“Nací el martes 1 de julio de 1980 en el Centro Médico Cardón. Mi padre fue Pedro Ramón Guignan Guiñan y mi madre -que en paz descanse- fue Dilia Rosa Petit de Guignan. Mis abuelos paternos fueron Pedro Guignan y Sara de Guignan, y mis abuelos maternos Isaías Petit y Rosalinda de Petit”.
“Por errores humanos, los apellidos tienen diferente escritura, por lo que mis hermanos se llaman: Pedro Ramón, Víctor Jesús y Jesús Ramón Guignan; Rosa María, Alexis Ramón, Neptalí Ramón, Norma Marina, Gloria Margarita, Gladys Rosario, Julissa Guinan de Colina y Marisol Guinan Petit. También Pedro Segundo, Yudith Leonor, Maribel y Guiñan Petit, así como Marisabel Guinan Petit, y Rosmary Paola y Ramón Gabriel Guignan Gutiérrez. Mis hijos se llaman Shaday de Jesús y Sharamya del Cielo Calatayud Guiñan, y Shekinah Daniela León Guiñan”.
“Soy Licenciada en Contaduría Pública, egresada en el 2001 de la Universidad del Zulia Núcleo Punto Fijo. Igualmente soy Profesora en Educación Mención Comercio desde el año 2011 de la UPEL Barquisimeto; tengo 8 semestres de Educación Integral cursados en la UPEL Los Taques, y tesista de la Maestría de Educación Gerencial. Actualmente soy Profesora en Educación Comercio, Profesora en la Universidad Francisco de Miranda Sede Municipalizada, Administradora del Instituto de Turismo y Cultura del Municipio Los Taques, e integrante del Equipo Político Municipal del Municipio Los Taques.”
“Soy así mismo creyente y practicante de la fe Cristiana. Referente al feminismo, creo fielmente que es el medio de igualdad más certero que nos permite el desarrollo del bienestar de la mujer; es el instrumento de lucha para que la mujer logre todos sus derechos en la sociedad, y ocupe un rol igualitario en relación al hombre. Milito en el Partido Socialista Unido de Venezuela porque creo en la igualdad y felicidad del pueblo; a nivel comunal tengo 25 años haciendo trabajo con y para mí pueblo taquense, donde hemos logrado organizar movimientos, organizaciones y estructuras para dar más y mayor bienestar”.
“Como anécdotas: encontrarme repentinamente a familiares en el desarrollo político de mi municipio sin tener conciencia de eso. Un desmayo que sufrí en una concentración por exceso de desvelo, y al reaccionar a quien tenía frente a mis ojos era el Gran Comandante Supremo”.
“Me gustaría compartir esta bella reflexión, Profesor.
Una vez le preguntaron a un hombre de Dios: ¿qué
obtienes orando a Dios regularmente?
El respondió: ‘Generalmente no gano nada, sino que pierdo cosas’.
Y citó todo lo que perdió orando a Dios regularmente:
‘Perdí el orgullo. Perdí la arrogancia. Perdí la codicia. Perdí la envidia. Perdí mi ira. Perdí la lujuria. Perdí el placer de mentir. Perdí el gusto por el pecado. Perdí la impaciencia. Perdí la desesperación. Perdí el desánimo’.
“A veces oramos no para ganar algo, sino para perder cosas que no nos permiten crecer espiritualmente. La oración educa, fortalece y sana. La oración es el canal que nos conecta directamente con Dios”.
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