Desde
hace tiempo sentía vivo interés en conversar con Marina Jordán, una de las
primeras locutoras de Paraguaná, quien nació el 03-03-1933 en Guanadito,
municipio Los Taques; no se había presentado la oportunidad de hablar con ella.
Su nieto, el periodista José Marcelino Ávila, me llevó hasta la casa donde vive
con unos familiares y entablamos un cordial diálogo. Al verla, algo me dijo que
yo ya conocía a esta otoñal y encantadora abuelita, que conserva su melodiosa y
dulce voz.
Marina
Jordán, por allá en la década de los años 60 fue parte del grupo selecto de
locutoras de Radio Aeropuerto, en Maiquetía, hoy estado Vargas: mi hermana
Gladis Pastrano Freites era para esa época secretaria en esa emisora y más de
una vez la acompañé a la radio. Cuando me refirió que trabajó en la radio
porteña, le pregunté si había conocido a mi hermana. Mirándome fijamente me
dijo Doña Marina: “Estimado señor, yo recuerdo a su hermana, una mujer alta y
delgada, muy pendiente de un hermano de nombre Rafael Simón, preso por guerrillero
en la isla del Burro, en el Lago de Valencia”. En realidad, me sorprendió la
prodigiosa memoria de esta doñita y que me hablase de mi pariente con tanta
precisión: digamos que fue inesperado y extraño.
“Profesor
Muñoz Freites, yo soy hija natural y le agradezco no me pregunte quién era mi
padre; mi madre fue Graciela Jordán, pero me crió mi madrina Begoña Ocando, que
a su vez era mi tía; los principios morales se los debo a esa señora, mi
madrina abandonó el olor de los chivos por el del pescado, ya que se fue a
Amuay y se casó con José María Romero y en su casa tenía la estafeta de
correos”.
“Me
casé 3 veces, la primera a los 16 años con un andino de nombre Enrique
Rodríguez, luego con Luis Vargas y por último con Juan Daniel Achué; traje al
mundo 3 hijos: Roberto, Graciela y Juan Carlos. He aquí este recorte de un
diario falconiano del domingo 03-03-2013 donde el periodista Epifanio Petit me
hizo una entrevista, tome lo que necesite, yo lo autorizo. Lo que yo deseo es
que usted hable de alguno de mis cuentos en la crónica taquense”. “En realidad,
señora Marina, es poco ortodoxo hacer eso, pero yo complazco siempre a las
damas”.
Cito
del mencionado periodista: “Entrevistar a Marina Jordán fue una experiencia
única, había momentos en los que se me escurría y tomaba el timón de la
conversación; Heberto León, junto a sus amigas y la prima Carmen, fueron
testigos de excepción de este encuentro, en una casita de Guanadito donde la
brisa paraguanera nos acompañó todo el tiempo. Su certificado de locución es el
número 2451, se enorgullece de ser la primera locutora paraguanera”.
He
estado leyendo algunos cuentos de la locutora Marina Jordán, me llamó la
atención uno intitulado “Mis zapaticos de charol”. En este cuento, ella narra
la visita de un Presidente de Venezuela a Paraguaná donde ella pierde un
zapatico de charol; su madrina, mujer muy severa, ya la iba a castigar con unos
correazos cuando ella le dijo, “pero madrina, si fuiste tú la que insistió que
me pusiese los zapatos de las ocasiones especiales. Si el Presidente se entera
que me pegaste, puede pensar que para ti su visita no fue nada especial”.
“Profesor
Muñoz Freites”, me dijo Marina Jordán, “aumentar los sueldos y las pensiones
sin congelar los precios molesta a la gente, ya que el dinero se vuelve sal y
agua y los especuladores, bachaqueros y acaparadores siguen haciendo de las
suyas”. Por último, señala que nunca le han entregado la condecoración Cruz de
Mayo a pesar de que ella, como reconoció Roberto Martínez Coll, Presidente de
la Asociación Civil Colegio de Locutores de Paraguaná: “Es un ejemplo viviente
de constancia, superación y excelencia profesional de la radiodifusión nacional
y símbolo del trabajo creador de la mujer falconiana. Los matices de su voz
quedarán grabados para siempre en el dial de la historia y gozará de la más
alta sintonía del recuerdo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son importantes para el autor. Por favor, utilice un lenguaje cortés y respetuoso al dejarnos saber su opinión acerca de lo publicado.