Humberto Díaz Colina
nació el 20-05-1947 en Los Taques, y murió en esta misma ciudad el 08-08-2016;
a sus familiares y deudos les digo: Ustedes no están solos en su dolor, todo el
pueblo taquense está con ustedes. Fue un hombre de sabiduría popular: buen
padre, hermano y amigo de todos los taquenses que le conocieron. En su velorio,
y cuando sus restos pasaron por la iglesia, vi a gente de izquierda y de
derecha que en vida le profesaron genuina estima, y en muerte le fueron a dar
el triste y último adiós.
Estuvo en sus honras
fúnebres el Alcalde de Los Taques Dr. José Luis “Pepe” Iglesias Gallegos, quien
con voz entrecortada y sentidas palabras destacó las virtudes del fallecido;
también observé al ex alcalde Alexis Acosta Sánquiz en la iglesia católica, y
se veía afligido. Vi a evangélicos entrar a la mencionada iglesia a darle al
amigo Beto la despedida en su viaje a la eternidad. Sin duda, como dije más
arriba, Humberto Díaz Colina fue amigo de todos y era querido por todos.
¡Taquero de genuina cepa! siempre dispuesto a ayudar desinteresadamente a sus
coetáneos.
A Beto Díaz, cuando le
pedían un favor nunca decía que no. Enemigo de la injusticia, me ofreció una
entrevista para hacer la crónica de su vida, pero desgraciadamente no pudo ser;
fui a visitarlo en su gravedad a su casa, entré a su habitación y su hija me
dijo: “Está inconsciente, bajo el efecto de un fuerte calmante, esta terrible y
penosa enfermedad se le ha diseminado por todo el cuerpo, ya no reconoce
profesor Muñoz”. De pronto abrió los ojos, me miró fijamente y me dijo: “Dr.
Muñoz Freites, ¿cómo está usted?”. Y volvió a caer en el profundo letargo en
que se encontraba cuando llegué. Su hija me dijo sorprendida, “profesor, mi
padre ya llevaba dos días prácticamente sin reconocer a ninguna persona; es
extraño, se despertó para despedirse de usted”.
En el velorio del amigo
Beto tuve una conversación con un amigo, quien es un irreductible personaje
taquense de la oposición. Como cronista no puedo asumir posición política
alguna, dejo aquí eso bien claro, no vaya a surgir por allí algún malintencionado;
pero en los velorios, como es sabido, la gente habla de las cosas divinas y
humanas. La persona del partido de la oposición me relató lo siguiente:
“Profesor Muñoz
Freites, este es un país donde ocurren las cosas más descabelladas que puedan
suceder, le diré que en mis años mozos trabajé en una ferretería en Caracas, propiedad
de una viuda que poseía como 4 ferreterías más, quien se casó con Eugenio
Mendoza, hombre bueno para los negocios. Sucede que este señor vendió las
ferreterías, y además recibió un préstamo durante el gobierno del Presidente
Rómulo Betancourt y adquirió una fábrica de cerveza, que luego heredó Lorenzo
Mendoza, a quien hasta hace poco yo consideraba audaz y emprendedor, con méritos
suficientes para llegar a ser Presidente. Pero qué mayor desilusión, tengo
entendido que sus fábricas producen el 60% de los alimentos que se consumen en
el país, entre ellos la harina de maíz, el arroz, la mayonesa, como también es
dueño de la cervecería más importante que tiene Venezuela. Mis simpatías hacia
él hasta hace poco eran inmensas”.
“Yo pensaba: si un empresario llega a
Presidente se acaban los problemas de los venezolanos, pero qué gran desengaño.
El señor Mendoza, como se dice en béisbol, tenía 3 hombres en base y si bateaba
un jonrón entraría por la puerta grande; pero para mi sorpresa, bateó una
bombita que fue al guante del lanzador. Hace días, me enteré que había recibido
un préstamo de 35 mil millones de dólares para comprar cebada para hacer
cerveza; créame, a mí me gusta echarme mis cervecitas, pero qué bien la hubiese
puesto si en vez de cebada hubiera comprado materias primas para fabricar
alimentos y venderlos a precios populares, pero también escuché que el
Presidente Nicolás Maduro liberó los precios. Realmente, yo no entiendo lo que
pasa en este país…”
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