domingo, 4 de diciembre de 2016

· CHICOTE II ·

   Para la crónica de la semana pasada entrevisté a Francisco José Guevara, ‘Chicote’, descendiente de margariteños que llegaron a Amuay en 1946 en sus pequeñas embarcaciones desde la Perla del Caribe Mar, la isla de Margarita; quienes impresionados por los hermosos paisajes de estas tierras paraguaneras se quedaron, cuyos hijos y nietos nacieron aquí y como es obvio, están profundamente enraizados en este pintoresco y turístico pueblo de pescadores. Este poblado del municipio Los Taques, en épocas de vacaciones y asuetos sin lugar a dudas aumenta su población con turistas que arriban desde Maracaibo, Mérida, San Cristóbal, Trujillo, Barquisimeto, Valencia, Maracay, Los Teques, Caracas, Punto Fijo, Coro y otros lugares, atraídos por las hermosas playas, en busca de esparcimiento, disfrute y descanso; quienes reciben un buen trato de los amuayeros, como les gusta que se les llame a los habitantes de Amuay.
   Por razones de espacio no pude escribir en la crónica ‘Chicote’, todo lo que Francisco José Guevara me narró, hoy pretendo hacerlo. En ese ir y venir a lo largo y ancho del municipio Los Taques, en busca de los relatos, cuentos, leyendas y vivencias de sus pobladores que me permitan dar a conocer la historia local de estas tierras, me he encontrado con narraciones muy significativas; pienso que lo que conversé con el amigo Guevara es uno de estos casos.
    “Yo siento mucho interés por la historia del municipio y en especial la de Amuay y su gente, es tanto así que he leído y releído los libros de los anteriores cronistas y si usted me lo permite, con todo respeto quiero darle un consejo. Cerciórese bien de lo que le dicen las personas, hay mucho embustero y mal intencionado caminando todavía por esos mundos, y a riesgo de herir susceptibilidades y que algunos se disgusten y ofendan, le quiero contar que en los libros de los anteriores cronistas, que Dios los tenga en la gloria, hay dos errorcitos y estoy seguro que no fue culpa de ellos, ya que todo lo demás que escribieron en sus obras es la más pura verdad, sino de algún malvado que les echó el cuento equivocado, no tengo otra explicación para este asunto”.
   “Yo a usted lo leo desde que comenzó a escribir las crónicas, y me parece que lo está haciendo muy bien, es más, pienso que sus relatos deberían salir en todos los periódicos para que los puedan leer muchas personas, por eso no me gustaría que le ensucien la trayectoria, ahora que El Falconiano por acá se está leyendo bastante”. Le respondí a Don Francisco: “Tiene usted toda la razón, y estaré muy pendiente del consejo que me da, ya que ‘la voz del pueblo es la voz de Dios’, y ‘más sabe el Diablo por viejo que por Diablo”.
   “Profesor Muñoz Freites, como le iba diciendo, el primer errorcito de los que lo antecedieron en su cargo fue que quien sacó la pelota por primera vez de jonrón en el estadio Polibio Zea de Los Taques no fue el zurdo Oswaldo Reyes, y lo afirmo porque yo estaba allí: el jonrón lo dio Juan Luis Beltrán Marcano quien jugaba para el equipo de Amuay que se llamaba ‘Constructora Alemán’. Eso ocurrió, si mal no recuerdo por allá en la década de los 70. El segundo errorcito es que el último telegrafista que tuvo el pueblo de Amuay no fue Esteban Reyes, el último telegrafista fue Nicolás Alberto Ramírez, conocido por todos como ‘Pichucho’, quien está vivo y Dios le dé mucho años más de vida, y lo sé porque está casado con mi hermana Narilza. Mi tío Francisco Javier Guevara Hernández (Chico Guevara) organizó el béisbol en Amuay, y era quien costeaba los uniformes, los guantes y bates, él era también margariteño”.

    Es mi deber como Cronista del municipio Los Taques verificar los relatos de los acontecimientos acaecidos, pero a la vez es también mi deber trascribir fielmente lo que la gente me cuenta. Quedará a cualquier persona que haya vivido estos sucesos, o tenga otra versión de ellos, expresar sus discrepancias si lo desea. 

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