Apenas habían pasado pocos años del 12 de octubre de 1492, fecha cuando
Cristóbal Colón arribó a la isla de Guanahaní, y sin saberlo, a un Nuevo Mundo.
Era Domingo de Resurrección en La Española.
Narra Elías González González (vocero y “palabrero”) que su esposa Ana
Isolina Montiel Navas es vocera suplente de este asentamiento y desde hace 7
años en Jayana, en la Comunidad “La Flor de La Guajira”. Allí viven 20 familias
indígenas, 19 de la etnia Wayuu y 1 Añuu. Los primeros en llegar fueron Ender
Rio, cuya señora es Oli Barroso y tienen dos hijos. Los wayuu son pobladores
laboriosos y honrados, mantienen y preservan los usos, costumbres y leyendas de
sus antepasados, sin embargo, aprendieron del alijuna a ser carpinteros,
albañiles, pintores, cabilleros, plomeros y mecánicos. Hay 14 infantes quienes
ingresaron a la Educación Inicial. En la Media y Alta Guajira es lícita la
unión de un hombre con varias mujeres, depende de los bienes que tenga el varón
para pagar la dote. En “La Flor de la Guajira” todas las familias son monogámicas.
Estas se distribuyen como siguen: 6 de la casta Epieyú, en este grupo las féminas
pueden ser también voceras, tienen los mismos conocimientos y capacidades para
resolver problemas internos entre familias. Las demás familias pertenecen a las
siguientes castas: 1 Pushaina, 3 Epinayú, 3 Uriana, 1 Sapuana, 2 Jayalhiyuu, 3 Aspushana,
y 1 Añuu (que tiene distinto dialecto). En los Wayuu el parentesco se establece
a través del tío materno, el sobrino mayor le sucede y hereda sus peculios. Este
tío asume bastantes compromisos del padre. Según su Ley cuando se ofende a una
persona se agravia a toda la familia, “el palabrero”-pûtchipû- media el
agravio.
Es común la unión de parejas de la misma casta. A la púber se le prepara para
los esponsales. Sus hijos nacen en sus casas. Hay niños que estaban sin
presentar; a pesar de la autorización del PCNNA, pero el Jefe del Registro
Civil no aceptó que se les presentaran. Ellos el 12 de octubre celebran el día
de la Resistencia Indígena con fiestas y bailes. Este año no lo van a poder
hacer porque la organizadora Ana Isolina Navas Montiel tiene su mamá enferma,
Doña Inés Montiel (a quien “Pepe” Iglesias le donó una prótesis de cadera; pero
se le movió y hubo que recluirla en el Hospital Cardón; Alí Morales, Director
de Protección Civil de Los Taques, envió la ambulancia cuando le dieron de alta),
y la señora Elvira Epinayú quien hace la chicha (bebida fermentada de maíz) y
la mazamorra, está de luto: le falleció un hermano.
El o la wayuu de mayor
edad es el vocero; pero en el caso de ellos no es así, ya que por sus buenas
acciones el señor Elías González González se ha ganado la jerarquía. Desde hace
3 años el Ministerio del Poder Popular les ofreció viviendas dignas y siguen
esperando. También le tienen que agradecer a Gustavo Romero, a Enelide González
y a los alijunas (blancos): Juan José Eljury Henriche y Muñoz Freites. En Los Rosales
hay una comunidad “Anteshirru”, (sitio para llegar) y su vocera es Miriam
Molero.
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