Amigo “Cheo”, la existencia se justifica cuando la ennoblece un ideal. Tú siempre compartiste tu pan con los más necesitados, aunque estabas bien claro que de lo que se trata es de construir una sociedad donde impere la justicia social y la justa distribución de las riquezas. Recorrías las calles del sector 4 de Febrero, ibas casa por casa ayudando a las personas y construyendo Patria.
José Gregorio García Chirinos fue un promotor social de la Alcaldía Bolivariana de Los Taques durante la gestión del ex Alcalde José Luis “Pepe” Iglesias; se dedicaba a entrevistar personas necesitadas de aportes económicos, estudios médicos costosos, medicamentos, mujeres embarazadas, madres solteras y madres con numerosos hijos, mujeres recién paridas necesitadas de canastillas, discapacitados con urgencia de muletas, sillas de ruedas y bastones, pobladores cuyas viviendas les urgía tanques para almacenar agua y materiales de construcción; todos sin excepción recibían respuesta a sus solicitudes, en aquellos tiempos estaba asignado al Instituto de Hábitat y Vivienda que gerenciaba el militante del PCV Carmelo Petit, quien formaba parte de la gestión del gobierno municipal del PSUV.
Debe retumbar en los oídos de todos los revolucionarios la consigna de unidad, lucha, batalla y victoria, además, hay que recordarle a las personas que desde el momento cuando el Comandante Chávez asume el mandato constitucional hasta la fecha de hoy, el pueblo venezolano en beneficios sociales ha recibido 800 mil millones de dólares. Que antes del bloqueo económico que la ultraderecha venezolana le solicitó a Trump, recibía la República Bolivariana de Venezuela 56 mil millones de dólares por ingresos petroleros, y hoy apenas recibe 450 millones. Y sin embargo, el glorioso bravo pueblo sigue resistiendo las embestidas del imperialismo y confía plenamente en el Presidente legítimo Nicolás Maduro y tiene fe plena en la Ley Antibloqueo.
Nació “Cheo” en Churuguara el 14-02-1960, hijo de Eutosio García y Margarita Chirino de Reyes (difunta) ambos naturales de esta hermosa población de la Serranía Coriana. Los progenitores del difunto José Gregorio vivieron un tiempo en Amuay, cuando su papá trabajaba para la compañía petrolera, manejaba un martillo hidráulico y formaba parte de nómina de la contratista Cianca.
Sacó el 6° grado en la Escuela Ciro José Maldonado de Churuguara y el 5° año de bachillerato en la Misión Sucre en Los Taques. En esa época, la coordinadora de la Misión era la Profesora Ana Chiquillo y él recibió clases de las facilitadoras Licenciadas Gloria Chávez y Coromoto Flores. Su primer empleo fijo fue ayudando a su tío Wilmer Guerrero en un kiosco de venta de periódicos y revistas de su propiedad, conocido como el Puesto de El Piojo, en la avenida Jacinto Lara, entre los años 1979-1981, en 1982 hizo un curso de albañilería de un año en el INCE; su segundo empleo fue en Transporte Chirinos como jardinero (1983-1986).
Aprender la albañilería le permitió trabajar en la construcción de viviendas promovidas por la Revolución Bolivariana (2002). Entre los años 2003 y 2005 trabajó en las contratistas Conteca, Vintoca y Tecnoconsult en las paradas de la Refinería de Amuay, en el 2006 ingresó como promotor social de la Alcaldía Bolivariana de Los Taques, hasta el momento de su muerte. De su unión con María Arismendi procreó dos hijos morochos: Liliana García Arismendi y Jesús García Arismendi.
El amigo “Cheo” tuvo una profunda conciencia antiimperialista, no fue ni de los que se cansan, ni traicionan el ideal, me cuentan que murió con la firme creencia que nuestra Patria venezolana es y será siempre libre, soberana e independiente, y estaba dispuesto a empuñar las armas contra los enemigos de nuestra gran nación. Vivió y murió con honestidad. ¡Honor y gloria para José Gregorio García Chirinos, falconiano de pura cepa!. El próximo 6D habrá elecciones de diputados, y tenemos la firme convicción que el pueblo venezolano saldrá a votar por los candidatos del Gran Polo Patriótico (GPP).
“Cheo” me narró por allá por 2016 lo siguiente: “Recuerdo que cuando era niño con un primo y unos amigos íbamos a bañarnos a la quebrada del Arao, y de un árbol caía un bejuco; nos lanzábamos y nos dejábamos caer en medio del pozo, hasta que un día mi primo José Duran, a quien llamábamos 'Joche' casi se ahoga; fuerte fue la paliza que me dio mi padre con un arriete de cuero y nunca más me volví a bañar en esa quebrada". Otra anécdota de los tiempos de su adolescencia fue que su papá sembraba maíz, yuca, la penca del cocuy, plátano, frijol, caraotas negras y caña de azúcar; su mamá hizo un espantapájaros y lo colocó en medio del maizal. Él acostumbraba, tarde en la noche sin linterna, visitar una viuda atravesando el sembradío, y se introducía por una ventana con mucho sigilo; una vez se topó con el monigote y se asustó tanto, que hasta se orinó los pantalones y corrió sin detenerse 3 km. Pero ya de adulto el amigo Cheo, a pesar de su baja estatura resultó tener una valentía a toda prueba, digna de los hombres de las tierras de Churuguara.
Poco después de la explosión de Amuay en el 2012, él acompañó a "Pata Renca", Ronny Falcón y mi persona, cuando el peligro por la explosión de unos tanques en la refinería de Amuay era todavía visible, a repartir víveres y medicinas en un camión entre los damnificados del sector 4 de Febrero, en el municipio Bolivariano de Los Taques. Nos parece importante ahora en el 2020 reseñar aquí, que una de las torres para destilar gasolina de Planta 4 de la mencionada refinería, se presumió fue destruida por un misil procedente posiblemente de una embarcación. Esta acción de sabotaje, de comprobarse su certeza, pudo ocasionar centenares de miles de muertos y destrucción, en las poblaciones de Punto Fijo, Alí Primera, La Chinita, Amuay, Judibana, Guanadito, Nueva Jayana, Jayana y Amuay.
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