La
publicación de La Crónica Taquense ha motivado el interés de varios conocidos y
extraños en colaborar de una u otra manera, en la preparación de estos
recuerdos. Es un gran aliciente que me mueve a indagar el pasado. Muchos
vecinos de los poblados del municipio Los Taques espontáneamente se me acercan
a contarme historias, relatos, anécdotas, tradiciones y leyendas, amén, de las
amenas conversaciones que he sostenido con los honorables testimonios
vivientes, los habitantes de mayor edad.
Hace
unos días, me abordó la Licenciada Gloria Josefina Chávez Villasmil, quien
obtuvo una Licenciatura en Educación mención Desarrollo Cultural a través de la
Misión Cultura el 01-04-2007, y me facilitó un folleto, extracto de una
investigación realizada por ella y la también hoy Licenciada Carmen Sánchez,
llamado “Historia Local de La Pastora-San Rafael”, y me solicitó que lo
utilizara en la elaboración de las crónicas; ya que estas han despertado en
ella viva deferencia. En este trabajo hay entrevistas que a mi juicio son
interesantes relatos.
Según
las indagaciones de hace ocho años de las ya mencionadas licenciadas, el sector
La Pastora-San Rafael que forma parte de la Parroquia Judibana del municipio
Los Taques, tenía más de 40 años de establecido, con una población aproximada
de 450 familias y 2250 habitantes. Limitando al norte y al oeste con la Avenida
Intercomunal Alí Primera, al sur con Creolandia, al este con El Cardonal y 4 de
Febrero. La localidad en referencia debe su nombre a que allí se encontraba un
supermercado llamado “La Pastora”.
De
acuerdo a las colaboradoras, el lugar hace tiempo lo nombraban “Pastora Abajo”
y “Pastora Arriba”. Las historias expuestas por ellas fueron narraciones de
personas de la tercera edad, estos diálogos con los abuelitos significaron unas
gratas y enriquecedoras experiencias existenciales.
Uno de los
entrevistados, Neiro Ocando, residenciado en el sector vecino de “Creolandia
I”, les contó “que la primera casa que existió en ‘La Pastora Abajo’ fue la de
Rosa Isabel Enrich de Lugo y su esposo Victoriano Lugo, al lado de esta
vivienda, se construyó la ferretería ‘Judibana’, en la calle Querales propiedad de Alberto Ledezma. Victoriano Lugo
era familia de Neiro Ocando por vía paterna”. En el 2012 la vivienda y la
ferretería se demolieron, ya que sufrieron daños muy severos por la explosión
que hubo en la Refinería de Amuay.
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