La Cronista de Los Andes venezolanos Ruth Rodríguez, gentilmente nos hizo llegar este poema para su publicación en el Blog de Crónicas del Cronista Oficial del Municipio Bolivariano Los Taques con motivo de la conmemoración de los 194 años de la muerte del Libertador Simón Bolívar.


Tu pequeño cadáver de capitán valiente ha extendido en lo inmenso su metálica forma, de pronto salen dedos tuyos entre la nieve y el austral pescador saca a la luz de pronto tu sonrisa, tu voz palpitando en las redes.
De qué color la rosa que junto a tu alma alcemos?
Roja será la rosa que recuerde tu paso.
Cómo serán las manos que toquen tu ceniza?
Rojas serán las manos que en tu ceniza nacen.
Y cómo es la semilla de tu corazón muerto vivo.
Es roja la semilla de tu corazón vivo.
Por eso es hoy la ronda de manos junto a ti.
Junto a mi mano hay otra y otra junto a ella, y otra más, hasta el fondo del continente oscuro.
Y otra mano que tú no conociste entonces viene tambien, Bolívar, a estrechar a la tuya: de Taurel, de Madrid, del Jarama, del Ebro, de la cárcel, del aire, de los muertos de España llega esta mano roja que es hija tuya.
Capitán combatiente, donde una boca grita libertad, donde una nueva bandera se adorna con la sangre de nuestra insigne aurora, Bolívar, capitán, se divisa tu rostro.
Otra vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo.
Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado con sangre de nuestra insigne aurora, Bolívar, capitán se divisa tu rostro.
Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado.
Los malvados atacan tu semilla de nuevo, clavado en otra cruz está el hijo del hombre.
Pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra, el laurel y la luz de tu ejército rojo a través de la noche de América con la mirada mira. Tus ojos que vigilan más allá de los mares, más allá de las negras ciudades incendiadas, tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez nace: la Libertad sacude las campanas sangrientas, y un sonido terrible de dolores precede la aurora enrojecida por la sangre del hombre. La paz, el pan, y el trigo, para el mundo que haremos.
Yo conocí a Bolivia una mañana larga, en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento, Padre, le dije, eres o no eres o quien eres? Y mirando el Cuartel de la Montaña, dije: Despierta cada cien años cuando despierta el pueblo".
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