viernes, 4 de febrero de 2022

ALEJO DÍAZ CAGUAO

 


El día 02-02-2022 conversé en la Casa Cultural de Amuay con su Presidenta Zulema Díaz y con el líder social y ex concejal Robert Díaz, sobre su difunto padre Alejo Díaz Caguao. Ellos están haciendo una excelente labor social y formativa en este Centro Cultural; aquí destacan la formación de los grupos de danza y de las diversas manifestaciones de la cultura popular.

Presidenta Zulema Díaz, el Ateneo de Amuay lleva el nombre de su papá, quien fue un notable cultor de Amuay y de renombre en toda la entidad territorial de Paraguaná. Hábleme de su padre.

“Profesor Muñoz Freites, mi papá nació en Amuay en casa de sus progenitores; el parto de mi abuela fue asistido por una partera de nombre Asunción Sánchez, “Mamá Chon”, el 17 de julio de 1942. Hijo de Julio Domingo Díaz y Petra Caguao de Díaz, fue el segundo de 8 hermanos: José Tomás, María Yolanda, Duglis Coromoto, Julio Alberto, Franklin Emiro, Irma Virginia y Adelis José. Hizo estudios en Santa Ana de Paraguaná. Desde muy temprana edad sintió ese amor por su pueblo, que quiso en extremo, por sus costumbres y tradiciones. Se unió en matrimonio con Hilaria de Jesús Rodríguez, con quien procreó siete hijos: Zulma Yanira, Yannys Dilinma, Roberth Erasmo, Yeisac Dilinma, Yenmack, Alex Erasmo y Marcos Erasmo. Fue un excelente esposo, padre, hijo, tío, abuelo y amigo de todos. Hombre de gran corazón, compartía lo que tenía con los más necesitados”.

“A pesar de no tener estudios sobre artes –él nació con eso, con esa inquietud hacia lo artístico, de niño fue muy carismático-, poseía una irreverente sonrisa, propia de los que nace con el toque de las musas del canto y la poesía. Tenía aptitudes para la música, el canto –su voz era recia y grave-, y la pintura, como si hubiese pasado años estudiando esas artes. Tocaba el cuatro de manera magistral, y nadie le enseñó a hacerlo. Realmente mi padre fue un prodigio, escribió hermosas canciones y nadie le enseñó a escribirlas. Mi papá fue un artista realmente impresionante. Una de sus canciones, La Brisa, forma parte del acervo musical de la Península”.

“Formó parte del primer grupo de jóvenes que trabajó por la comunidad en lo social y cultural. Fue fundador del Ateneo de Amuay, del Grupo de Danzas Urupagua, del Teatro Yauma, Grupo de Gaitas de Amuay. Formó generaciones de relevo. Sus descendientes y los hijos e hijas de muchos amuayeros –como nos gusta que nos llamen- son hoy la semilla de lo artístico en la comunidad. Fue el creador del Primer Encuentro de Danzas para la península de Paraguaná; su gran sueño fue llegar a hacer este festival. Desafortunadamente, muere el 28 de febrero de 1993. Sin embargo, no se detiene la preparación de dicho festival, pues la semilla qie sembró dio frutos en los campos fértiles de las personas que creyeron y consolidaron sus ideas”.

Agrega Roberth, su hijo, quien en la actualidad pertenece a la iglesia Cristiana Evangélica y predica la palabra del Antiguo Testamento y de Jesucristo Redentor:

“Fue un hombre de mucha fe en Dios, murió siendo cristiano evangélico. Mi madre pasó muchos años en la fe y al final de sus días convenció a mi padre que aceptara a Cristo en su corazón. Fue Comisario del pueblo, mantuvo el respeto de la ley en nuestra comunidad. En esos tiempos existía esa figura de autoridad en Amuay. Cobraba por Pueblo Nuevo. Mi padre fue querido y respetado por todos los pobladores; a más de un compadre encerró por pasarse de copas y luego les hacía pagar una multa”.

“Una anécdota de mi papá que recuerdo fue que una vez que no teníamos qué comer, y mi madre solo tenía para comprar una harina Pan. Hizo una arepa grande y la picó en 8 pedazos y eso comimos, no había más nada. Nosotros nos miramos las caras y él nos dijo: “Tengamos fe”. Más tarde, en la madrugada, llegó un amigo de Villa Marina que le traía una bendición, porque a ese amigo él lo había ayudado también en un momento difícil. A este señor le había ido bien en la pesca, y había vendido sus pescados a buen precio; le dijo a mi padre: “No podía dormir, una inquietud me despertó y me dirigió hasta tu casa y aquí estoy, compañero; vengo a traerte este dinerito para que ayudes a tu familia y compres comida”.

“Mi padre también tuvo buenas rachas. Trabajó como obrero en la Fluor Caribbean en el año 1980. Entró como obrero, fue oficinista y terminó como Jefe de Personal; de aquí de Amuay empleó 150 obreros en esa compañía. Se retiró de esa empresa por problemas de salud: tenía una deficiencia renal de estar mucho tiempo sentado y aguantar las ganas de orinar, mientras hacía su tarea atendiendo las necesidades de sus compañeros de trabajo. Con el tiempo tuvo que retirarse de la compañía e irse a otro estado a buscar tratamiento para esa enfermedad, ya que en aquellos tiempos todavía no dializaban en Falcón. Honor y gloria a mi padre, héroe del trabajo; hombre que practicó el amor a su prójimo, a los más necesitados y por supuesto a su familia”.

Camaradas Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros, Gobernador Víctor Clark, Alcaldesa María Arcaya: conmemoremos el 4 de Febrero, ejemplo de dignidad revolucionaria, decretando la remodelación inmediata del Ateneo de Amuay. Es un justo clamor del pueblo de Amuay, municipio Los Taques, estado Falcón.


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