El día
02-02-2022 conversé en la Casa Cultural de Amuay con su Presidenta Zulema Díaz
y con el líder social y ex concejal Robert Díaz, sobre su difunto padre Alejo
Díaz Caguao. Ellos están haciendo una excelente labor social y formativa en
este Centro Cultural; aquí destacan la formación de los grupos de danza y de
las diversas manifestaciones de la cultura popular.
Presidenta
Zulema Díaz, el Ateneo de Amuay lleva el nombre de su papá, quien fue un
notable cultor de Amuay y de renombre en toda la entidad territorial de
Paraguaná. Hábleme de su padre.
“Profesor Muñoz
Freites, mi papá nació en Amuay en casa de sus progenitores; el parto de mi
abuela fue asistido por una partera de nombre Asunción Sánchez, “Mamá Chon”, el
17 de julio de 1942. Hijo de Julio Domingo Díaz y Petra Caguao de Díaz, fue el
segundo de 8 hermanos: José Tomás, María Yolanda, Duglis Coromoto, Julio
Alberto, Franklin Emiro, Irma Virginia y Adelis José. Hizo estudios en Santa
Ana de Paraguaná. Desde muy temprana edad sintió ese amor por su pueblo, que
quiso en extremo, por sus costumbres y tradiciones. Se unió en matrimonio con
Hilaria de Jesús Rodríguez, con quien procreó siete hijos: Zulma Yanira, Yannys
Dilinma, Roberth Erasmo, Yeisac Dilinma, Yenmack, Alex Erasmo y Marcos Erasmo.
Fue un excelente esposo, padre, hijo, tío, abuelo y amigo de todos. Hombre de
gran corazón, compartía lo que tenía con los más necesitados”.
“A pesar de no
tener estudios sobre artes –él nació con eso, con esa inquietud hacia lo
artístico, de niño fue muy carismático-, poseía una irreverente sonrisa, propia
de los que nace con el toque de las musas del canto y la poesía. Tenía
aptitudes para la música, el canto –su voz era recia y grave-, y la pintura,
como si hubiese pasado años estudiando esas artes. Tocaba el cuatro de manera
magistral, y nadie le enseñó a hacerlo. Realmente mi padre fue un prodigio,
escribió hermosas canciones y nadie le enseñó a escribirlas. Mi papá fue un artista
realmente impresionante. Una de sus canciones, La Brisa, forma parte del acervo musical de la Península”.
“Formó parte del
primer grupo de jóvenes que trabajó por la comunidad en lo social y cultural.
Fue fundador del Ateneo de Amuay, del Grupo de Danzas Urupagua, del Teatro
Yauma, Grupo de Gaitas de Amuay. Formó generaciones de relevo. Sus
descendientes y los hijos e hijas de muchos amuayeros –como nos gusta que nos
llamen- son hoy la semilla de lo artístico en la comunidad. Fue el creador del
Primer Encuentro de Danzas para la península de Paraguaná; su gran sueño fue
llegar a hacer este festival. Desafortunadamente, muere el 28 de febrero de
1993. Sin embargo, no se detiene la preparación de dicho festival, pues la
semilla qie sembró dio frutos en los campos fértiles de las personas que
creyeron y consolidaron sus ideas”.
Agrega Roberth,
su hijo, quien en la actualidad pertenece a la iglesia Cristiana Evangélica y
predica la palabra del Antiguo Testamento y de Jesucristo Redentor:
“Fue un hombre
de mucha fe en Dios, murió siendo cristiano evangélico. Mi madre pasó muchos
años en la fe y al final de sus días convenció a mi padre que aceptara a Cristo
en su corazón. Fue Comisario del pueblo, mantuvo el respeto de la ley en
nuestra comunidad. En esos tiempos existía esa figura de autoridad en Amuay.
Cobraba por Pueblo Nuevo. Mi padre fue querido y respetado por todos los
pobladores; a más de un compadre encerró por pasarse de copas y luego les hacía
pagar una multa”.
“Una anécdota de
mi papá que recuerdo fue que una vez que no teníamos qué comer, y mi madre solo
tenía para comprar una harina Pan. Hizo una arepa grande y la picó en 8 pedazos
y eso comimos, no había más nada. Nosotros nos miramos las caras y él nos dijo:
“Tengamos fe”. Más tarde, en la madrugada, llegó un amigo de Villa Marina que
le traía una bendición, porque a ese amigo él lo había ayudado también en un
momento difícil. A este señor le había ido bien en la pesca, y había vendido
sus pescados a buen precio; le dijo a mi padre: “No podía dormir, una inquietud
me despertó y me dirigió hasta tu casa y aquí estoy, compañero; vengo a traerte
este dinerito para que ayudes a tu familia y compres comida”.
“Mi padre
también tuvo buenas rachas. Trabajó como obrero en la Fluor Caribbean en el año
1980. Entró como obrero, fue oficinista y terminó como Jefe de Personal; de
aquí de Amuay empleó 150 obreros en esa compañía. Se retiró de esa empresa por
problemas de salud: tenía una deficiencia renal de estar mucho tiempo sentado y
aguantar las ganas de orinar, mientras hacía su tarea atendiendo las
necesidades de sus compañeros de trabajo. Con el tiempo tuvo que retirarse de
la compañía e irse a otro estado a buscar tratamiento para esa enfermedad, ya
que en aquellos tiempos todavía no dializaban en Falcón. Honor y gloria a mi
padre, héroe del trabajo; hombre que practicó el amor a su prójimo, a los más
necesitados y por supuesto a su familia”.
Camaradas
Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros, Gobernador Víctor Clark, Alcaldesa
María Arcaya: conmemoremos el 4 de Febrero, ejemplo de dignidad revolucionaria,
decretando la remodelación inmediata del Ateneo de Amuay. Es un justo clamor
del pueblo de Amuay, municipio Los Taques, estado Falcón.