miércoles, 22 de noviembre de 2017

· LA MAESTRA ROSMIRY (III) ·


“En el año 2012 llegué a la Escuela Primaria Bolivariana Jayana, donde actualmente me encuentro; he pasado por todos los grados, teniendo la dicha de que mis niños y niñas me ven como su segunda mamá. Mi orgullo son mis estudiantes y sus rostros de inocencia y paz interior. Tuve la oportunidad de dar sexto grado y en el grupo tuve un muchacho de 15 años que ya por tercera vez repetía, copiaba pero no sabía leer, era tímido pero me fui ganando su confianza, pude darme cuenta que retenía fácilmente cualquier información suministrada, así que realizaba unas exposiciones bien presentadas y sus materiales de apoyo eran increíbles, hechos por él mismo, tenía una creatividad; su madre una señora mayor, llegó un día y con lágrimas en sus ojos me dio las gracias porque su hijo era otro, se sentía importante, a diario le asignaba responsabilidades que lo hacían crecer. Fue promovido y a los pocos meses me visito a la escuela y muy emocionado me dijo: ¡maestra, pasé todas las materias!, sentí que mi corazón se inflamaba de la emoción al saber que algo hice por ese joven que en un momento se sintió apartado".

"He tenido niños de fuerte comportamiento, pero mi arma secreta esta en tener paciencia y mucho amor. Tengo la dicha de contar con mucho amor y cariño para darles a mis estudiantes, soy conocida como la maestra tierna para todos en la escuela”. Como lo hizo Bolívar, con el máximo ejemplo de amor, representado en este pensamiento: “Ninguna pasión me ciega en esta parte, y si para algo sirviera la pasión en juicios de la naturaleza, sería para dar testimonio irrefragable de pureza y desprendimiento. Mi único amor siempre ha sido el de la Patria; mi única ambición, su libertad”.

“La satisfacción en el amor individual no puede lograrse, sin la capacidad de amar al prójimo”. Erich Fromm hace una reflexión de amar con desprendimiento y sensibilidad; pues para él, la mayoría de las personas por su cultura y esencia sienten que el amor es una mezcla ligada entre popularidad y sex-appeal, pero no logran comprender que amar es más que una apariencia física, y de buenos modales, y es que el amor es indispensable para la vida, porque es un mecanismo que acciona la conducta y trabaja la personalidad.

Pérez Esclarín comenta en su libro “Educar es enseñar a amar”, que “el amor genera confianza y seguridad”; pues para un niño debe ser importante percibir seguridad y confianza en la escuela, al lado de un maestro sensible, respetuoso y motivador, ya que ésta creará un ambiente de afecto mutuo entre estudiante y docente, como la mayor recompensa de amor y alegría que se puede sentir en el alma; así como cuando una madre abraza a su hijo tiernamente y le brinda gozo y alegría; pues obviamente cuando no se conoce el amor se cae fácilmente en la tristeza y la soledad.

“Amo educar con amor y ternura y estoy cada vez más convencida que el estudiante construye su propio aprendizaje a partir de sus intereses” “y no en una pizarra”, puntualiza la maestra Rosmiry, “se enseña y se aprende con el ejemplo, con amor, con educación de calidad, que sensibilice al ser humano y que ayude a construir personalidades que promuevan libertad de pensamiento y de expresión sincera, constructiva y honesta. Mis experiencias profesionales, han sido muchas, he dejado huellas en cada espacio de aprendizaje, y cada día mi libro de vida queda abierto a nuevas transformaciones”. 

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