domingo, 4 de diciembre de 2016

· CAMIONETA ·

    Iba en la moto con Felipe Antonio Cuauro González, quien es nativo de Amuay; me guió hasta la casa Emilio Rafael Salazar Díaz, conocido por todos como “Camioneta”, natural de Amuay, quien nació el 20-07-1953, por cierto, el 20-07-2016 cumplió 63 años, como él bien me dijo: “Profesor Muñoz Freites, pronto cumpliré años, voy a celebrar mis seis-tres bien vividos y con las manos llenas de callos de tanto trabajar. Imagínese, hasta el año pasado laboré unos meses en una contratista”.
    Al tocar a la puerta de la vivienda, recordé que cuando se actúa desinteresadamente, cuando solo nos mueve el ayudar al prójimo, uno se siente satisfecho de vivir, y eso me ocurrió entre noviembre del 2010 y febrero del 2011 en Amuay. El señor Emilio y yo nos conocimos por esa fecha, cuando llovió fuerte y con viento durante muchos días seguidos en toda la zona costera del municipio Los Taques y de la península de Paraguaná.
    “En Amuay hubo lluvias por muchos días seguidos, numerosas viviendas se inundaron y estuve colaborando con los trabajadores, empleados y el Alcalde José Luis “Pepe” Iglesias a poner en lugar seguro a los pobladores de los sectores impactados y a limpiar sus casas de agua y barro, ayudado por los camiones de achique de la empresa Mourik y las maquinarias de los empresarios de Los Taques, los Bolívar. Robert Díaz, con una bomba de achique y una cuadrilla de obreros andaba sacando el agua de las viviendas afectadas. Hubo un peligro real de producirse una pandemia a causa de que los pozos sépticos se rebosaron, numerosas familias estuvieron damnificadas en la Casa de La Cultura y en la Escuela Bolivariana de Amuay. Profesor, yo vi con estos ojos que se los va a comer la tierra, a socialistas, médicos cubanos, urredistas, copeyanos, adecos y las FANB trabajando juntos por los damnificados de Amuay”.
    “Las donaciones del pueblo falconiano, de entes públicos, de las empresas privadas, comerciantes y la Iglesia, proveyeron a estos compatriotas de alimentos, agua, fórmulas lácteas para bebés, ropa asistencia médica y medicinas que el Alcalde, el Dr. “Pepe”; almacenó y repartió. La vacunación de los pobladores fue masiva y eficiente. En realidad, hubo una impresionante solidaridad: las contratistas más importantes pusieron a la orden sus maquinarias para extraer el barro de las calles, recuerdo que Daily Chirinos, Sabas Medina, Angel Salazar, Jesús Castro y Franlismar Calvillo; mi persona, Esteban González, Ana Chiquillo y la Misión Ribas, usted Profesor Muñoz Freites y otros muchos cuyos nombres no recuerdo, trabajamos sin descanso. Hubo una gran solidaridad, demostrada por todos hacia los afectados”. El señor Emilio me recordó este episodio y me expresó el eterno agradecimiento que guardan los habitantes del sector Yauma hacia mi persona donde colaboré colaborando.
    Me relató Salazar Díaz: “Yo nací el 20-07-1953 en Amuay, en el sector Yauma, que antiguamente se conocía como La Botija. En el pueblo había sólo tres sectores: La Botija, Centro y La Puntica; en este último, vivían muchos pescadores”.
    “Con la llegada de los margariteños creció la población por allá en la década de la década del 40. Mi padre Vicente Emilio Salazar llegó en 1945 a la calle 4, al sector La Botija y se casó con mi madre, Rosa Isabel Díaz en 1952, él tenía 33, y ella 15 años; mi mamá tuvo 2 uniones, 9 hijos, 6 hembras y 3 varones; de la primera: Emilio, José, Luis y Luisa Salazar Díaz, todos estamos vivos; después se unió con Alejandro Narváez y nacieron Eulalia, Alida, Carmen Emilia, Rosa Elena y Zoleida Narváez Díaz”. “Emilio, ¿y por qué le dicen ‘Camioneta’?” “Ese apodo me lo pusieron los jugadores que integraban el equipo de Amuay; cuando yo jugaba pelota, me montaba en la camioneta de la Guardia que era alta y grande”.

    “Con mi mujer Betty González procreé una hija que se llama Karielmy del Valle Salazar González de 20 años y estudia administración de aduanas”.

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