martes, 29 de noviembre de 2016

· DE DOMÉSTICA A ABOGADA ·


No sólo somos un producto de la sociedad, sino de nuestras aspiraciones.  Impresiona como gracias a su esfuerzo personal, las personas hacen que sus metas se transformen en logros. Es el caso de la abogada Marbelys Bustillo de López quien nació en el Centro de Salud “Dr. Carlos Diez del Ciervo”, cuando este funcionaba en La Vela, el 12-12-1960.
En 1982 trabajó como cocinera en el Abastico Guanadito (abasto-restaurante); en 1983 laboró como doméstica en casas de familia, y luego hizo suplencias como aseadora en los gobiernos de Gregorio Irausquín y Alexis Acosta. En 2007 se desempeñó como Consejera de Protección del CDPNA Los Taques y realizó una encomiable labor allí, en el gobierno del Dr. José Luis Iglesias; actualmente ejerce el libre ejercicio de su profesión con éxito y es la Coordinadora de la Misión Ribas en Jayana desde el 2012.
Cuenta la abogada Bustillo: “Soy hija biológica de Carmen Modesta Bustillo; mis abuelos: Concepción Bustillo y Pedro Gómez. Desde cuando apenas tenía un mes de nacida fui criada por Pastora Martínez, hija de Luisa Martínez. Me casé con Ramón López (Mirimire, 31- 05- 54); lo más valioso de mi vida, mis hijos: Lizeth, KeIis, Albert, Jesús, Silicek, Sindy  y Orlando. Saqué el 6to en El Grupo Escolar Los Taques en 1973, y comencé a estudiar el bachillerato en el mismo colegio; ya que estaba en construcción el Liceo Pedro Antonio Leleux, me hice bachiller por libre escolaridad (nocturno 1997).
Obtuve el título de abogada en la UBV (2005 a 2010) y recibí clases de jueces como los doctores Camilo Hurtado, Edgardo Bracho, Alexander López; el Fiscal Dr. Argenis Ruiz y abogados como Yenice Díaz, Paola Smith, Ivene Tremont, Humberto Díaz, Liliana Avilés y Gregorio Pérez, entre otros. Tengo un diplomado en Derecho Penal y Criminalística y certificados de cursos sobre Responsabilidad Penal del Adolescente suscritos por CEFIMAR (Maracaibo)”.

“Cuando la sede de la universidad estaba en Maraven, gestionamos un transporte y nos asignaron un bus azul, de los años 50, el conductor era muy atento; pero demasiado callado. Una noche cuando pasábamos frente a los edificios del BTV oímos como disparos, todo fue confusión, unos gritaban asustados, otros decían ‘tírense al piso’ y algunos observaban paralizados de miedo. El chofer sin perder la serenidad llegó a la claridad y detuvo el bus. Alguien le preguntó: ‘¿Fueron tiros o piedras?’. Con gran calma respondió: 'Ninguna de las dos cosas; fue una de las ruedas morochas que estalló’. Todos soltamos la carcajada”.

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