José Gregorio García
Chirino es un promotor social, con cargo fijo en la alcaldía de Los Taques;
apreciado y conocido por todos en el sector 4 de Febrero de Creolandia, no es
taquense, pero lleva viviendo 22 años en el municipio. Durante años se dedicó a
entrevistar a personas necesitadas de aportes económicos, estudios médicos
costosos, medicamentos, canastillas, muletas, sillas de ruedas, bastones,
tanques para almacenar agua y materiales de construcción. En la actualidad,
está asignado al Instituto de Hábitat y Vivienda que gerencia con reconocida
idoneidad Carmelo Petit.
Nació Cheo en
Churuguara el 14-02-1960, el nombre de su padre es Eutasio Garcia, natural de
Churuguara (16-08-1935) donde reside lleno de salud como un toro; su mamá
(difunta) se llamaba Margarita Chirino de Reyes y vino al mundo en la mencionada
población de la Serranía Coriana el 05-01-1945 y falleció en el mismo poblado
el 18-06-2004.
Dice José Gregorio: “mis
progenitores vivieron un tiempo en la pintoresca población de Amuay, cuando mi
papá trabajaba para la compañía petrolera; en esa época era operador de
martillo hidráulico y formaba parte de la nómina de la contratista Cianca.
Saqué el 6° grado en la escuela ‘Ciro José Maldonado’ de Churuguara, el 5° año
de bachillerato en la Misión Sucre de Los Taques. En esa época la coordinadora era
la profesora Ana Chiquillo, recuerdo que recibí clases de las facilitadoras
Gloria Chávez y Coromoto Flores”.
“Profesor Muñoz
Freites, mi primer empleo fue ayudando a mi tio William Guerrero a vender
periódicos y revistas en un kiosco de su propiedad, conocido como ‘el Puesto
del Piojo’, en la avenida Jacinto Lara de Punto Fijo, entre los años
(1979-1981), en 1982 hice un curso de albañilería en el INCE durante un año; mi
segundo empleo fue en la sede de Transporte Chirinos como jardinero
(1983-1986). Aprender la albañilería me permitió trabajar en la construcción de
viviendas privadas (1987-2002). Entre los años 2003 y 2005 trabajé en las
contratistas Conteca, Vintoca y Tecnoconsult en las paradas de mantenimiento de
la refinería de Amuay. En el año 2006 ingresé como promotor social a la
alcaldía de Los Taques hasta la presente fecha. De la unión con María Arismendi
procreé 2 hijos: Liliana García Arismendi y Jesús García Arismendi, morochos,
quienes nacieron en el Centro de Salud de Judibana el 27-11-1991.”
“En relación a las
anécdotas, le cuento profesor Muñoz Freites que estando reunido con mis
hermanos en una enramada, en el patio de la casa de mis padres tomando unas
cervecitas, asando una parrilla de marrano, chorizo, morcilla y sancochando
unas yuquitas, escuchamos el llanto lastimoso de una mujer; pero como tenemos
un primo muy bromista que imita voces, Orlando Durán, pensamos que era él; de
repente vimos que venía una señora vestida de blanco flotando sobre la calle.
Mi madre comenzó a insultarla y a regañarla con groserías y le rezó una oración
que llaman Magnificat, y la visión desapareció ante nuestros ojos. Se dijo por
el pueblo que nos había salido la Llorona”.
“También recuerdo que
cuando era niño con mi primo y unos amigos íbamos a bañarnos a la quebrada de
Arao, y de un árbol caía un bejuco; nos lanzábamos y nos dejábamos caer en
medio del pozo, hasta que un día mi primo José Duran, a quien llamábamos
‘Joche’ casi se ahoga; fuerte fue la paliza que me dio mi padre con un arriete
de cuero y nunca más me volví a bañar en esa quebrada”.
“Mi papá sembraba
maíz, yuca, la penca del cocuy, plátano, frijol, caraotas negras y caña de
azúcar; mi mamá hizo un espantapájaros y lo colocó en medio del maizal; yo
acostumbraba a ir a visitar tarde en la noche, sin linterna, a una viuda
atravesando el sembradío, y me metía por una ventana con mucho sigilo para que
nadie me viera; una vez me topé con el monigote y me asusté tanto, que me oriné
los pantalones y corrí sin detenerme como 3 kilómetros”.
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