jueves, 5 de octubre de 2023

RAFAEL “FITO” PRIMERA PRIMERA

 

Esta crónica la dedicamos al destacado paraguanero Rafael Primera Primera (Fito); este Cronista se suma al sentir taquense que el epónimo de este distinguido y honorable paraguanero se le coloque a la Escuela, donde han estudiado numerosas generaciones de taqueros y taqueras, como a los naturales de Santa Cruz de Los Taques les gusta que se les llame. Le agradezco a la profesora Hilva Primera de Díaz, su hija, me haya hecho llegar esta información cronical.

 

Nació en 1.919 en San José de Cocodite, uno de los ocho hijos en el hogar de Rafael Primera Gutiérrez y Faustina Primera de Primera. Fue su progenitor el que nombrara Alí Primera en los versos que dicen: “Mi pueblo es Juan Bariaca y es Tulio Guariato / Es Rafael Primera el viejo querendón / y son las manos madre, de todos las tinajas / y la fruta espinosa y dulce del cardón…”.

Para Rafael Primera, “Fito”, diminutivo por el cual lo conocieron en Paraguaná y más allá, al igual que para muchos paraguaneros la vida estuvo marcada por el fantasma de la sed. Fue por esta terrible sequía que tuvieron que trasladarse en 1.929 a Los Taques, para ese entonces “Don Fito” contaba con 10 años de edad.

Así fueron transcurriendo los años, desempeñando muchos trabajos: policía, conductor de vehículos, trabajador en las compañías petroleras (Aruba y Venezuela) en la década de los años 1940. Contrajo matrimonio con Teresa Josefina Aldama Brett en 1.948. De esta unión nacieron 9 hijos, nativos de este pueblo; los vio crecer en su casa, una de las más antiguas de Los Taques, situada en la cercanía de la Iglesia de la Santa Cruz.

Trabajador incansable, hombre de genuino tesón y honestidad, Fito Primera desarrolló una labor inestimable como líder de la comunidad de Los Taques. A su esfuerzo se deben obras significativas como la Casa Comunal (edificio del Concejo Municipal de Los Taques), el Parque Infantil, el Estadio, el primer cementerio, el Dispensario o Ambulatorio, viviendas de interés social, reparaciones a la Iglesia y su más grande legado: el Colegio de Los Taques, hoy Escuela Bolivariana Los Taques.

Fito solía decir: “Yo he sido siempre un pedilón”, cuando consiguió la ejecución del acueducto para la localidad en los años 60, entre otros. Pero nos remontaremos a los años 1.958 – 1.959. Cuando este amigo, acompañado de Emilio Salima, se acercan al recién nombrado Presidente de la Junta de Gobierno, Contralmirante Wolfgang Larrazábal, le hacen entrega de la carta donde se plantea la necesidad imperante de una sede para la escuela de los niños taquenses, ya que los mismos escuchaban clases en la casa donde funcionaba el cine; la cual era cedida para tal efecto.

A pesar de la oposición de algunos “personeros”, que no lo dejaban acercarse hasta donde se encontraba el Contralmirante para hacer la entrega del documento -recién redactado por sus amigos Oscar Reyes, Ibrahim Reyes, entre otros-, lograron su objetivo. En el transcurso de un mes, Rafael Primera obtuvo respuesta positiva de la Junta de Gobierno. “La obra se ejecutará, pero ubiquen ustedes el terreno donde se construirá la edificación escolar”. Hubo mucha alegría, reuniones, entrevistas, fuertes críticas y hasta amenazas por la toma necesaria del terreno para la construcción, porque esta superficie era criadero de chivos y cerdos. Sin embargo, los dueños –familia Millano– muy amablemente cedieron estas tierras para que este sueño se cristalizara.

La obra del Colegio de Los Taques se ejecutó en el transcurso de un año. Inició en el año 1.958 y culminó en el año 1.959. El acto de inauguración se realizó en noviembre de 1.959, con la asistencia de representantes de la Junta de Gobierno y la población taquense.

“El buen ejemplo no tiene edad”. Fito Primera –trabajador comunal– lo demostró en Los Taques y más allá, en el largo tránsito de sus días y en sus palabras de acción.

Prof. Hilva Primera de Díaz.

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