La
semana pasada escribí un relato sobre Venancio José Aldama, sindicalista de la
alcaldía de los Taques quien organizó la primera huelga que se hizo en esta
institución, durante el gobierno del alcalde Gregorio Irausquín Quevedo en el
año 1992. Es bueno recordar aquí, que este dirigente obrero nació en el sector
La Aurora, en Los Taques, el 18-05-1953, hijo de Gregorio Guadalupe Aldama y
María Ramona Aldama.
Narraba Venancio: “Mi primer empleo fue como caletero en el Puerto de
Guaranao entre los años 1977 y 1981 y de allí trabajé en la Fluor Caribbean desde 1982 a 1984,
luego quedé desempleado y viví de la pesca hasta 1990. A partir de este año
comencé de obrero en la Alcaldía de Los Taques. El Jefe de Personal para ese
momento era Misael Sánchez, de 1991 a 1992 me desempeñé como encargado de
almacén, el Jefe de Servicios Públicos era Nelson Rodríguez, organicé una
huelga y se obtuvo del alcalde Gregorito los uniformes y zapatos para los
obreros”.
“En 1994 me ascienden a capataz, para aquel entonces hablé con Ramón Alberto
Méndez quien era el Secretario de Reclamos del Sindicato Único de Obreros
Municipales (SUOM) de los municipios Los
Taques, Carirubana y Falcón. Fui por 7 años delegado sindical, electo por los
trabajadores en asamblea, en 1998 hicimos planchas y salí como Secretario de
Reclamos de las tres alcaldías de Paraguaná, cuando eso el alcalde era Alexis
Acosta Sánquiz. Con este burgomaestre firmamos 3 contratos colectivos y con
Gregorio Irausquín Quevedo 2. El alcalde José Luis “Pepe” Iglesias Gallegos me designó
Capataz General de los obreros. Justo en este diciembre del 2015 me acaban de
jubilar”.
¿Anécdotas? “Hace tiempo, llegué a la alcaldía un día muy temprano y
para mi sorpresa, fui saludado por un conocido quien había fallecido hacía como
3 meses, de quien no doy mayores detalles por respeto a su familia. El
suceso me ocurrió en un abrir y cerrar
de ojos, el aparecido pasó de largo frente a mí, y entró a la oficina de
administración donde hoy funciona el Registro Civil. Dicen que este fantasma
sale y merodea los pasillos de la antigua alcaldía, yo lo vi y doy fe que el
difunto que me espantó era en vida muy apreciado por todos, una gran persona,
de una rectitud intachable, no recuerdo que nunca peleara con nadie”.
“Respetado cronista, hay un suceso que nunca olvidaré… donde queda hoy
el Complejo Cultural María Díaz Borges había un culto evangélico, ‘La Roca
Eterna’; un día en estado de embriaguez y en tono de burla entré allí, y al
escuchar la palabra del pastor fui poseído por un espíritu endemoniado. Me
llevaron a los espiritistas, me echaron cuerno de ciervo, y para mi desgracia
me cayó en un ojo y lo perdí. Uno jamás debe burlarse de las cosas de Dios. En
este sitio donde luego construyeron el Complejo, también funcionó el bar ‘Rosa
Lima’, mejor conocido como ‘el bar de Monche’. ¿Y sabe? Justo hoy me entero que
salgo jubilado”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son importantes para el autor. Por favor, utilice un lenguaje cortés y respetuoso al dejarnos saber su opinión acerca de lo publicado.