viernes, 2 de diciembre de 2016

· DON MIGUEL ·

      Hay personas que dejan huellas profundas por donde andan, ya que destacan en las actividades que realizan. Es el caso del difunto don José Miguel González Bolaños, ecuatoriano de nacimiento, ya que nació en Quito el 20-01-1919 y venezolano por naturalización. Falleció en su casa, en la avenida Los Médanos de Santa Ana de Coro, el 03-08-1981. Tenía amigos por todas partes del estado Falcón, amén de tenerlos también en todos los lugares en donde trabajó. Don Miguel en vida fue experto en equipos para la construcción de caminos, en explosivos para excavaciones, voladuras de rocas y edificaciones, movimientos de tierras, asfaltado de carreteras y construcción de obras civiles como puentes, drenajes, ambulatorios y escuelas.
      Digamos que por la experiencia adquirida, sin haber pasado por una escuela técnica ni por una universidad, don Miguel fue de una eficiencia extraordinaria en su profesión; afirman quienes le conocieron que en su oficio era todo un ingeniero. Fue de las personas que vienen al mundo con una aptitud impresionante en lo que hacen, como diría el filósofo Aristóteles: “Con un don innato para la aplicación de la técnica”.
      Era excelente padre y esposo, muy preocupado porque sus hijos adquiriesen la educación necesaria. Se casó 2 veces, la primera en Quito con Luz María Núñez, con quien procreó 2 hijos: Jorge González Núñez y René González Núñez. Su segunda esposa, con quien contrajo nupcias en Venezuela, fue María de Jesús Urdaneta; de esta unión nacieron Jorge, Aida, Guillermo, Amable, Miguel, Isabel y Ana González Urdaneta. Fuera del matrimonio tuvo 5 hijos: Mirian, Miguel, Olga, Carmen y Zulay González. Nietos: Jorge Alí, Ana María, Maira, Josue, Israel, René, Isthar, Astarte, Sinda Kelly, Linda Mary, Hécate, Yesuam, Yarelis, Yaret, Jimmy, Gabriel, Mayringuellis, Antoni, Lourismar, Jhonathan, Marielis, Yenny, Roxanne, René, Bleymir, Adriana, Adrián, Aráis, Cristian Adrimit, Steven, Luis, Tibisay, Anna y Mairín.
      Muy joven aprendió las técnicas de explosivos en las excavaciones de la ampliación del Canal de Panamá en los años 1941 y 1942, cuyos trabajos detiene la Segunda Guerra Mundial. Extrajo carbón en la mina “Diego de Noboa”, en Ecuador. Participó en la construcción del Centro Simón Bolívar como supervisor con el Ing. Bárcenas, del Puente Mohedano, de rellenos y compactación de accesos, movimientos de tierra y bases con el Ing. Marcos Aurelio Casanova; hizo la demolición del edificio Gran Colombia, en la Avenida Fuerzas Armadas de Caracas, con el Ing. Francisco Guzmán Lander; en la Urbanización El Marqués, Petare; fue jefe de movimientos de tierra con el Ing. Domingo Sanz en la carretera El Guayabo -Santa Bárbara - La Fría (movimientos de tierras y pavimento asfaltico); en la construcción de la sede del Colegio de Abogados de Trujillo, Aeropuerto de Santa Bárbara, (movimiento de tierras y pavimentación de la pista); la construcción del acceso al Puente sobre el Lago de Maracaibo y numerosas otras obras en el occidente del país.
      En Falcón, él y su hijo René participaron en el asfaltado y posteriores bacheos de la antigua carretera de Los Taques-Punto Fijo, en construcción de las calles de Pedregal y su asfaltado; en la construcción de las carreteras Santa Ana-Maquigua, Pueblo Nuevo-Jadacaquiva, Santa Cruz de Capadare-San Lorenzo, Prolongación Sur-Avenida Los Médanos y Variante Sur en Coro, conglomerado industrial de Coro, (movimientos de tierra, sistema de drenaje, asfaltado caliente).

      Dice su hija Aida que su padre “cada vez que llegaba a una localidad y detonaba las cargas explosivas para las demoliciones de las rocas, algunas mujeres entraban en pánico y corrían a los templos, se asustaban porque pensaban que era el fin del mundo, se arrodillaban y a viva voz confesaban ante los presentes sus pecados; más de un hogar quedó separado y más de uno tuvo que huir hasta que pasara la furia”.

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