jueves, 20 de febrero de 2020

DILIANA LUGO


    Excelente profesional, digna representante de la mujer taquense, dama de gran corazón, persona de paz, de diálogo y concertación. Amante de Dios, de su familia, su pueblo y su terruño, querida y apreciada por todos, amiga de tirios y troyanos, católica practicante, siempre le ha dado un trato respetuoso y cordial a la gente. Natural de Los Taques, hija de Dilia Ramona Bracho de Lugo y Juan Lugo, estudió en el Liceo Pedro Antonio Leleux y obtuvo la Licenciatura en Administración en el Núcleo de la Universidad del Zulia, de Punto Fijo.
Su cualidad más resaltante: la honestidad en el desempeño de su cargo; como ella hubo y hay miles de funcionarias y funcionarios en las alcaldías de toda la República Bolivariana de Venezuela que se dedican a cumplir sus funciones con probidad, por supuesto, hay excepciones que practican la ineficiencia y la burocracia. Sería torpe no decirlo: con toda certeza escribo, que me consta que la Licenciada Diliana Lugo cumplió el rol de empleada pública con dedicación, eficiencia y pulcritud.

Sé que algunos exaltados de inmediato replicarán: “Pero ¿quién eres tú para afirmar eso?” “Tú no eres ni fuiste nunca contralor municipal.” He aquí donde radica el quid del problema: donde la Contraloría Municipal funcione, cualquier poblador de un municipio puede sin ninguna dificultad tener acceso a la información y ser contundente en su juicio sobre el desempeño de los funcionarios públicos. Esta institución siempre ha funcionado en el Municipio Bolivariano de Los Taques con extrema rectitud.

La Licenciada Lugo fue Jefe de Presupuesto y Tesorera Municipal durante el gobierno del Alcalde Bolivariano José Luis “Pepe” Iglesias Gallegos, trabajó en la alcaldía hasta el 2016, se siente orgullosa de ser taquense y de haber cumplido a cabalidad con sus funciones. Pero ¿por qué una inmensa mayoría de habitantes de ese municipio recuerda con cariño a “Pepe”, como comúnmente lo llamaban los taquenses?

El secreto estuvo en que no sólo hizo obras de impacto popular: mantuvo sumergidos a los promotores sociales de las parroquias Los Taques y Judibana y al gabinete, en las comunidades, visitando casa por casa, hablando con la gente con verdad y sinceridad y por sobre todas las cosas, detectando necesidades para dar respuesta en tiempo perentorio. Del mismo modo, dedicaba una gran parte del presupuesto a ayudar a los más necesitados: he aquí la razón por la cual nunca perdió una elección. Recuerdo los numerosos actos donde se entregaban los cheques de ayuda social a los ancianos, niños enfermos y mujeres embarazadas entre otras personas; no se hacían exclusiones de ningún tipo, e incluso se donó dinero para reparaciones de iglesias católicas y para la construcción de templos evangélicos y salones de los Testigos de Jehová, donde el requisito esencial era que fueran taquenses.

Los actos no sólo se hacían en la sede de la Alcaldía, sino a lo largo y ancho de todo el municipio, era común que se realizaran operativos de limpieza, recolección de desechos sólidos y mejoramiento de asfaltado, corte de maleza; a los más pobres se les entregaban buenas bolsas de comida, canastillas y ayudas económicas, y en diciembre juguetes para los infantes. “Pepe” Iglesias, la Directora General Dairy Chirinos y todo el gabinete, iban por las calles del municipio, oían a la gente y resolvían problemas.

Recuerdo cuando la explosión de los tanques de la Refinería de Amuay o cuando las fuertes lluvias que causaron catastróficas inundaciones, estos empleados públicos no tuvieron descanso, ya que trabajaron voluntariamente de día y de noche. Eterna gratitud de los taqueros o taquenses para estos personajes quienes dejaron huella profunda en los corazones y en la historia local municipal.

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