LOS ETERNOS CRONISTAS

La palabra Crónica está compuesta de la raíz griega “khron” que viene de “khronos” tiempo y el sufijo “ica”, que significa “vinculado con”. Literalmente, Crónica es lo relacionado con el tiempo. En sentido amplio, es un relato histórico que sigue el orden de los sucesos o de las épocas; toda crónica es historicista. Realmente, Jesús “Chucho” Díaz, Virgilio Arteaga Hernández, Rafael González Estaba (fallecidos) y el polifacético y laureado poeta, escritor y dramaturgo Guillermo de León Calles, a quien deseamos nos acompañe con su magistral uso de la pluma por innumerables años más, son los eternos Cronistas de Santa Cruz de Los Taques, de Pueblo Nuevo de Paraguaná y de Punto Fijo. Sus erudiciones sobre el pasado ya sean de lo cotidiano o de lo anecdótico, como de lo histórico en propiedad, son asombrosas. Ustedes señorean sobre Cronos, porque los que conocen el pasado y tienen además la habilidad de expresarlo con objetividad, honestidad, facilidad y amenidad, no serán nunca esclavos de las épocas.

La historia es la acción del hombre y de la mujer en el tiempo, que no solamente depende de sus facultades para regir sus actos, sino de las condiciones de existencia, y ustedes -eternos cronistas- internalizaron y hacen que internalicemos, sin lugar a dudas, lo anterior. Hacer constructo historiográfico es difícil, sumergirse en el pasado para reconstruir las experiencias de las sociedades no es tarea fácil. No volvemos nunca al punto de partida, el cambio es una constante. Amén de la problemática que nos plantea la filosofía de la historia: ¿El hecho histórico está sujeto a leyes inexorables, o lo rige sólo la voluntad de los individuos? ¿Intervenimos en nuestro acontecer, sin ser manipulados fatalmente como marionetas? Y finalmente, ¿Qué enseñanza práctica podemos sacar del conocimiento de la historia? Sin lugar a dudas, la aspiración del hombre a ser libre marca al planeta con todo el peso de su impronta, influida por la voluntad de poder, como diría el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, y esto último podría parecer una perogrullada; pero es necesario dejarlo bien claro, que somos arquitectos de nuestro propio destino, que somos la forma de materia más altamente organizada con conciencia de sí misma, que existe sobre la Tierra.