La
confrontación de la Federación fue una guerra social que estremeció a Venezuela
a mediados del siglo XIX; desgraciadamente su ideario fue traicionado a raíz de
la muerte de Ezequiel Zamora. Sin duda, la historia de la Patria hubiese sido
otra si al “General de hombres libres” no le hubiesen asesinado vilmente. A
continuación, hago un breve relato de los acontecimientos de este conflicto
militar vistos bajo mi óptica historicista, disculpen los lectores si los
abrumo con las fechas, pero un cronista por disciplina cronical siempre las
debe reseñar.
Mientras
Juan Crisóstomo Falcón se encontraba en Curazao realizando gestiones orientadas
a la adquisición del parque de la campaña militar, y pasándola bien en
bacanales con meretrices, borracheras y juegos de cartas (en una oportunidad
apostó y perdió dineros del erario público) Ezequiel Zamora, el gran estratega de
la Guerra Federal contra los latifundistas, estaba a la cabeza de las tropas en
los combates y lanzaba sus consignas: “La tierra es de quien la trabaja: tierras
y hombres libres” y se ponía por norte que los campesinos tuviesen derechos de ciudadanía,
la eliminación de la prisión por deuda, la implementación de la educación
gratuita y que los pobres tuviesen derecho al voto.
Para
ser elector entonces había que saber leer, escribir y poseer un ingreso mínimo
de 50 pesos; los hacendados eran electores, tenían derechos civiles, en cambio en
la Venezuela de aquellos tiempos, los trabajadores del campo -la mayoría de la
población- eran analfabetas y apenas obtenían un peso por sus jornadas y no
ejercían la ciudadanía: nacían jornaleros y morían jornaleros.
Es
importante hacer énfasis aquí, que en la actualidad, el ingreso de los
venezolanos sigue marcando el rumbo de los sucesos e influyendo poderosamente
en lo que pasa en toda la Nación, hasta el punto que hoy, 2018, en estas
condiciones de guerra económica, es uno de los instrumentos para neutralizar el
alto costo de los alimentos, de las medicinas y de los servicios, pero que debe
ir acompañado de un control férreo de los precios, ya que los comerciantes y
traficantes de víveres suben los precios diariamente a su entera voluntad.
Si
no se toman medidas urgentes podrían los sectores diabólicos propiciar
conflictos sociales violentos; escenario que están esperando los imperialistas
para justificar una intervención y sembrar la muerte a lo largo y ancho del
país; las fatídicas y mortíferas bombas caerían sobre todos, sean tirios o
troyanos, burgueses o proletarios, ricos o pobres, vendepatrias o
revolucionarios.
Son
momentos de diálogo, concertación, convivencia, reconciliación y del cese del
acoso internacional; lo que le permitiría al Estado venezolano comprar en el
exterior lo que el pueblo necesita. Hay que poner mano dura contra los
comerciantes especuladores y los bachaqueros, sean corporativos, o sea los que
se instalan en las calles a vender productos, o los que trafican alimentos, billetes
y combustibles a la hermana República de Colombia. El peor de los crímenes es
traficar con los alimentos de las personas, como también es un azote el
transportista que un pasaje regulado en 1 bolívar soberano lo cobra en 5, y no
olviden meter en cintura a los entes bancarios que ponen trabas para dispensar
dinero en efectivo. Largas condenas de presidio de 25 a 30 años para todos
estos enemigos del pueblo y de la Nación venezolana. Las penas por corrupción también
deben ser severas y ejemplares.
El
20-02-1859 Tirso Salavarría se alzó en Coro y da inicio a la Guerra Federal; a
mediados de ese año, Ezequiel Zamora desembarca en Palma Sola, cerca de El Palito,
y comienza su participación a favor de la Federación, liderando las siguientes
acciones militares: batalla de La Cruz (13-09-1859), toma de Barquisimeto,
combate de Siquisique (3-10-1859), nueva batalla de Barquisimeto, la batalla de
Santa Inés (10-12-1859), (la más importante de todas las realizadas durante la
Guerra Federal) , combate de Barinas, batalla de La Sabana (11-12-1859) y el
sitio de San Carlos (10-01-1860), durante el cual Ezequiel Zamora es asesinado
de un balazo por órdenes de Juan Crisóstomo Falcón, su cuñado, a causa de la
envidia que le tenía por sus dotes militares y popularidad. A partir de este
momento, Falcón asume tanto la jefatura como la conducción militar del
movimiento federalista; en la batalla de Coplé (17-02-1860) es derrotado por el
general León Febres Cordero y decide dividir al Ejército Federal en 3 cuerpos,
acción que le será duramente criticada.
Falcón,
después de la terrible derrota que recibió en la batalla de Coplé -a causa de
sus errores tácticos y estratégicos-, se dirigió a Bogotá en busca de recursos
para continuar la guerra, y al no obtenerlos marcha a las Antillas. En Saint
Thomas, Curazao, Aruba y Haití los consigue, y con un puñado de
correligionarios pone de nuevo pie en tierra venezolana en julio de 1861. Luego
de desplegar diversas operaciones militares durante todo ese año, en diciembre
sostiene en el campo de Carabobo unas infructuosas conversaciones de paz con el
general José Antonio Páez, entonces a la cabeza del poder ejecutivo. Los conservadores
querían un diálogo donde únicamente ellos salieran beneficiados.
El
21-01-1862 reinicia la actividad militar, al dirigir el combate de Purureche,
en el que derrota al coronel Ramón Castillo Marzal, en el combate de El Corubo
(4-02-1862) vence al coronel Jorge Sutherland y en la batalla de Mapararí o La
Peñita (2-04-1862) al general Facundo Camero. El 7 de abril de 1863 efectúa el
sitio de Coro, pocos días antes de la firma del Tratado de Coche que pone fin a
las hostilidades entre centralistas y federalistas. Posteriormente, el 17 de
junio del mismo año, es designado Presidente Provisional de la República, por
la Asamblea de La Victoria, el 24 de diciembre de 1863. Al día siguiente
(25-12-1863) la Asamblea Constituyente le confirió el título de Gran Ciudadano
y el grado de Mariscal, y como tal continúa en el poder, juramentándose el 21
de enero de 1864. En octubre de 1864 es elegido Presidente Constitucional y
ratificado por el Congreso el 18 de marzo de 1865; a fines de 1866 renuncia a
la presidencia y se retira a Coro, hasta que con el triunfo de la Revolución
Azul (25-07-1868) es expulsado del país.
El
24 de abril de 1870, casi paralelamente al triunfo de la Revolución Liberal
acaudillada por Antonio Guzmán Blanco, muere en una habitación del hotel
Toulouse de Fort-de-France (Martinica) como consecuencia de un cáncer en la
laringe. El 1 de mayo de 1874 por un decreto legislativo, sus restos fueron
trasladados al Panteón Nacional: para ese momento muy pocos se acordaban de “General
de hombres libres” Ezequiel Zamora, quien según respetables historiadores ganó
las grandes y decisivas batallas, ya que casi todos los enfrentamientos comandados
por Falcón solamente fueron escaramuzas o pequeños combates. Sólo en tiempos
recientes, a Zamora se le dio su justo lugar en la historia, hasta el punto que
muchos opinan que el estado Falcón debería llamarse estado Zamora. Consideren
que en este momento hago esa propuesta.
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