El día
05 del corriente mes de febrero de 2018, vino hasta mi casa en Jayana muy
nerviosa e intranquila la señora Ramona Aldama, nuestra vecina, quien nació en
Cumujacoa, tiene 4 hijos y es compañera de Antonio González, con más de 25 años
viviendo en Jayana. Muy preocupada esta vecina me preguntó: “Profesor Muñoz
Freites, ¿qué hay de cierto en que una invasión a Venezuela es inminente, y probablemente sería
por las bahías de Jayana y Los Taques? ¿Puede usted aclararme la situación?, ya
que ese rumor está sonando como el agua de un río crecido cuando cae por una
cascada”.
Apreciada
señora Ramona: deje el susto, tenga la plena y total seguridad que eso nunca
ocurrirá, ya que a pesar de tener la patria las reservas petroleras más grandes
del mundo, oro y otros minerales estratégicos, la planta extranjera nunca más
volverá a pisotear el suelo patrio, como ocurrió cuando el español Teniente
General Pablo Morillo, “el Pacificador”, invadió a Venezuela con un ejército de
10.000 soldados del reino español, y fue derrotado el 24 de junio de 1821 por
las tropas patriotas en la gloriosa batalla de Carabobo, o cuando nuestros
puertos fueron bloqueados en 1902 y el puerto de la Guaira fue bombardeado y
literalmente invadido por marinos ingleses, holandeses, alemanes y
norteamericanos, quienes se pasearon impunemente por las calles guaireñas, en
el gobierno del Presidente General José Cipriano Castro Ruiz, “el Cabito”.
Sencillamente
no pasará, porque los intereses geopolíticos que mueven al planeta no lo
permitirían: Trump lanzó de nuevo una de sus balandronadas, pero a los sectores
políticos y económicos de China, Rusia, Europa y de los EUU no les conviene una
aventura tan descabellada, la chispa podría prender la guerra por toda la
América Latina y llegar hasta el territorio de la nación del norte, aún más
podría desencadenarse la Tercera Guerra Mundial.
Pienso
que son tiempos de concertación, paz y diálogo, que son tiempos de acuerdos
entre tirios y troyanos, y es muy cierto que le podemos vender hidrocarburos a
otras naciones, ya que somos un país soberano e independiente; aunque llevamos
un poco más de un siglo vendiéndole petróleo a los norteamericanos, nuestros
barcos tardan de 3 a 4 días en llegar a las costas de los gringos y les
suplimos el 31% del oro negro que consumen.
Lo
más importante es que, ahora que están subiendo los precios del barril
petrolero, se estabilicen en un nivel aceptable, que tengamos compradores
seguros y los recursos se sigan utilizando en beneficio del pueblo para la
construcción de un nuevo modelo económico que recupere la economía y le brinde
bienestar a todos los venezolanos, aprovechamos la ocasión para expresar aquí
un clamor popular: “que bajen los precios y suban los sueldos”. Reiteramos
nuestro optimismo y estamos convencidos que, ante esta coyuntura histórica, saldremos
victoriosos, ya que la espada del Libertador Simón Bolívar y Palacios iluminará
y protegerá siempre a sus compatriotas y a su amada Venezuela. Por la paz de
nuestros hermanos en Cristo, reciban todos las bendiciones de Dios.
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