domingo, 4 de diciembre de 2016

· REFLEXIONES ·

Humberto Díaz Colina nació el 20-05-1947 en Los Taques, y murió en esta misma ciudad el 08-08-2016; a sus familiares y deudos les digo: Ustedes no están solos en su dolor, todo el pueblo taquense está con ustedes. Fue un hombre de sabiduría popular: buen padre, hermano y amigo de todos los taquenses que le conocieron. En su velorio, y cuando sus restos pasaron por la iglesia, vi a gente de izquierda y de derecha que en vida le profesaron genuina estima, y en muerte le fueron a dar el triste y último adiós.
Estuvo en sus honras fúnebres el Alcalde de Los Taques Dr. José Luis “Pepe” Iglesias Gallegos, quien con voz entrecortada y sentidas palabras destacó las virtudes del fallecido; también observé al ex alcalde Alexis Acosta Sánquiz en la iglesia católica, y se veía afligido. Vi a evangélicos entrar a la mencionada iglesia a darle al amigo Beto la despedida en su viaje a la eternidad. Sin duda, como dije más arriba, Humberto Díaz Colina fue amigo de todos y era querido por todos. ¡Taquero de genuina cepa! siempre dispuesto a ayudar desinteresadamente a sus coetáneos.
A Beto Díaz, cuando le pedían un favor nunca decía que no. Enemigo de la injusticia, me ofreció una entrevista para hacer la crónica de su vida, pero desgraciadamente no pudo ser; fui a visitarlo en su gravedad a su casa, entré a su habitación y su hija me dijo: “Está inconsciente, bajo el efecto de un fuerte calmante, esta terrible y penosa enfermedad se le ha diseminado por todo el cuerpo, ya no reconoce profesor Muñoz”. De pronto abrió los ojos, me miró fijamente y me dijo: “Dr. Muñoz Freites, ¿cómo está usted?”. Y volvió a caer en el profundo letargo en que se encontraba cuando llegué. Su hija me dijo sorprendida, “profesor, mi padre ya llevaba dos días prácticamente sin reconocer a ninguna persona; es extraño, se despertó para despedirse de usted”.
En el velorio del amigo Beto tuve una conversación con un amigo, quien es un irreductible personaje taquense de la oposición. Como cronista no puedo asumir posición política alguna, dejo aquí eso bien claro, no vaya a surgir por allí algún malintencionado; pero en los velorios, como es sabido, la gente habla de las cosas divinas y humanas. La persona del partido de la oposición me relató lo siguiente:
“Profesor Muñoz Freites, este es un país donde ocurren las cosas más descabelladas que puedan suceder, le diré que en mis años mozos trabajé en una ferretería en Caracas, propiedad de una viuda que poseía como 4 ferreterías más, quien se casó con Eugenio Mendoza, hombre bueno para los negocios. Sucede que este señor vendió las ferreterías, y además recibió un préstamo durante el gobierno del Presidente Rómulo Betancourt y adquirió una fábrica de cerveza, que luego heredó Lorenzo Mendoza, a quien hasta hace poco yo consideraba audaz y emprendedor, con méritos suficientes para llegar a ser Presidente. Pero qué mayor desilusión, tengo entendido que sus fábricas producen el 60% de los alimentos que se consumen en el país, entre ellos la harina de maíz, el arroz, la mayonesa, como también es dueño de la cervecería más importante que tiene Venezuela. Mis simpatías hacia él hasta hace poco eran inmensas”.
  “Yo pensaba: si un empresario llega a Presidente se acaban los problemas de los venezolanos, pero qué gran desengaño. El señor Mendoza, como se dice en béisbol, tenía 3 hombres en base y si bateaba un jonrón entraría por la puerta grande; pero para mi sorpresa, bateó una bombita que fue al guante del lanzador. Hace días, me enteré que había recibido un préstamo de 35 mil millones de dólares para comprar cebada para hacer cerveza; créame, a mí me gusta echarme mis cervecitas, pero qué bien la hubiese puesto si en vez de cebada hubiera comprado materias primas para fabricar alimentos y venderlos a precios populares, pero también escuché que el Presidente Nicolás Maduro liberó los precios. Realmente, yo no entiendo lo que pasa en este país…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sus comentarios son importantes para el autor. Por favor, utilice un lenguaje cortés y respetuoso al dejarnos saber su opinión acerca de lo publicado.