miércoles, 30 de noviembre de 2016

· LA CARRERITA ·

El otro día conversaba con Felipe Antonio Cuauro González, maestro de obra, quien ha construido numerosas casas y ha realizado innumerables trabajos de albañilería en el municipio Los Taques y fuera de él. Permítame el lector recordarle que el 23-11-2014 escribí sobre Felipe; en esa oportunidad, expresé que vino al mundo en el Hospital Sagrada Familia, actual Centro de Salud “Dr. Carlos Diez del Ciervo”, Judibana, el 26-04-1961, que su niñez y adolescencia transcurrieron en Amuay. Hijo de Margarita Nicolasa Sánchez González de Cuauro (hay un error en la partida) y de Felipe Vinicio Cuauro. Nieto de María Crispina Cuauro, Indalecio Sánchez y Bárbara González (difuntos).
Son numerosos los oriundos de Amuay nacidos en centros de salud fuera del pueblo; pero este hecho no afecta para nada que su terruño sea esta villa. Aquí se presenta una paradoja: son del poblado, pero fueron paridos en otros sitios, ya que en sus tiempos no había medicatura y la comadrona no se daba abasto.
Felipe Antonio me saludó efusivamente, y me dijo que tenía otra historia que contarme, ya que la que narró y fue publicada en “La Crónica Taquense”, en El Diario La Mañana, despertó vivo interés en Judibana, la Ciudad Jardín, donde con frecuencia es contratado para ejecutar obras de albañilería, como también en el pintoresco poblado de Amuay entre coetáneos, amigos y familiares.
Esto me hace evocar que hace un año y unos meses cuando gané el concurso para Cronista del Municipio, alguien argumentó que yo no era taquense, a pesar que para la fecha ya llevaba bastantes años por estas tierras, y Dios por delante pienso vivir muchos más. Traigo a colación que los renombrados cronistas, maestros de maestros: el recordado Rafael González Estaba (difunto) era oriundo de Margarita, Nueva Esparta, y el laureado y polifacético Guillermo Segundo De León Calles, poeta, doctor Honoris Causa y cronista del municipio Carirubana, nació en Pedregal, Falcón, el 17-09-1943. Después él y su familia se establecieron en Coro, y en 1953 se mudaron a Punto Fijo. Estos cronistas no nacieron en la Ciudad de Los Vientos, pero le han dado renombre a esta urbe y a Falcón.
Relata Felipe: “Por el año 1998, renté una camioneta ranchera -recuerdo como si fuera ahorita, de la línea Los Pinos- para que me hiciera la carrerita de ida y vuelta hasta al cementerio de Yabuquiva, donde iba arreglar unas tumbas. De regreso, cerca de El Román nos encontramos con un carro fúnebre accidentado, con urna y difunto en su lugar. Eran las 3:35 pm, le dije al conductor que se detuviese ante las señas que hacían los dolientes. Me dijeron los familiares que el ataúd no cabía en los autos, y el camposanto cerraba a las 4 pm, que si no le podíamos hacer el favor de llevarlo. El taxista se asustó; pero no impidió que colocáramos la urna dentro de la camioneta.

De regreso, juraría que escuché una voz desde atrás que me dijo: “Gracias Felipito”.

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