jueves, 1 de agosto de 2019

· LA PODÓLOGA ·


Hoy 01-08-2019 escribo esta crónica desde la ciudad de Barcelona, Anzoátegui, aquejado por fuertes dolores en mis manos; me iban a operar de nuevo en el CDI de Campo Claro, “Camilo Cienfuegos”, se comenta por esas calles que “el último ataque electromagnético produjo una serie de apagones que dañaron la planta eléctrica del quirófano de esta institución, y eso paralizó las intervenciones quirúrgicas”. Un número de pacientes afectados tenemos la absoluta certeza que pronto el Gobierno nacional la remplazará, son numerosos los aviones estadounidenses que violan el espacio aéreo venezolano y dejan secuelas.
Este blog de crónicas se publica en internet y otros medios como Aporrea, y es leído por numerosas personas en otros países, por lo tanto, le hago un llamado a los pueblos del mundo a expresar su rechazo contra estas agresiones que atentan contra la salud de los habitantes de Venezuela, además les solicito que nos ayuden con una solidaridad real y efectiva a vencer el criminal bloqueo económico que le impide a nuestro Gobierno democrático comprar alimentos, medicinas e insumos agrícolas y pecuarios. Este llamado lo hace un sencillo hombre de a pie, y es el sentir de millones de compatriotas.
Después de este preámbulo, del todo necesario, les escribiré hoy sobre la podóloga Tania Aponte Fondín, quien labora en el CRI (Centro de Rehabilitación Integral) “Luis Bonilla” de Campo Alegre donde recibo las terapias. Al lado del servicio de Hidroterapia y Calor donde diariamente soy atendido, hay un consultorio de Podología, y he tenido el placer de conversar con la podóloga. Y para mi sorpresa, esta profesional estuvo 2 años laborando en el estado Falcón y en más de una oportunidad visitó la población de Villa Marina, en el municipio Los Taques, donde tiene numerosas amistades. Sin pensarlo dos veces, al tener noticias de que conocía las tierras falconianas le propuse hacerle una crónica, que a continuación les transcribo:
“Buenos días amiga Tania, ¿cómo está usted? Me enteré que usted trabajó hace unos años en el estado Falcón.” “¿Jesús, tu eres falconiano?” “Soy el cronista oficial del municipio Los Taques, de Paraguaná”. “Válgame Dios Santísimo, yo conozco tu terruño, yo tengo muy buenas amistades, en un bello pueblo costero llamado Villa Marina, que posee unas playas tan agradables como las de Cuba; allí la pasan verdaderamente bien, la gente es amable y hospitalaria, bailan a la orilla de la playa y comen exquisitos pescados fritos con ensalada y tostones de plátano al estilo cubano”. “Yo tengo unas amigas de la Villa, que conocí en Coro”.
“¿Podría usted hablarme de su estadía en Santa Ana de Coro?” “Sin ningún problema, chico, pero te voy a agradecer que me tutees” “Esta bien Tania, soy todo oídos.” “Jesús nací en Guantánamo, el 17-08-1968, mis padres se llaman Libia Fondín y Walterio Aponte, y mis abuelos Petronila Agüero y Felo Fondín; estudié la primaria en la Ciudad Escolar 26 de Julio donde se encuentra el Cuartel Moncada, allí también hay un museo. La secundaria la saqué en el ESBU Tony Aldama Cuadrado; realicé el Preuniversitario 1200, y en el Instituto de Ciencias Médicas en Villa Clara me hice Podóloga en el 2007. Mi primer empleo fue en el Politécnico Universitario Juan Bruno Zaya”.
“Jesús, en Curimagua conocí el Monumento a los Abuelos de Antonio Maceo Grajade, -quienes nacieron en este pueblo-, uno de los libertadores de Cuba; estuve en mi primera misión en Falcón dos años, desde el 2012 al 2015. Trabajé en el CDI-CRI ‘Dr. Secundino Urbina’, en Coro como podóloga; los corianos y las corianas son personas amables, cariñosas y agradecidas; yo tengo buenos recuerdos de esa ciudad mariana.
Allí me sentí como si tuviera en mi tierra, conocí también La Vela, Buchuaco, El Supí, Curimagua, Amuay y Villa Marina. Recuerdo que vivía cerca de la gobernación y en el preciso momento cuando murió el Comandante Chávez, toda la ciudad quedó en silencio, no se escuchaba ni el ruido de una mosca y luego oí la noticia; fue el hecho más extraño que he sentido en toda mi vida. Hoy estoy en este CDI, en Barcelona, donde atiendo un promedio de 800 pacientes al mes”.
“Mi profesión es importantísima, ya que asisten a mi consulta personas en prevención del pie diabético, con uñas encarnadas, las que necesitan masajes, las que tienen deformidades y otras patologías de los pies. A más de 900 venezolanos les he evitado que le amputen el pie. Amo a este país como si yo hubiese nacido aquí, me siento muy útil al prójimo.” Todas las personas que fueron atendidas por la podóloga Tania, hablan maravillas de sus manos.

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