Lectoras
y lectores de La Crónica Taquense me solicitaron que dé más detalles de lo que
le ocurrió a la docente Ornela Carolina Dacosta Gómez Vargas en su niñez cuando
cursaba el 2º grado; pero antes de hacerlo, les informo que al blog de la oficina
del Cronista Oficial del Municipio Los Taques, en un mes han ingresado 12913 visitas
desde Venezuela, Estados Unidos, Latinoamérica, Europa y otras partes del
mundo.
Como
me dice mi transcriptora, Olaya Hernández Franco: “profesor Muñoz Freites, lo
que se publica en internet es eterno, a menos que un cataclismo desaparezca la
Tierra del Sistema Solar, dentro de 500 años su blog de crónicas se leerá, y se
sabrá de la vida de las personas con quienes usted conversa, y de los sucesos,
tradiciones, costumbres, leyendas sobre las que usted escribe; su blog es para
que las generaciones futuras conozcan sobre el pasado”.
Le
pregunté a la profesora Ornela: “Dígame colega, ¿cuál es desde su óptica la
finalidad de la educación inicial?” “Profesor Muñoz Freites, la escuela en sí,
es el sitio donde se adapta el individuo a la sociedad, donde junto con el
hogar los miembros de la sociedad se hacen personas humanas, y el inicio de ese
proceso es el hogar y la institución donde se imparte la educación inicial. Lo
que las docentes deben internalizar de la siguiente manera: la educación
inicial es un derecho impostergable de los niños y niñas en la primera
infancia; es atender al infante de manera integral desde su nacimiento hasta
los 6 años tomando en cuenta las características sicológicas y físicas y del
medio ambiente donde vive, desarrollando en ellos las experiencias pedagógicas
y de cuidado para que todos los planes de los ambientes de inicial se apliquen
y tomen como punto de partida los intereses, inquietudes, aptitudes,
capacidades y aprendizajes de destrezas de las niñas y niños que están a cargo
del docente”.
“No
se trata como fin último entrenar al infante para el ingreso a la educación
primaria, sino ayudarle a que expanda sus habilidades, destrezas y experiencias
que motoricen su desarrollo; ellos juegan, exploran su medio, se expresan a
través del arte y asimilan la literatura a través de los cuentos que se les
leen; créame profesor Muñoz Freites, mi objetivo como directora del CEI
Simoncito Villa Marina es que las docentes a mi cargo cumplan al pie de la
letra lo anteriormente descrito, sin embargo cumpliéndose el requisito de toda
buena escuela, como le escuché hace años al Profesor Aristóbulo Istúriz cuando
era Ministro del Poder Popular para la Educación y visitó al municipio Los
Taques”: ‘La materia más importante que debe impartirse en una escuela es la
papa, la comida’ “.
Trascribo
la anécdota de la profesora. “Estudiando el 2º grado en la EB Josefa Victoriana
Riera con la maestra Mirian, se puso un pote con el cual debíamos ahorrar para
gastos de arreglos del salón y comprar papel; había unas compañeras muy pobres
que no tenían ni como comprar su merienda; yo compartía lo poco que llevaba con
ellas. Un día estaba en el salón y casi todas mis amiguitas pobres esperaban un
pedacito de mi arepa. De pronto pensé en brindarles, pero el dinero tampoco me
alcanzaba, y fue cuando tomé del pote y las llevé a todas a la cantina, las coloqué
en fila y les di una empanada y un jugo a cada una”.
“Cuando
llegué al aula, la maestra se dio cuenta y me llama y me pregunta por el
dinero; yo me quedé fría al rato me envió a mi casa con una citación. Se dieron
cuenta porque la cantidad de dinero que se perdió era la misma que gasté en la
cantina y por eso me descubren. Al llegar a mi casa, mi padre me dio una paliza
que hasta la fecha nunca he olvidado, pero sé que Dios me perdonó por tomar el
dinero del pote para darle de comer a mis amiguitas. Después de casi 30 años,
me encontré con algunas de ellas y recordaron el episodio y me abrazaron con
cariño inolvidable”.