viernes, 22 de marzo de 2019

· MIREYA ROSENDO LÓPEZ ·



El mayor tesoro al que se puede aspirar después de fallecido, claro, si hay vida más allá de la muerte, es el saber de la gratitud que la gente nos guarda en sus corazones, por la práctica del bien que se realizó. Todos en nuestro paso por el mundo hacemos cosas buenas y malas; lo importante es que en la balanza de la existencia pesen más las acciones buenas, donde se evidencie el gran amor que sentimos por el prójimo. Pienso que cuando se pasa por la vida y se deja huella por la práctica del bien, sin lugar a dudas, el pueblo te recordará siempre con cariño y respeto. Es el caso de Mireya Rosendo López, quien el 17-03-2019 falleció inesperadamente.

La amiga Rosendo fue una revolucionaria de corazón, una genuina socialista chavista, mujer honesta y solidaria, encargada en el 2013 de la oficina de Atención al Soberano, y luego de la Jefatura de Hábitat y Vivienda durante el Gobierno del exalcalde bolivariano José Luis “Pepe” Iglesias Gallegos -donde para esa época era yo el director de Desarrollo Social y Educación. Realizó esta distinguida dama una destacada labor en el municipio a favor de los más desposeídos, siempre con un trato muy cordial hacia ellos, escuchando sus problemas y aportando soluciones a los mismos. Sin duda, supo concretar las luchas que emprendía por los pobres.
Especialmente apreciada por los pobladores de las comunidades de Amuay, Guanadito, Jayana, Villa Marina, El Oasis, Creolandia y Alí Primera, tuvo por norte la justicia social; luchó con denodados ímpetus a favor de los derechos de los niños, de las mujeres embarazadas y de las personas de la tercera edad. Fue una pariente cercana para las familias taquenses necesitadas, siempre con una sonrisa en sus labios y un trato muy deferente hacia los pobres. Incansable en la búsqueda de soluciones a las vicisitudes de las personas, le presentaba a “Pepe” Iglesias un gran número de solicitudes de canastillas para ser donadas a las recién paridas, y de ayudas económicas para los que imperiosamente las urgían, amén de las innumerables colaboraciones para los servicios fúnebres y exoneraciones de fosas.
Nació en el Centro de Salud de La Vela, actual sector Alí Primera, municipio Los Taques, el 12 de diciembre de 1973 y falleció el 17 de marzo del 2019, hija de Regino Antonio Rosendo Bueno (Los Taques, 28-04-1931) y Niove María López de Rosendo (Los Taques, 17-03-1926). Sus abuelos: Pio Rosendo, Juana Bueno y Antonia María López, “Mamá Toña”. Su madre, de la unión con Francisco García parió a Wenceslao, Alcides, Edgar, Franklin e Hilda. Después, su progenitora se casó con su papá y dio a luz a Marbelys, Yoel, Edith y a ella. Mireya era madre de 3 hijos, un varón y 2 hembras.

A continuación, ya que me encuentro lejos del municipio Los Taques, transcribo con el mayor respeto las conmovedoras palabras escritas por su hijo, en una red social: “Gracias por ser la mejor madre del mundo, por darlo todo por mis hermanas y por mí; disculpa por haberte fallado como hijo, gracias por aguantar mi forma de ser, por las veces que peleamos, por las veces que me fui de la casa y por las veces que me sacaste de ella, pero tú sabes que a mí siempre me ha gustado la calle; y gracias por las mil veces que me sacaste de ella para que fuera una persona de bien. Sólo te pido que me des fuerzas para seguir adelante, y sígueme cuidando madre bella, te extrañaré y te amaré por siempre, nos veremos.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sus comentarios son importantes para el autor. Por favor, utilice un lenguaje cortés y respetuoso al dejarnos saber su opinión acerca de lo publicado.