Estimada Licenciada, pienso que
llegó el momento de escribir su crónica. ¿Podría usted hablarnos de su vida, sus
abuelos, sus padres, hijos, hermanos…? ¿Dónde realizó usted sus estudios formales?
Nos interesa su opinión sobre el ejercicio profesional del periodismo, su
filosofía de la existencia. ¿Podría contarnos dos anécdotas o
hechos extraordinarios que le hayan sucedido?
“Por
supuesto profesor, será un placer dialogar con usted. Mi nombre es Enauri
Auxiliadora Valles Romero. Soy hija de Aura Rosa Romero de Valles, descendiente
de Flora Atacho de Romero y Rosendo Romero (QEPD), y de Enrique Hilario Valles
González, descendiente de José Valles y Ana Patricia de Valles (QEPD). Estoy
casada con Javier David Parra Araujo, con quien tengo dos hijos: Ángel David y
Ariadna Sarai Parra Valles. Mis hermanos son Mauricio José y Rosaura Carolina
Valles Romero”.
“Estudié
en la Escuela Manuela Weffer de Romero (Buena Vista, municipio Falcón), y en el
Liceo Héctor M. Peña (Pueblo Nuevo, municipio Falcón). Ya con bachillerato
continué mis estudios en Maracaibo, en la Universidad del Zulia, donde obtuve
el título de Licenciada en Comunicación Social, mención Publicidad y Relaciones
Públicas. Continué mi formación con una maestría en Gerencia de Mercadeo por la
Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE, Maracaibo), un Diplomado en Competencias
para la Docencia por la Universidad de Falcón (UDEFA, Punto Fijo) título
obtenido: (Diplomado); y en la Universidad Francisco de Miranda en convenio CNP,
el certificado como Locutora Profesional. Actualmente me preparo para recibir
mi título como Doctora en Educación por la Universidad Pedagógica Experimental
Libertador (UPEL Paraguaná)”.
“Mi
visión filosófica de la vida: el conocimiento es poder. Cada experiencia vivida
nos da las bases para fundamentar nuestros conocimientos sobre el universo, el
sentido humano, lo físico y lo espiritual. Si ese conocimiento nos ayuda a
mejorar, crecer, evolucionar y nos permite ayudar a otros en el camino hemos
alcanzado gran parte de nuestro propósito existencial. Aun así, con todos los
títulos académicos que logremos reunir, la vida es la principal formadora, la
que nos da las mayores lecciones, por eso mientras más títulos, cargos y logros
acumulemos, más humildes debemos ser”.
“En
cuanto a la familia, en estos tiempos de modernidad se imponen modas mientras
que otras tienden a desaparecer; sin embargo, nunca pasará de moda que la base
y núcleo fundamental de la sociedad es la familia. Por lo tanto, hay que volver
al centro, al núcleo fundamental, rescatar la familia y los valores universales
del ser humano”.
“Mi
profesión me gusta, esto también es parte de mis anécdotas. Recuerdo que desde
niña jugaba a ser presentadora de televisión; cumplía un rol dual, en el que
era animadora y artista a la vez. Eso marcó mi niñez y creo que definitivamente
influyó en la decisión de estudiar comunicación social. Dios y la vida me han
permitido trabajar en el área de la publicidad y las relaciones públicas;
también en radio y televisión como productora y conductora de programas de
opinión, informativos y de entretenimiento, siendo la radio el medio que más me
enamora”.
“En
los últimos años, el periodismo institucional y las relaciones públicas me han
enganchado porque me permiten manejarme en distintos ámbitos, ser camaleónica,
poner en práctica mi experiencia y los conocimientos adquiridos a lo largo de
mi carrera. Por supuesto, siempre debemos estar abiertos a seguir aprendiendo,
a los cambios, pues no podemos pretender que lo sabemos todo, eso significaría
limitarnos, ponernos un techo, decir hasta aquí, y particularmente creo que los
seres humanos estamos llamados a la evolución, estamos para lograr grandes
cosas”.
“Principalmente
he ejercido la profesión entre el municipio Falcón (Pueblo Nuevo) y Los Taques.
El primero es mi lugar natal que adoro a morir, el segundo lo he adoptado como
mi segundo hogar. Cuando reflexiono respecto a esto, metafóricamente concluyo
que mi corazón de divide en dos grandes amores, y no puedo desentenderme de
ninguno, porque cada uno me complementa. Aunque a veces resulte cuesta arriba, hoy
día entiendo que de poquito en poquito se puede llegar a ser profeta en tu
tierra, y no hay mejor sitio para cumplir con tu vocación que Paraguaná”.
“Una
anécdota importante también la representa mi decisión de estudiar fuera de mi
tierra, cuando me fui a Maracaibo y me acompañó una tía muy querida mientras me
adaptaba a mi nueva vida. Ella vivió unos meses en la residencia universitaria
como una estudiante más, y decían que era mi ‘nana’: es decir, la chica de
pueblo se llevó a su niñera para que cocinara y la atendiera. Mi tía ya no está
en este plano terrenal, pero conservo de ella los mejores recuerdos, entre esos
su compañía en mi adaptación a la etapa universitaria fuera del hogar”.
“Con
respecto a lo que considero ser un buen periodista, pienso que debe reunir
muchas cualidades tanto personales como profesionales. Como dice Ryszard
Kapuscinski: 'Una mala persona no pueden ser buen periodista'. De allí parte
todo, la frase encierra en primer lugar un código de ética y valores bien
arraigado, y luego están las competencias y destrezas propias que exige la
profesión, así como la actualización continua. Me considero una persona
respetuosa de mis colegas, respeto los estilos de cada quien, esté o no de
acuerdo con ellos. De lo que estoy absolutamente en contra es del ejercicio
ilegal de la profesión: a la persona que le guste el periodismo, que se forme
para ello”.