hablando con la gente con verdad y
sinceridad y por sobre todas las cosas, detectando necesidades para dar
respuesta en tiempo perentorio. Del mismo modo, dedicaba una gran parte del
presupuesto a ayudar a los más necesitados: he aquí la razón por la cual nunca
perdió una elección. Recuerdo los numerosos actos donde se entregaban los
cheques de ayuda social a los ancianos, niños enfermos y mujeres embarazadas
entre otras personas; no se hacían exclusiones de ningún tipo, e incluso se
donó dinero para reparaciones de iglesias católicas y para la construcción de
templos evangélicos y salones de los Testigos de Jehová, donde el requisito
esencial era que fueran taquenses.
Los
actos no sólo se hacían en la sede de la Alcaldía, sino a lo largo y ancho de
todo el municipio, era común que se realizaran operativos de limpieza, recolección
de desechos sólidos y mejoramiento de asfaltado, corte de maleza; a los más
pobres se les entregaban buenas bolsas de comida, canastillas y ayudas
económicas, y en diciembre juguetes para los infantes. “Pepe” Iglesias, la
Directora General Dairy Chirinos y todo el gabinete, iban por las calles del
municipio, oían a la gente y resolvían problemas.
Recuerdo
cuando la explosión de los tanques de la Refinería de Amuay o cuando las
fuertes lluvias que causaron catastróficas inundaciones, estos empleados
públicos no tuvieron descanso, ya que trabajaron voluntariamente de día y de
noche. Eterna gratitud de los taqueros o taquenses para estos personajes quienes
dejaron huella profunda en los corazones y en la historia local municipal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son importantes para el autor. Por favor, utilice un lenguaje cortés y respetuoso al dejarnos saber su opinión acerca de lo publicado.