jueves, 10 de mayo de 2018

RAMON RAMÍREZ

     Como narré en una crónica anterior, en la búsqueda de la recuperación de mi salud unos parientes me trasladaron de tierras caquetías a Anzoátegui, y por aquí conocí a un taxista que hace años se relacionó con el estado Falcón. Este hecho me permite hoy, mes de mayo del 2018, escribir esta crónica donde resalto el inexplicable y profundo lazo que mantengo con la península de Paraguaná y con el municipio Los Taques. Me ubico pues, en un pasado cercano y escribo. 
      Por lo temprano de la hora, se me hacía difícil trasladarme desde El Viñedo hasta el CDI de Campo Claro, en Barcelona, a la consulta preoperatoria del cirujano traumatólogo cubano Carlos Vásquez. Numerosas eran las busetas y los autobuses del transporte público, pero quedaba lejos la parada más cercana y me resultaba difícil y doloroso caminar tanta distancia con muletas, ¡gracias a Dios! un vecino de la casa donde me encontraba alojado, me hizo la carrerita en su automóvil hasta la institución mencionada. 
       Cuando conocí a este conductor, persona extrovertida y locuaz, me dijo: “Amigo, usted no es de por aquí, ya que es la primera vez que lo veo por estos lares”, le respondí: “Muy acertada su apreciación, yo vengo del occidente de Venezuela”. “¿Caramba y que le pasó a usted en esa pierna?”. “Me la fracturé, tuve múltiples fracturas en la tibia, el peroné y en las muñecas”. Me continuó preguntando el taxista, “¿Supongo que fue en un accidente de tránsito?”. Le respondí, “si, iba en una moto y me estrellé contra un carro mal estacionado”, “¿pero no está usted algo mayor para conducir moto?”. “Viejo -decía mi abuelo Luis María Freites Farías- es el Camino Real y es por donde más anda la gente”… 
       En la segunda ocasión que abordé el carro del vecino, la conversación me deparó una agradable sorpresa, me dijo el conductor: “Buenos días amigo, ¿cómo sigue usted de sus males”? “Mejorando” le respondí y él me contestó, “por la prisa que usted llevaba el otro día, olvidé presentarme, yo me llamo Ramón Ramírez, trabajo con este carro por mi cuenta, de por puesto, pero también le hago carreritas más económicas a las amistades”. Le respondí, “mi nombre es Jesús Muñoz Freites y laboro como cronista oficial en el municipio Los Taques, Falcón, escribo sobre la historia local, la vida y las anécdotas de las personas.” “¿Dijo usted Falcón? Pues le diré que en mi juventud yo anduve por allá”. 
       “Señor Ramón, ¿tiene usted algun relato que contarme de las tierras falconianas?”. “Le voy a confesar algo, si no me hubiera ocurrido lo que le voy a contar mi vida hubiera sido otra. Resulta que yo presté el servicio militar en la Base Naval ‘Mariscal Juan Crisóstomo Falcón’ de Punto Fijo, estuve13 meses, desde enero de 1981 hasta febrero de 1982, y fui seleccionado para integrar el equipo de lucha gimnástica de la Infantería de Marina, y gané el primer lugar en el campeonato, recuerdo que era el gobierno del Presidente ‘Come torontos’ Luis Herrera Campins, quien ante la caída de los precios del petróleo devaluó el bolívar un viernes negro, el 18 de febrero de 1983… en aquellos tiempos no alcanzaba para comprar comida, los precios se pusieron por las nubes, todo estaba carísimo y la gente pobre no tenía para comer, aunque los estantes de los abastos estaban llenos de víveres, había hambre, hasta el punto que nos dieron la baja a los comandos de mi componente antes de finalizar el servicio”. 
       “Nací hace 55 años, amigo, en Aragua de Barcelona, y mi madre Doña Ramírez era de origen indígena, etnia Kariña-Caribe. Más de una vez troté, hice ejercicios y me bañé en las playas de Los Taques y Amuay… recuerdo que cuando tuve mi primera salida, unos ‘comandos’ o compañeros infantes, se disgustaron con mi persona porque, como era deportista, no quise tomar cerveza”.

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